Que tienes que empezar tu vida de cero... que tienes que sacarme de tu vida... y me pregunto dónde ha quedado lo que teníamos hace un mes... qué ha pasado con eso... cómo has cambiado tanto en tan poco tiempo... cómo has podido dejar de sentir en 30 días que soy la mujer de tu vida... ¿por qué?, ¿qué ha ocurrido para que de golpe todo sea tan terrible? veo las fotos que hay en casa... y te veo sonreír de una manera... que es la única con la que puedo recordar que has sido feliz... que al menos eso sí lo teníamos... aunque ahora no sonrías, aunque ahora no te vea ese brillo en los ojos que tenías hace tan poco tiempo... ojalá me hubieras dicho lo que te quemaba... ojalá me hubieras pedido marcharnos de aquí... me habría marchado contigo si el futuro era una vida en la que estuvieras mejor... ojalá yo no hubiera decidido ponerte tantas tiritas para que las cosas no te dolieran... sólo espero que algún día te dés cuenta de todo eso... no te quiero decir adiós, pero ahora mismo es la única solución que me propones...
Y lo peor es que apoyo tu decisión... que entiendo lo que tratas de decirme... pero no comprendo que necesites alejarte de mí tanto como puedas... no lo comprendo... no si es para siempre... pero así será... tú lo has decidido, yo lo he respetado... y si es así, ¿por qué duele tanto?, ¿por qué me duele pensar en no saber de ti ni de cómo te va? Lo siento, pero yo no puedo decidir que ya no existes... y si ayer me preocupabas y me dolías, sé que lo vas a seguir haciendo... aunque no haga por saberlo...
Pero tengo que alzar el vuelo... guardar la ropa junto a los recuerdos... no someterme a esta situación... no quedarme paralizada en ti... en lo que era todo... y ahora no es nada... absolutamente nada... y sé que lo conseguiré, cariño... lo sé...
Una vez me dijiste, molesto, que no hablaba apenas de ti en este blog... ¿no te dabas cuenta de que todo lo que había en él era porque tú estabas a mi lado?, ¿y que todo lo que quería decirte a ti lo hacía sin necesidad de escribirlo aquí? La pena es que ahora no quieres escuchar mis palabras... y que la única solución que tengo es lanzar mis palabras al viento... sin enfrentarme a tu frío... sin tener que ver esos ojos que, siendo los mismos, ahora mismo siento tan diferentes... antes no me hacía falta escribir aquí de ti... ahora, es la única manera de hablarte... aunque no lo leas jamás...
Vuela... vive... sé feliz... y encuéntrate... yo no voy a hacer menos... y si tú has optado por luchar contra ti, eso tendré que hacer yo también... soy fuerte, como tú me dijiste cuando te mendigué que me abrazaras... y pese a que no comprenda por qué tanto amor se queda aquí, te demostraré que puedo vencerlo...