jueves, 10 de noviembre de 2016

Cuando el Predictor dice sí...

Tienes que escribir sobre ello, me dijo hace más de un año Inés a través de un privado de Facebook, tienes que contarlo como tú lo cuentas porque no estamos solas en esto... su encargo me supo a la enorme responsabilidad de poner sobre el papel, aunque sea digital, una realidad... esa realidad tan femenina y mucho más común de lo que parece de tener que convivir con los constantes "¿y tú para cuándo?" al acercarte a un bebé... masticando esa otra frase tan manida de "se te va a pasar el arroz" o ese "como no te animas..." al que acabas cogiéndole auténtica manía... 

Hoy, después de mucho tiempo procesando ese encargo que me hizo Inés una noche y que sentía que me quedaba grande, he decidido ponerme a escribir sobre ello... un auténtico intento de apuntar directamente con el dedo sobre la irresponsabilidad de hacer todas esas preguntas odiadas a la ligera... invadiendo tu intimidad sin conocerla, sin saber a qué responde el hecho de que a pesar de haber pasado la barrera de los 35 todavía no tengas hijos... incluso sin saber si es que tu decisión es no tenerlos, algo que no está en mano de nadie juzgar... 

Soy una de esas mujeres que ha callado la tristeza de que una regla suponga un suspiro profundo... una de esas que ha experimentado lo que es desear que esa compañera de cada mes no aparezca de nuevo en tu vida sin éxito... me río... así cambia el alma de una mujer, capaz de sentir que eso que antes suponía un respiro ahora sea una auténtica condena... una que, mes a mes, te recuerda que la Naturaleza no se alía contigo... que quizás, ahora que lo deseas, no puedas saber lo que es ser madre... no puedas saber lo que es tener el increíble título que supone darle la vida a alguien, el único título que quizás merece la pena de verdad en la vida... una terrible frustración que, muchas veces, se silencia y se maquilla... como si tuviéramos que avergonzarnos por no serlo, por no lograrlo... 

Te ves hablando del tema con resignación sin ganas de dedicarle muchas palabras... convirtiendo la negativa de tu cuerpo en un intercambio espontáneo de experiencias con otras amigas, haciéndote un auténtico doctorado gracias a la sobredosis de información sobre tratamientos de fertilidad... descubriendo que el negocio está montado de tal manera que para dar vida tengas que, casi, hipotecártela... sometiendo tu cuerpo a una auténtica paliza física en la que hormonas, miedo y frustraciones se combinan en una incógnita... descubriendo también que esa misma vergüenza que sienten muchas ante el hecho de no serlo por el motivo que sea es la misma que sienten aquellas mujeres a las que la ciencia les ayuda a serlo... fue con tratamiento, una frase susurrada como si nadie pudiera enterarse... como si el hecho de tener ayuda le quitara mérito al hecho de dar vida... masticando de cerca esa misma frustración que yo sentía cada mes en Laura que, a pesar de la ciencia, no ha logrado ganarle todavía la partida a su cuerpo... una lucha que, estoy segura, conseguirá...

Volví a pensar en escribir este post después de una conversación con Adriana... una en la que ella le cambió el título a este texto que tenía en el tintero tras pasar de puntillas sobre el tema... cuando el Predictor dice no, lo había titulado yo... de eso nada, me contestó, cuando el Predictor dice sí porque no podemos perder la esperanza... ahora sonrío al recordar el uso de esa palabra, esperanza... la misma que tenía Inés, la misma que tiene Laura... 

La misma esperanza que tenía yo hasta que hace dos meses la premonición de Adriana se cumplió... cuando el Predictor dice sí, recordé cuando vi las dos rayas pintadas en la prueba... dos rayas que, de pronto, habían aparcado en mi vida esa extraña tristeza de cada mes que muchas mujeres han vivido y viven... dos rayas que suponían dejar de escuchar esas preguntas odiosas que tanto daño me habían hecho hasta entonces... un "sí" que daba miedo y alegría en la misma proporción... que suponía la increíble sensación de saber que, aunque no lo percibas, una vida crece dentro de ti... que suponía tomar conciencia de la inmensa responsabilidad que eso conlleva... 

Esta noche, después de tanto tiempo, he recordado que tenía esta deuda con Inés pero, también, con todas esas mujeres que han vivido o viven esta misma situación... una deuda que pretende regalar un poquito de eso que todas compartimos incluso cuando parece que la perdemos, esperanza... un post que quiere ayudar a desterrar todas esas preguntas y vergüenzas que duelen tanto cuando las cosas no suceden... 

Cuando menos lo esperas es cuando pasan las cosas, me decía mi particular Princesa del País de las Bragas cuando hablábamos del tema... porque haya muchos "cuando menos lo esperas" para todas aquellas que lo persiguen... 

Imagen | Fa Cimadevilla en Instagram