jueves, 10 de noviembre de 2011

El día que me concedieron un premio de Periodismo


Cómo son las cosas, me digo muerta de risa, hoy me conceden un premio de Periodismo y soy incapaz de escribir… me tengo que descojonar… llevo casi dos horas delante de esta pantalla tratando de contar eso que ha hecho que hoy, diez de noviembre, el alma me haya pegado un bote dentro… uno que, de primeras, no he sabido encajar… me han dado un premio, le decía a mi madre en directo mientras se lo leía a mi padre por teléfono… he tenido que leer tres veces ese mail que, de primeras, no entendía lo que decía… un premio, repetía constantemente sin saber muy bien si reírme o llorar… he hecho las dos cosas, tengo que confesarlo... animada por mi madre, animada por ese orgullo tan bonito que sentía a pesar de tener el coco en estado de shock… 

Hoy, diez de noviembre, soy incapaz de explicar lo que siento…  de describirlo, de escribirlo aquí ni en ninguna parte… no es un acto de egoísmo, sólo uno de auténtico bloqueo… un premio, pienso… suspiro… eso que dicen se da en reconocimiento a algo, eso que a mí me han regalado por “respetar el rigor, la veracidad y la imparcialidad”… me emociono al pensarlo de la manera más tonta de todas… creo que, como periodista, ese triunvirato de motivos son el reto de lo que hacemos… he tenido que buscar nada más llegar a casa ese artículo seleccionado con el vértigo de saber que un jurado lo ha considerado el mejor escrito a lo largo de un año… el mejor de la prensa escrita española… escribir, escrito… eso que es lo único que sé hacer de verdad y que, esta noche, se me antoja imposible… esta tarde noche he sentido el orgullo de mis padres y de los míos… he sentido que a esos padres -de profesión padres- que tengo se les ha alegrado el alma casi tanto como a mí, que se les ha hinchado el pecho de emoción… sonrío… me han acompañado en esta profesión más como salvavidas que como compañeros… quizás hoy, ese papel que tienen que darme vale por todos los años que han tenido que aguantar el “tengo que escribir”…

Podría decir que tengo el atrezzo perfecto en este barco pirata que hoy siente haber encontrado una pequeña isla del tesoro… una que, sin ser quizás un premio de esos de los que todos hablan, para mí hoy es el mejor premio del mundo… uno que llega a mi vida en un momento en el que esta lucha que supone la profesión empezaba a levantarme alguna herida… te lo mereces sobre todo por eso, me ha dicho la rubia por teléfono, por lo que has peleado y por lo mal que lo has pasado… sonreí llorando cuando esa princesa del País de las Bragas me dijo lo mismo… reconozco que, de alguna manera, me ha aliviado el alma saber que no he perdido tanto el tiempo… que ese empeño por vivir escribiendo ha tenido hoy su pequeña caricia conmigo… he llorado mucho de emoción… de una propia y de otra compartida sintiendo que hoy los kilómetros me han pesado más que otros días, que ojalá se hubieran podido reducir a nada para sentir un abrazo muy deseado de alguien que compartía esa congoja de no querer llorar pero hacerlo a pesar de todo… he sentido el orgullo de los demás, he sentido el increíble bálsamo que supone leer esa palabra de siete letras conjugada… primero una amiga de esas de siempre que te acompaña en el camino, después de muchas más que han querido decírmelo… no te rindas, me ha dicho ese que fue compañero en una agencia que marcó mi vida y que ha sido el motivo de que la organización del premio me encontrara…

Esta noche no soy genial ni puedo escribir nada que merezca un premio… sólo puedo decir que estoy viviendo unas horas de calor infinito… de uno creado a golpe de sonrisas de los míos, de palabras de ánimo… de un  “eso no lo consigue cualquiera” dicho por ese hermano que no lo es desde el otro lado del Atlántico, un amigo al que le paso las propuestas que me surgen para su revisión porque le sigo considerando una referencia…  he oído decirme un “te lo mereces” y un “todo llega” que me han sorprendido… no peco de humilde, lo aseguro…  supongo que, simplemente, he descubierto que todos esos que me quieren tienen una fe en mí que supera  la mía… este día diez de noviembre pasará a mi propio glosario personal de fechas a pesar de estarlo ya, lo hará con una lectura distinta… me han dado un premio, no puedo parar todavía de repetir… supongo que, porque todavía trato de entender lo que significa esa frase, no puedo escribir nada más…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No escribas nada más...es nuestro turno. ENHORABUENA DE NUEVO.
Un mojito??

Fátima dijo...

Ole, ole, ole!!!!
Un mojito... y hasta tres!
;)