martes, 7 de abril de 2020

Esa extraña sensación...


"Nada da más valor al miedo que el miedo de los demás"
Umberto Eco


La respiras
en ese escrupuloso lavado de manos que parece arrancarte la piel, el que hace que te escueza la calma... un gesto que se ha llevado por el desagüe la rutina, ese aburrido día a día que ahora nos parece extraordinario... con cada lavado de manos, somos más conscientes de que respiramos un aire distinto... uno que, de pronto, nos parece un auténtico enemigo... un rival silencioso que le ha robado a las personas sus nombres para transformarlos en números... en demasiados números... 

La tocas
cada vez que tienes que salir de casa... un espacio que, ahora mismo, es cárcel y castillo... nos sentimos tan atrapados como seguros... deseamos salir de ella y, a la vez, nos aterra la idea... nos enfrentamos a una compra de supermercado evitando cruzar miradas para no tener que hablar con nadie, para no tener que medir si la distancia de seguridad es demasiado escasa... acariciando la vida enfundados en guantes de látex, perdiendo de alguna manera la noción de esa realidad que hasta hace unos días era lo único que conocíamos... un mundo que, de pronto, se ha quedado congelado en el tiempo... el que ahora tocamos con la mirada desde lejos o a través de pantallas...

La masticas
cuando piensas en todos esos abrazos que no puedes dar... cuando recuerdas los últimos que le diste a la gente que quieres... esa extraña sensación nos ha robado poder estar cerca de los nuestros, poder hablar con ellos sin que haya una videoconferencia de por medio... nos ha robado el calor y la piel, pero también la libertad... una que toca ejercer de forma cautiva por el bien de todos... masticamos la impotencia de saber que muchos de esos nombres transformados en números se marchan solos de este mundo... que no pueden ver por última vez a quienes quieren porque esa extraña sensación se ha apoderado de todo... a ellos les robó la despedida, a quienes les querían les robó poder vivir su duelo como lo conocemos... con abrazos, con esas personas que amortiguan tener que decir adiós...

La ves
cada vez que experimentas la sensación de caminar las calles vacías, oyendo tus propios pasos... unos que son lo único que rompe un silencio que, de pronto, se antoja como un ruido atronador... la ves en esas ciudades que conoces y que ahora se han quedado huérfanas... mudas, carentes de vida... unas imágenes tan hermosas como estremecedoras, unas que te obligan a rebuscar en el álbum de fotos de tu mente cómo eran la última vez que las viviste... vemos esa extraña sensación detrás de las mascarillas, detrás de cada titular... está en esa curva que observamos subir con angustia cada día en el telediario... está en cada uno de esos aplausos se dan en las UCIs para celebrar que se le ha ganado un pulso a la muerte... 

Y la sientes
cada vez que tienes que mirar en el calendario qué día de la semana es porque has perdido la noción del tiempo... cada vez que pasas revista a los días transcurridos, cuando piensas en los que pueden quedar... vivimos en una extraña mar en calma, en una sensación de irrealidad desconcertante que plantea demasiadas incógnitas... el mundo sigue ahí pero no tenemos la certeza de que sea el mismo que conocíamos... y esa falta de garantía alimenta todavía más esa extraña sensación que ha inundado nuestro mundo... 

Esa extraña sensación es un miedo que no habíamos vivido nunca... uno absolutamente desconocido que nos maneja de forma invisible y sin ninguna piedad... al que tenemos que enfrentarnos sin plan de vuelo... a ciegas pero mirándole de frente... porque, aunque ahora reine, no podemos dejar que nos gobierne... 

Imagen | FaCimadevilla en Instagram

1 comentario:

Ana valdeon dijo...

Esa extraña sensacion que no ha pasado cuando alguien de tu familia se ha ido..no lo sabes bien fatima.
Ese letargo que no sabes si cuando salgamos de esto se irá o se quedara para siempre.
Esa extraña sensacion..