impetuoso, destructor…
mi banda sonora para este
repaso personal que hago sin querer…
el de cada año, ese que me
anuda un poco el alma cuando empieza octubre…
ese que protagoniza cada
día antes de ese día…
esas últimas 24 horas en
las que radiografío 364 días vividos…
ya no hay treintenas
cruciales que celebrar…
quedan horas, minutos…
unos que se pueden
cuantificar con número…
unos que, a pesar de ser
contables, encierran muchas cosas que no pueden enumerarse…
respiro…
me miro en un espejo
imaginario para sacarme faltas…
para reprocharme esas
cosas que me debo a mí misma, esas metas con un tiempo pactado…
para masticar lo vivido,
lo aprendido…
para hacer ese álbum de
fotos de un impar que me ha dejado llenos los bolsillos de recuerdos…
de momentos, de sonrisas…
un año impar vivido sin
apenas darme cuenta…
un tiempo que se me ha
escurrido entre los dedos con una rapidez que me sorprende…
sonrío…
dicen que el tiempo pasa
rápido cuando se vive…
vivir, ese verbo increíble
de cinco letras…
uno que tiene un
significado increíblemente más amplio que ese quinteto de garabatos que lo
forman…
soy afortunada, pienso a
un paso de ese 25 que marca toda mi vida…
a pesar de los problemas,
a pesar de las lágrimas…
a pesar de cada sonrisa y
de cada angustia…
suspiro…
creo que nada ha cambiado
en este año 31 vivido y, a la vez, creo que todo lo ha hecho…
quizás también yo…
cada vez soy más
consciente de la muerte…
pero cada vez soy más
consciente de la vida…
del increíble significado
de un viaje con billete de ida sin vuelta…
cada vez vivo con más
intensidad…
con mucha más
transparencia a pesar de lo que digan o lo que opinen…
cada vez conozco más gente
y también cada vez me siento más querida…
por los que han estado
siempre, por los que están desde hace poco pero que han ganado de alguna manera
un derecho de antigüedad propio…
cada vez siento con más
libertad, con más madurez…
con una en la que he
decidido aparcar mis pasados y mis mochilas…
una decisión no tomada a
lo largo de este año 31 de mi vida pero que se implantó en mi vida como si me
lo hubiera propuesto…
viajo con menos peso, vivo
con menos prisa…
respiro más hondo…
sigo sintiendo curiosidad,
sigo saboreando las pequeñas sorpresas…
miro, como siempre lo he
hecho, cada luna…
no ha cambiado nada, me
digo sonriendo en esta noche en la que no puedo verla…
ha cambiado todo, pienso
mientras sé que en unas horas estaré en un sitio distinto que ya siento mi
casa…
uno más, me digo
acariciando los minutos que faltan…
un
año más que atesorar a este viaje sin paradas pero con distintos viajeros que
es la vida…Foto | Atmosphear