lunes, 24 de octubre de 2011

Minutos para otro par...

Oigo el viento silbar más allá de la ventana...
impetuoso, destructor…
mi banda sonora para este repaso personal que hago sin querer…
el de cada año, ese que me anuda un poco el alma cuando empieza octubre…
ese que protagoniza cada día antes de ese día…
esas últimas 24 horas en las que radiografío 364 días vividos…
ya no hay treintenas cruciales que celebrar…
quedan horas, minutos…
unos que se pueden cuantificar con número…
unos que, a pesar de ser contables, encierran muchas cosas que no pueden enumerarse…
respiro…
me miro en un espejo imaginario para sacarme faltas…
para reprocharme esas cosas que me debo a mí misma, esas metas con un tiempo pactado…
para masticar lo vivido, lo aprendido…
para hacer ese álbum de fotos de un impar que me ha dejado llenos los bolsillos de recuerdos…
de momentos, de sonrisas…
un año impar vivido sin apenas darme cuenta…
un tiempo que se me ha escurrido entre los dedos con una rapidez que me sorprende…
sonrío…
dicen que el tiempo pasa rápido cuando se vive…
vivir, ese verbo increíble de cinco letras…
uno que tiene un significado increíblemente más amplio que ese quinteto de garabatos que lo forman…
soy afortunada, pienso a un paso de ese 25 que marca toda mi vida…
a pesar de los problemas, a pesar de las lágrimas…
a pesar de cada sonrisa y de cada angustia…
suspiro…
creo que nada ha cambiado en este año 31 vivido y, a la vez, creo que todo lo ha hecho…
quizás también yo…
cada vez soy más consciente de la muerte…
pero cada vez soy más consciente de la vida…
del increíble significado de un viaje con billete de ida sin vuelta…
cada vez vivo con más intensidad…
con mucha más transparencia a pesar de lo que digan o lo que opinen…
cada vez conozco más gente y también cada vez me siento más querida…
por los que han estado siempre, por los que están desde hace poco pero que han ganado de alguna manera un derecho de antigüedad propio…
cada vez siento con más libertad, con más madurez…
con una en la que he decidido aparcar mis pasados y mis mochilas…
una decisión no tomada a lo largo de este año 31 de mi vida pero que se implantó en mi vida como si me lo hubiera propuesto…
viajo con menos peso, vivo con menos prisa…
respiro más hondo…
sigo sintiendo curiosidad, sigo saboreando las pequeñas sorpresas…
miro, como siempre lo he hecho, cada luna…
no ha cambiado nada, me digo sonriendo en esta noche en la que no puedo verla…
ha cambiado todo, pienso mientras sé que en unas horas estaré en un sitio distinto que ya siento mi casa…
uno más, me digo acariciando los minutos que faltan…
un año más que atesorar a este viaje sin paradas pero con distintos viajeros que es la vida…


Foto | Atmosphear 

No hay comentarios: