"La paz es para todo el mundo lo que la levadura para la masa"
El Talmud
Miré el cielo rosa, el color rojizo del sol escondiéndose
hasta mañana… Juan llevaba el hueso en la boca como medida preventiva para
evitar que volviera a tirárselo y tuviera que ir a buscarlo… las plantas
empiezan a desperezarse, pensé mirando los tiestos que pinté como regalo…
recordé que tenía pendiente hacer un bizcocho con todos esos huevos ricos de
pueblo que habíamos coleccionado en cuestión de unos días… algo parecido a una
lechuza empezada a hablar desde un árbol… la masa empezaba a tener consistencia
de masa, el fresco empezaba a colarse como lo estaba haciendo Tani por la
ventana pero sin dejar la marca de las patas sobre el azulejo blanco… el horno
daba calor, la manga de viento apuntando al noreste…
Me senté en el porche envuelta en una chaqueta enorme, los
pinceles tumbados sobre la mesa… Michel Camilo sonaba por todas partes mientras
el olor a dulce empezaba a impregnarlo todo… las margaritas del prao comenzaban
a cerrarse para resguardarse de la oscuridad… la noche ya había empezado a
cantar su nana, una lechuza le daba la réplica a la anterior… sobre el papel, empezaron
a nacer flores… una taza de té de jengibre y limón humeaba sobre la mesa, Juan
dormía sobre mis pies…
Huele a frío mezclado con bizcocho de limón… a cuadra sumada
a rocío… a niebla y a luna escondida… a noche y a campo… dónde queda Madrid,
pienso mientras pinto nubes… ahora mismo lejos, me contesto yo sóla…
2 comentarios:
Quiero un bizcocho de esos...
No sé quién eres, pero te lo hago encantada cuando quieras...
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