Pliego un folio
de recuerdos… doblado con sumo mimo…
acariciando el
papel, sus extremos…
atrapando
fantasmas en una de las solapas…
sembrando
margaritas secas en otra…
pegándole un par
de sonrisas en una de las alas…
un cigarro a
medias en el alerón trasero…
lo hago despegar
en un cielo de nubes rosas…
con temperatura
de invierno…
una suave brisa
que huele a nieve…
a frío… a mucho
frío…
veo cómo se
pierde ese avión…
en mitad de un
atardecer que se hace oscuridad…
en el silencio
más absoluto…
Busco una hoja de
sueños para hacer un segundo avión…
paso las yemas
sobre el papel sintiéndolo…
doblando una
noche que ya lo es…
haciéndole un ala
con miedos…
con pequeñas
bolas de cascabeles mudos…
con suspiros
guardados…
doblo el otro ala
con distancias sentidas…
con otras reales…
con pocos soles,
con muchas lunas…
pintándole los
mil ojos que tiene una noche…
lo lanzo al aire
viendo cómo se pierde en la oscuridad…
bombardeándolo
con lluvia…
tan sólo gotas
decisivas…
Comienzo a plegar
una tercera página…
un tercer avión
de papel que lanzar al vacío…
uno que abandonar
al curso del viento…
le sello un ala,
plegándola con cuidado…
haciendo
coincidir el papel perfectamente…
cortándome la yema
del dedo…
vi salir una gota
de sangre…
mojar el papel…
rompiendo el
inmaculado blanco…
miro el ala…
un avión de papel
que sólo es avión a medias…
uno que no se perderá en la noche…
que no saltará al vacío…