martes, 25 de septiembre de 2007

A ti que vives en las sombras

A ti que vives en las sombras, ¡enhorabuena! Te has salido con la tuya... has movido tus fichas hasta casi el infinito y has conseguido desbancarme... pegarme una patada en el culo... cuando has querido, como has urdido...
A ti, que reinas en el lado oscuro... que te escondes tras las mentiras y las excusas... muchas gracias... me has quitado un peso de encima... me has liberado... me has evitado verme obligada a decirte tantas y tantas cosas que no querrías escuchar... verdades, sí... pero suficientes y tantas como para desear convertirte en avestruz y meter la cabeza bajo la tierra... aunque, analizando, eso ya lo haces: eres tan valiente...
A ti, a esa maligna... a ese lobo vestido con piel de cordero... a esa amiga que me tendió la mano para tirarme a la calle... a esa persona en quien confié una decisión importante para mí... quiero darte las gracias... de corazón, sinceramente, que sabes que lo soy... Gracias por habitar el lado oscuro de la vida... por tenderme trampas... por reabrirme unas heridas que, curiosamente, ya ni siquiera me duelen... por manipular y envenenar... por darme unas vacaciones que merecía tan sólo por lo que conlleva tener que sufrirte...
Te doy las gracias de corazón por abrirme los ojos... porque así podré ser espectador con pase VIP cuando te estrelles contra un muro... y créeme, querida, la vida nos pone en nuestro sitio... antes o después... confío en ello, es de las pocas cosas en las que creo con los ojos cerrados... Te doy las gracias por haberte desesperado todos estos meses, porque cada uno de tus ataques de rabia infantiles ha sido un gol marcado en tu propia portería... ahora quizás no, pero nada se mide por el resultado de un sólo encuentro... la vida es un combate de boxeo constante y, aunque te creas reina y señora del ring, llegará el momento en el que te noqueen... por suerte o por desgracia...
Te agradezco que me estés regalando momentos tan dulces como los que estoy viviendo ahora mismo... yo cuento con apoyo, con sonrisas y lágrimas... con cuatro líneas cariñosas... con una calma inimaginable y, sinceramente, ya ni siquiera estoy cabreada... ¿sabes por qué, reina de la oscuridad? Te lo voy a decir con una sóla frase: ¿qué te queda a ti? Un sueldo... triste, muy triste...
Así que tranquila, ¡oh, maligna! Yo seguiré sonriendo cada mañana al levantarme... seguiré queriendo a quiénes quiero y dejando de apreciar, defender y exculpar a personas como tú... si supieras la cantidad de veces que he intentado defenderte, qué ridículo ¿verdad?... seguiré colocando mi mirada en dirección al horizonte... reuniéndome con mi gente, disfrutando de cada momento... saboreando la vida hasta la última gota... haciendo lo que mejor sé hacer: ser yo misma... aunque no te guste, aunque no te encaje... mi corazón no vale dinero y mi mente tiene demasiados sueños por delante para quedarse congelada en un garaje... yo sigo con mi vuelo y te espero en lo alto del árbol...
Lo mejor es que ni siquiera te guardo rencor... creo que, hoy por hoy, simplemente me das pena... algo que ni siquiera te mereces... ¡pero es gratis! así que aprovéchalo... ni siquiera me siento despechada... me río de tus tonos magistrales y tu supuesta profesionalidad...
¡Ánimo! Cuando logres despegar de la casilla de salida yo ya habré recorrido todas las ocas... sin tarjetas de visita, sí... sin "Directora" rubricado... sin conexión de ADSL... pero, gracias a todo, sin tantas otras cosas tan importantes para la balanza de mi vida que me merecerá la pena... ¿sabes la cantidad de sonrisas fingidas que llevas a tu espaldas?, ¿y la cantidad de mentiras?, ¿y la cantidad de hipocresía? Todo eso me lo he ahorrado, por dignidad... y porque, pese al dinero y al éxito -ponle muchas comillas, ¿sabes lo que es Hachette?-, cuando uno llega a la recta final lo único que aligera el alma son los principios... lo que uno es, lo que uno tiene...
Y ¿sabes de quién lo aprendí? supongo que para ti será una nota de vulgaridad en este muro de verdades... pero si alguien me ha enseñado a ser cómo soy, a ir con la verdad por delante, a que más vale que se me envidie a dar pena-eso que tú procuras dar cada vez que haces una de las tuyas-, que es más importante tener la conciencia tranquila y ni un puto duro en el bolsillo... Soy lo que soy gracias al hombre que más admiro en esta vida, que pasó de cruzarse 200 kilómetros a pie para vender una triste vaca a poseer y dirigir una cadena de restauración... menudo cambio: de tener que ir a pie a conducir un BMW... a una persona que supo enseñarme que uno vale lo que es, más allá de su dinero... A quién se hizo grande desde lo más pequeño y me demostró que ni todo el dinero del mundo valía una mierda cuando uno no es una buena persona. Aprenderías tanto... pero ni te lo mereces ni lo apreciarías... ¿Sabes cuál era su frase favorita? No se le pueden echar margaritas a los cerdos... ¡Cuánta razón!
Sonrío, no peno y no callo... Soy así, lo sabías y ahora lo sabes más que nunca...
Gracias por este nuevo plan de vuelo...