jueves, 30 de agosto de 2012

Persianas bajadas y golondrinas...


Hoy, curiosamente, el frío ha venido a visitarnos… una manera muy sutil de recordarle a mis neuronas que esta tierra prometida se prepara para recibir el invierno… para recordarme que ese verano que tanto espero a lo largo de todo el año porque sabe a reencuentro, a tiempo compartido a pesar de estas teclas pero con un decorado diferente, se ha marchado… ya no quedan golondrinas, me decía hace unos días mi padre… como cada año y aunque no entienda bien por qué, se habían reunido por la mañana en el tendido de luz del Ayuntamiento formando una enorme mancha negra en movimiento en un cielo increíblemente azul… se han marchado ya, repetimos al llegar a casa y contemplar que ese nido que me pego para que no tiren sigue estando intacto sobre la ventana de mi habitación… Golfo me daría una tregua ahora que ya no estaban ellas volando alrededor de la ventana…

En mitad del frío de hoy, he recordado esa estampa de golondrinas preparándose para huir de una manera distinta… ya están todas las persianas bajadas, me he dicho al pasar por ese pueblo que hace de antesala de lo que considero mi rincón en el mundo… casas cerradas, blancos muros rematados de blancas persianas… casas vacías y silencio, chimeneas solitarias escupiendo humo al cielo… respiro hondo desde este faro al que trepo de cuando en cuando para ver atardecer… uno en el que me da el viento en la cara, en el que veo esa inmensa mole de agua que me despierta un odio tremendamente apasionado… falta la rubia a mi vera, mi acompañante de estos saltos al tejado temporales que duran normalmente hasta que no aguantamos el frío… ausencias, pienso recordando esas persianas cerradas que veré de nuevo cuando vuelva a casa… septiembre aquí me encanta, he repetido una decena de veces los últimos días… quizás porque este año no puedo vivirlo aquí, hoy ya me huele a otoño… a esa chaqueta roja inmensa que tiene tantos años como yo y heredé de mi madre, a lo mucho que a los demás les espanta y lo que me gusta a mí ponérmela… mi acompañante de esos días de frío en los que esas mismas persianas bajadas me suponen un alivio… un sinónimo de paz, de tener donde encontrarla porque la necesito… una escapada desde Madrid para ver a los justos… para reencontrarme con esos que yo llamo “mis paisanines”… esos pocos que mantienen todo el año abiertas sus persianas, los que te reciben con una sonrisa cuando aparezco por aquí…

Está muy cerca ya el momento de bajar las mías… de cerrar esa casa que es la única que ha estado siempre presente en mi vida… el único lugar del que me cuesta despegarme porque me puedo sentir las raíces clavadas al suelo del jardín, con las mismas plantas que recuerdo desde siempre… respiro hondo mirando las nubes rosas pasar… las mismas pero diferentes que contemplo desde mi barco pirata… unas que saben distinto en una casa en la que siempre entra la luz… una casa en la que, aunque quiera, no puedo bajar las persianas para despedirme porque ni siquiera tienen… no me apetece volver a Madrid, lloriqueé hace unos días…

Ellas ya se han ido, las calles ya se han vaciado de gente y de coches… las casas han vuelto a hacerse silencio… me escalofrío bajo la chaqueta roja… toca cerrar las persianas…

Foto | FC

lunes, 6 de agosto de 2012

Empatía...



“Es necesario tener valor para levantarnos y hablar. Es necesario tenerlo para sentarnos y escuchar"
Winston Churchill




Cuando el agua corre, cuando la piel no llama a la piel…
cuando la luna llena aparece y se esconde…
siéntate a mi lado…
escucha mis silencios…
comprende las sonrisas…
siente…
cuando la sangre me rompa y me alivie a la vez…
cuando crea que la ropa me queda grande…
aprende a mirarme…
recuerda quién soy…
siente…
cuando las palabras se ahogan, cuando muchas sean ruido…
cuando las dudas me tiren de los pelos…
háblame con dulzura…
entiende mis miradas…
siente…
cuando los kilómetros pesan, cuando las circunstancias más…
cuando la nada es un todo…
quiéreme cerca…
enséñame a respirar…
siente…
cuando el pasado me pesa, cuando se me retuerce en el estómago…
cuando se escapa un poco de fuerza por el desagüe…
pégame a tu sombra…
átame de cerca…
siente…
cuando sienta que nada de lo que digo sirve para algo…
cuando crea que me he dejado la luz por el camino…
dame la mano…
hazme sonreír…
siente…

Haz que te lata el corazón aunque no sea tuyo…
simplemente, siente…