martes, 31 de enero de 2012

Melodía desafinada...


Afino… toco…
una melodía que me gusta…
una compuesta con un nombre…
Rita se llamaba al principio, Lily se llamó después…
circunstancias de la vida que obligan, incluso, a cambiarle el alma a las cosas…
toco los primeros acordes…
suena…
a caricia…
a esa extraña sensación que despierta la música cuando se pega a los huesos…
despertando los sentidos…
haciéndonos sentir felicidad, sonrisas…
haciéndonos sentir la mayor tristeza del mundo sin motivo…
toco un silencio en mi partitura imaginaria…
uno que creí me serviría para descansar las manos…
para volver a tocar con más ganas…
permitiendo interpretar la melodía con fuerza…
haciendo que fuera lo más perfecta posible…
de esas que se sienten en los oídos para quedarse a vivir en el corazón…

Volví a tocar…
lentamente…
sin avisar de ello…
sin dejarme arrastrar por ese primer intento frustrado por halagar…
por emocionar…
por compartir la emoción de la música…
toqué lenta y discretamente…
dejando que apenas fuera un hilo musical perdido en los días…
una leve cadena de notas…
una que fuera una canción única…
distinta a las demás canciones de mi vida…
distinta a cualquier otra canción…

Toqué para volverme a sentir desafinada…
para darme cuenta de que mi público no oía…
que no había diapasón que me permitiera tocar a ritmo deseado…
que no lograba afinarme a otro oído para el que mi música era estridente…
repasé mi partitura imaginaria…
la repasé para ver en dónde había saltado una línea del pentagrama…
en qué clave de Fa me había confundido…
dónde estaba el acorde que cambió la canción…
dónde el que, quizás, se había borrado pasando la manga…

Volví a interpretar la melodía…
en silencio…
sin oídos…
sin público…
sin melodía…
sólo para saber que, a pesar de todo, sonaba bien…
que, a pesar de todo, tenía motivos para interpretarla…
para recordar que, quizás, el tempo ya no era el adecuado…
o, quizás, el público ya no quería más música…




Por una canción que empezó teniendo un nombre, Rita, y por cosas de la vida se acabó haciendo famosa como Lily... por una película que postula a los Oscars y que, para mí, ya es ganadora aunque sólo sea porque se escuche como se escuche no está desafinada... o porque, quizás, es un ejemplo de muchos desencuentros que se viven en la vida...




viernes, 13 de enero de 2012

Kilómetro 0





"Allá dónde se cruzan los caminos...
dónde regresa siempre el fugitivo... 
pongamos que hablo de Madrid"
Joaquín Sabina




Punto de inicio, pienso mirándolo…
donde todo empieza, sin duda… Madrid hoy ha sido ese reiniciar el contador…
el de la mente, el de las palabras olvidadas que de pronto se oían…
viendo ese número redondo al que le canté…
sabiendo el increíble valor que tiene un número que no vale nada…
el mismo que puede convertirse en un tesoro al lado de otro número…
esta vida a veces es sólo cuestión de alianzas…
aunque a veces sea sólo cuestión de individualidades...
pisaba disfrutando de los pasos…
de esos que, de golpe, sentía como si me recargaran la pila…
de una extraña esperanza menos cansada que de costumbre…
respiraba página nueva…
respiraba a la vez página añeja…
hoy he respirado un montón de emociones…
una bolsillada de recuerdos…
palabras ausentes…
ruidos mudos…
borré con la manga lo anterior…
para volver a escribir con tiza sólo un número…
cero…
donde todo empieza, donde todo vuelve a empezar…
notando ese calor que te dan las sonrisas amigas…
las que esperan escucharte…
las que saben que lo necesitas…
aunque no hayas pedido cita…
descontándole al tiempo sólo por escucharte…
parando el reloj sólo porque necesitas que no se muevan las manillas…
he sentido el adoquinado bajo mis pies…
contando kilómetros de reojo…
he caminado este cero para darme cuenta de que lo hacía…
para poner los pies en mi propio tejado…
mirándolo de nuevo de noche desde una ventana…
como si necesitara tocarlo para coger impulso…