viernes, 3 de enero de 2014

Propósitos de Año Nuevo




Tengo amigos que descubrir y muchas cosas que conocer
El Principito, Antoine de Saint-Exupéry



Siempre, a estas alturas de año, suelo hacer balance... esa peculiar palabra que supone matemática pero que aplicamos a la realidad de nuestras vidas... a algo tan imposible de medir como es vivir... un difícil ejercicio en el que, pesa en mano, cargamos los platillos en busca de un equilibrio inexistente... este año, sin embargo, he decidido romper esa rutina... he pasado a este año par que suma siete como si no supusiera un cambio de calendario... como si, simplemente, hubiera llegado ya a pesar de que esa cosa llamada Navidad diga lo contrario... mi año ha despertado antes incluso de vestir de gala Enero, un extraño sueño dispuesto con un único objetivo... he decidido no hacer propósitos como cada año para desatarme con rebeldía de esa obligación... de la de establecer lo que hemos de hacer a lo largo de doce meses para luego hacer balance... para contabilizarnos... para castigarnos y perdonarnos por las cosas no hechas... 

He empezado este año que suma siete sabiéndome más consciente que nunca de que este peculiar viaje no tiene billete de regreso... sabiendo más que nunca que sumar años supone el mejor consuelo para envejecer, para hacerlo lentamente cada día... no he empezado el año haciéndome más propósito que sonreírlo, que vestirlo de ilusión... retomando ese espíritu inocente de ver maravillas en las cosas más pequeñas, en las que quizás son invisibles para los demás pero rotundas para cada uno... empiezo este año queriendo alejar de mí el sí constante, el no perenne... mirando la agenda no como una enemiga sino como una compañera, desenfadándome con los enfados para que no me quiten esa sonrisa que me recomiendan que no pierda nunca... recordando ese sanísimo hábito de sacar las alas sin moverme de una silla, de contar como necesidad vital y no profesional... de escupir palabras con mimo, con rabia o emoción pero sin corsés... recordando lo vital que es el significado de amistad, sacándole brillo a una cuenta siempre en números rojos... en este nuevo año, tengo el propósito de desterrar el fluorescente rosa para que él no me destierre a mí de mi propia vida... para que no sea el dictador de unos días que son sólo míos...

Suma siete, ese es mi gran presagio para este 2014... un número mágico que, además, coincide con esas siete vidas de gata que atesoro entre ronroneos... un año más para sentir saboreando cada una de sus seis letras... para entender que incluso la tristeza solo es el pequeño precio que hay que pagar por vivir... un nuevo año para entender que si quedan muchas cosas por hacer es precisamente porque estamos vivos, para comprender que intentar ser felices es obligatorio por estarlo...  para que eso sea el único propósito posible para un nuevo año... 

Foto | facimadevilla en Instagram

No hay comentarios: