viernes, 21 de enero de 2011

Sopa fría...

Saboreo un cubata improvisado con una botellita de esas minúsculas de Bombay y un pedazo de pomelo… este viernes ya es sábado y la noche madrugada… una luna llena es lo único que brilla en este faro mío desde el que miro el mundo… el frío ha vuelto para recordarnos que es invierno, que todavía queda a pesar de los increíbles de sol… rebobino esos días para darme cuenta de que he sido incapaz de contarlos con la punta de los dedos, de cocinarlos para esta receta que se ha quedado tan fría como esta noche…  siento un escalofrío… uno que tiene una parte de placer y otra de dolor…  de disfrute personal y egoismo, de exhibicionismo contándolo… no sé explicar qué es lo que me pasa… sólo sé decir que el barco pirata lidia con una extraña marejada de brisa cálida… llevas sin escribir desde el 7 de diciembre, he escuchado decir a ese compañero de piso que construyó conmigo esta República… respiro hondo… le he confesado algo que, hasta ahora, hasta a mí me costaba reconocer… estoy bloqueada, he dicho con una honestidad brutal… quizás sólo necesitaba arrancar, me digo… o, quizás, prefiero guardarme momentos y épocas sólo para mí…

Miro cómo se consume una vela mientras ese “stop the clocks for you and me” me resuena en las meninges… ese “tú y yo” de golpe me supone una ecuación matemática imposible de despejar… respiro hondo… te siento muy tranquila, me dijo ese maremoto que puse en mi vida con una oposición y se ha quedado a vivir… lo estoy, le contesté, que salga el sol por dónde quiera… me miro las velas y me doy cuenta de que llevan unas cuantas travesías recorridas… unas en las que sonreí, dudé… sentí, respiré… compartí, me dolió… una extraña mezcla de cuadernos de bitácora que, de golpe, parecen un auténtico álbum de fotos que no sé si quiero contar… vivir un impar, me dije un día 1 de enero mientras iba al encuentro de una primera noche de año a falta de poder compartir la última… una que olía a complicidades y silencio… parece que ha pasado un mundo desde ese momento… desde el de volar sobre mi propia historia y a pesar de ella… desde el de sentir aullidos, suspiros, silencios, maullidos y hasta ladridos… ahora, sólo suena el silencio y esa parada de relojes que suena en mis tímpanos…

Vuelvo a sentir frío de nuevo mientras reviso esas fotos que no supe contar con palabras… esas que tienen familia, cariño… desconocidos que se hicieron conocidos… música en un Nunca Jamás que fue patria durante un rato, calma entre flores que no planté yo… es curioso este mundo de los sentimientos, me digo mientras cierro en mi mente la tapa de una caja lejana a mí… quizás sea hora de dormir, me digo notando cómo me pesan los párpados… el mundo comienza a levantarse en lo que yo me acuesto, pienso viendo cómo se encienden las ventanas de este faro desde el que miro el mundo… siempre a contracorriente, me río para mí, siempre de noche…  


Esa parada de relojes...

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