domingo, 22 de diciembre de 2013

Mi querida España...

Vivo en un país donde quien puso una bomba o violó a una niña sale a la calle...
el mismo país donde ahora pueden privarte de libertad por manifestarte frente al Congreso...
el lugar en el que acabas en la cárcel por quejarte contra un determinado gobierno...
Vivo en un país en el que aborto se considera un delito penado con cárcel... 
un país donde una violación está castigada con una pena menor... 
uno que no entiende que la libertad no implica condena, que tomar una decisión así no supone obligar a nadie a hacerlo...
Vivo en un país en el que los políticos roban a manos llenas...
el mismo en el que no se puede creer en el poder porque él no cree en su pueblo...
un país que, gobernado por unos o por otros, está a merced de sus intereses personales... 
un lugar en el que se defiende la austeridad desde un cómodo sillón con sueldo vitalicio mientras las familias rebuscan en los contenedores...
Vivo en ese lugar llamado España en la que la pobreza y el hambre han llegado a esta modernidad anclada en un pasado que no queda tan lejos...
donde es sencillo mandarte a la cola del paro como medida para fomentar el empleo... 
el mismo que te mete en la cárcel por decidir sobre tu vida pero no penaliza a un empresario por despedirte si estás embarazada...
Vivo en un lugar en el que los bienes básicos están a merced de privatizaciones con puestos prometidos...
un país en el que el número de parados es el mismo que el de trabajadores autónomos...
esa patria en la que trabajar por cuenta propia implica hacerlo para el estado...
para que no te dé nada y te lo quite todo bajo ese eslogan de velar por las arcas públicas...
Vivo en ese país que se jacta de ser moderno mientras retrocede en el tiempo...
en el que algunos se golpean en el pecho por ver un crucifijo en un aula, ese mismo en el que sí se tolera un velo cubriendo la cara en una clase...
el mismo lugar en el que ser patriota se confunde con ser facha...
en ese estado en el que se mira por encima del hombro a otras supuestas democracias igual de corruptas, de mentirosas y de vacías que la nuestra...
Vivo en el país en el que las escuelas se cierran...
ese mismo en el que el mayor logro de la democracia, la popularización de la educación, vuelve a convertirse en un artículo de lujo...
el mismo lugar en el que la sanidad es una arcada para quienes tienen urgencia por vivir y una larga lista de espera por delante...

Soy de ese país en el que unos pocos se creen con derecho de decidir por todos...
ese lugar en el que unos pocos son libres de prohibir sin pestañear...
en el que la libertad de la democracia es papel mojado...
vivo en un país que ha dejado de creer en sí mismo a golpe de escándalos...
de ministros...
de braguetazos...
de engaños...
de miseria...

Vivo en ese país llamado España... ese mismo país que a veces cuesta trabajo pronunciar sin sentir vergüenza, sin sentir pena...
ese país por el que muchos lucharon y del que muchos otros se aprovechan...
ese que tiene por filosofía dividir en vez de unir... pelear en lugar de remar en la misma dirección...
ese mismo en el que no creemos en nuestra clase política porque, en el fondo, solo es un reflejo de quienes somos como sociedad...

Vivo en esa España que ya no es mía y ni siquiera nuestra... esa misma España que enturbian unos pocos con sus buenos presagios económicos, con unas políticas de recorte que no les afectan... con unas libertades que menguan... con demasiado que a todos los demás nos deja sin nada... 

Creo que no hay mejor letra que la de Cecilia (censurada en su día, sea dicho de paso... algo que me temo que no se queda en el pasado) para darse cuenta de que, pasados los años, la sentencia de muerte está firmada... España vieja, España nueva... y han pasado treinta años... 



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