Suenan las sirenas de policía en Madrid… lo hacen por
segunda noche consecutiva, no he logrado saber a qué se deben… pensé que era
por Sol, decía en ese muro que no existe, pero San Twitter dice que hay 30
personas… sonrío… en esta última noche pre-electoral, me veo recurriendo a esa
comunidad virtual de opiniones para saber la realidad… curioso… no tengo
ambiente de elecciones, creo que por el descrédito absoluto que me merece eso
que hemos bautizado como Democracia antes incluso de parirla… no he leído
encuestas, no quiero pensar en eso que se llama “mayoría absoluta” y que a mí
no deja de parecerme una mala solución… no siento el hormigueo de saber qué va
a suceder, no creo en confiarse en lo que supuestamente va a suceder…
Podría decir que me da lo mismo lo que suceda mañana, pero
mentiría… podría decir que me he molestado en leer programas políticos, pero
faltaría a la verdad… creo que, por primera vez en toda mi vida de votante,
siento la mayor de las desidias en ir mañana hasta esa urna que no va a
solucionarme la vida… he dejado de creer, quizás sea eso, en esos montones de
hojas ordenados que prometen nombres y nunca cumplen soluciones… he dejado de
confiar en quiénes aseguran velar por la ciudadanía, por el bien común… por un
futuro anclado en reprocharse el pasado… por esa falta de clase política en la
que un debate se convierte en una pelea de gallos, en la que ese acto seguido
por una nación que agoniza económicamente cuesta una millonada que me resulta
absolutamente inmoral… una que, lejos de servir para nada, sería sumamente útil
para muchas otras cosas… suspiro… en este 20-N que ya ha llegado, no siento esa
democracia que sólo puede escribirse en letras minúsculas y que a algunos les
llena el pecho… no siento que mi vida vaya a cambiar a partir de mañana… no
siento que esa prima de riesgo familia de los mercados varíe esa amenazante
escala que no sé interpretar… lo siento, soy de letras… lo mío son las palabras
y, por desgracia, ni siquiera con ellas me han convencido de a quién votar…
Una noche me desperté en Sol… en ese sentimiento de
indignación al que me sumo a pesar de no compartir muchas cosas… a pesar de
sentir que, incluso ese sentir popular, ha defraudado en gran medida las
expectativas de ciudadanos como yo que vieron en esa toma del corazón de Madrid
un símbolo de resistencia… uno de levantarse, de quejarse… de no ser esa
generación dormida a la que tanto se critica, de ejercer nuestro poder de
decisión y de elección buscando un mañana que empieza hoy… y, sin embargo, he
sentido la apatía de muchos hablando de no votar… de no ejercer ese derecho y
obligación que sólo da la democracia de decidir… de elegir… de participar
activamente de un país construido entre todos a pesar de quienes nos gobiernan,
a pesar de quienes tratan de manejarnos sin contar con nosotros ni nuestras
realidades…
Mañana por la noche espero volver a despertarme en Sol…
espero despertarme en un país en el que, gane quien gane, lo haga para
solucionar pensando en todos y no sólo en unos pocos… en un país en el que no
haya colores, en el que votemos haciéndole caso a la razón y dejando dormidas
las tripas… uno en el que ese que ostenta el enorme privilegio de
representarnos a todos sea honesto con su papel…
Un país en el que la palabra democracia pueda escribirse con
letra mayúscula y con pulso firme… uno en el que no nos tiemblen las rodillas
ni nadie nos coma los sueños de vivir…
Foto | Juan Sánchez
Foto | Juan Sánchez
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