Esta noche he cogido
una calculadora imaginaria... una en la que no hay números, pero sí momentos...
en la que puedo sumar y restar sin que siga una regla matemática... una en la
que se me multiplican las tristezas aunque no quiera que así sea... me pregunto
cómo funciona este particular ábaco en el que es imposible entender cómo coño
cuenta cada bola... estoy sola pero no me siento sola... estoy triste y, en ese
caso, no puedo evitar sentirme de otra manera... he tratado de hacer una
ecuación con todos esos sentimientos que hoy se me han juntado en el picado más
fino de la thermomix... y sólo he logrado emborronar una hoja en la que había
demasiado escrito... una hoja en la que esta noche no sé cómo escribir...
preguntándome dónde están los renglones para poder seguir haciéndolo...
intentando pintarlos mientras, sin querer, borro cada línea con la manga al
pasar el brazo... con una regla imaginaria que, cada vez que la apoyo, deja de
ser recta... convirtiendo algo tan sencillo como trazar una línea una auténtica
odisea...
Recuerdo que soy de
letras mientras también recuerdo que recordar puede jugarnos malas pasadas...
que los pasados son sólo ayeres, que cada bendita división de un simple día
conlleva una historia diferente... una suma nueva que hacer, una nueva que
resolver... una más a la que prestarle atención para poder resolver la
incógnita que encierra... para poder sonreír al final de cada problema
matemático... para sentir ese extraño placer de saber que has podido con los
números, que has logrado desafiar a la mismísima razón... para dejar de hacerlo
cuando logramos el resultado sin tener que esforzarnos... cuando la fuerza de
la costumbre, de la práctica o de la rutina de sumar hace que deje de resultar
atractivo hacerlo... me pierdo con los números, a mí me va coser palabras...
pero trato de que cada bendita suma me haga sonreír... a pesar de que pueda
resistírseme, le pongo ganas...
Busco una goma para
borrar, para quitar esos números equivocados y volver a empezar... pero no
puedo quitar ese trazo que me recuerda qué hay escrito, qué se hizo mal para
que ese número no diera el resultado que tenía que dar... esta noche me siento
completamente vencida por las matemáticas... por esas sumas que supe hacer, por
esas restas que no se pueden borrar... la calculadora imaginaria solo ha
servido para recopilar todas esas bolas de madera de colores que no sé
interpretar... unas en las que las noches se convierten en días demasiado
largos, esas mismas en las que sirve de poco pensar en los aciertos...
Matemáticas... nunca
se me dieron bien, repito... quizás, estoy obligada a rendirme a esa evidencia
a pesar de intentar pelear lo contrario... quizás por eso lo mío siempre fueron
las palabras...
Foto | facimadevilla
2 comentarios:
otra noche dura?.
Porque los numeros a las que " somos de letras"... y no te ha entrado el sueño?.
Ana.
Si, Ana... demasiado dura... larga, centrifugada, fría y muchas cosas más... al menos, estar en las montañas amortigua...
Y no tía, no me ha entrado sueño!! y no sólo eso, sino que he dormido dos horas y poco y llevo desde las 11 dando guerra!!!
Cómo dices que se llaman tus amigas blancas?? ;)
Mil gracias por leerme!
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