viernes, 18 de junio de 2010

Cazando a la musa...


Es curioso, creo que hasta hoy no me había dado cuenta… este silencio mío, alejada de mi sopa, no es más quizás de un momento vital un tanto peculiar… ese que hace que escriba teniendo claro que mi musa se ha marchado de copas y me ha dejado aquí sola… es terriblemente sombrío lo que escribo, le decía a esa batracia mía por teléfono mientras iba a comprar arena de gato, mira que no lo releo pero es la sensación que tengo cuando voy por mitad de la hoja en blanco… este silencio de mis dedos me ha tenido un poco en jaque, lo reconozco… ya escribirás cuando te lo pida el cuerpo, me decía esa rubia que me acompaña de manera impenitente en esta vida, mientras tanto no es obligación… supongo que no de la misma manera que siento que sí lo es… de alguna forma, estar en esta sopa de manera regular es lo que me permite decir libremente todo eso que en otro lugar no puedo… contar las cosas que, de otra manera, no sé contar… es mi espacio, mío por derecho propio… ese que hace que pueda mirar por la ventana y dejar que se me pierda la cabeza en la oscuridad… escribo con las piernas sobre la mesa y el teclado apoyado en los muslos… no sé qué le sucede a mi cuerpo, pero mis extremidades inferiores en este momento se me revelan… ante quién no quieres doblegarte, me decía esa mujer que convierte un masaje en paliza… sonreí al oírla decirlo… supongo que la lista, en este momento de mi vida, sería interminable… pero también supongo que ese dolor de rodillas que siento en este momento me acompañará por siempre… lo dije una vez de una manera que hasta a mí me sorprendió por su rotundidad y he optado por asumirlo como máxima vital… no he nacido para conformarme… quizás mi musa tampoco y por eso ha echado a volar... lleva un parche pirata y sus alas son blancas por si alguien la ve en alguna parte...

Escribo con Golfo dándome con una pata para que le haga mimos… lo hago en una noche casi veraniega por la temperatura de esta jungla de cemento… lo hago con una Mahou –cómo no- fresquita y ese humo que me acompaña así no quiera… es viernes y estoy aquí en un silencio que esta vez es absoluto… preguntándome dónde andará esa que me susurra al oído ese orden de palabras que hace que sea, que escriba… que cuente y, sobre todo, que escupa… no ha contestado a ninguno de mis mails pidiéndole por favor que vuelva conmigo, que me acompañe en estas noches en las que intento armar ese puzzle vital que no paro de montar y desmontar así sea con las mismas fichas… sonrío… creo que en alguna parte de su escapada, ha conocido a un chulazo moreno y se ahorra volver conmigo… no la juzgo ni la critico… probablemente yo haría lo mismo en su lugar, digo con mucho cachondeo cuando gasto esta broma cuando me preguntan por qué no escribo… probablemente, esté mejor que en este barco pirata que anda ahora mismo más a la deriva que nunca pese a no perder el equilibrio… podría decir que salió a comprar tabaco, pero ni siquiera me lo comentó antes de cerrar la puerta… sólo se fue…

Sonrío… creo que vivir permanentemente en esta teoría del caos que parece propia se está convirtiendo en costumbre… supongo que, de no ser así, esta vida mía no sería tan peculiar ni tan divertida… no te preocupes nena, decía por teléfono mientras pagaba en el chino la arena, que cuando ET pase por delante de la ventana de casa en bici ya le digo que tire para la tuya… me río, es cierto… aunque a veces se me olvide, he aprendido a burlarme de mí misma… de mis episodios, circunstancias, momentos y locuras varias que componen esta sopa que no hace más que biografiar mi propia vida… curioso… soy jodidamente celosa de mi espacio personal y de mi vida pero, sin embargo, me expongo en esta enorme marea que es Internet para que puedan sacudirme las olas… sonrío… otra de mis eternas contradicciones, sin duda… no siento el verano, pero tengo la cabeza puesta en un Santiago de reencuentros… estoy cansada, pero tengo ganas de bailar… soy fan fiel de la vida, pero a veces me gustaría pegarle fuego… doctor qué me pasa, me pregunto a veces descojonándome viva emulando ese anuncio de Fujitsu que sufrí en carnes propias… supongo que tan sólo son estos treinta años que siento tan peculiares… está claro que los recordarás como la época de experimentar, me decía esa opositora impenitente que he puesto en mi vida… sonrío… no existe mejor etiqueta…

Supongo que precisamente por eso también experimento esta sequía creativa mía que hace que mis dedos se sientan incapaces de contar y de decir… experimento algo que me preocupa y a lo que he decidido rendirme como remedio… volverá cuando toque, me digo a veces cuando me doy cuenta de que ha pasado un día más sin escribir para mí… he decidido dejar caer las páginas del calendario para darle cancha a esa musa cabrona… que se desahogue, que se desfogue… que viva lo que tenga que vivir… que lo sienta y lo saboree como se saborean las cosas bonitas que pasan en la vida… con intensidad, afilando el paladar para identificar hasta el último de sus sabores… sintiéndolas por dentro como pequeños regalos de la vida… quiero que lo viva, que se emborrache de todo eso… que aprenda también de esos revolcones emocionales que nos dan las palabras… los amigos que, de golpe, te pegan una bofetada en las meninges… que aprenda lo que es lidiar con la incógnita, con la duda de no saber sobre dónde se está poniendo el pie… que disfrute de sentir el suelo moverse debajo, con esa mezcla entre el miedo y la excitación que despierta el riesgo… quizás cuando lo haya sentido todo, vuelva… mientras tanto, musas del mundo, no estoy buscando reemplazo… si algo me caracteriza es la lealtad así que la esperaré… lo digo convencida… al igual que yo, ella volverá… y cuando lo haga, seguro que tiene un montón de historias que acariciarme al oído… 

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