lunes, 8 de abril de 2013

Matemáticas...


Esta noche he cogido una calculadora imaginaria... una en la que no hay números, pero sí momentos... en la que puedo sumar y restar sin que siga una regla matemática... una en la que se me multiplican las tristezas aunque no quiera que así sea... me pregunto cómo funciona este particular ábaco en el que es imposible entender cómo coño cuenta cada bola... estoy sola pero no me siento sola... estoy triste y, en ese caso, no puedo evitar sentirme de otra manera... he tratado de hacer una ecuación con todos esos sentimientos que hoy se me han juntado en el picado más fino de la thermomix... y sólo he logrado emborronar una hoja en la que había demasiado escrito... una hoja en la que esta noche no sé cómo escribir... preguntándome dónde están los renglones para poder seguir haciéndolo... intentando pintarlos mientras, sin querer, borro cada línea con la manga al pasar el brazo... con una regla imaginaria que, cada vez que la apoyo, deja de ser recta... convirtiendo algo tan sencillo como trazar una línea una auténtica odisea...

Recuerdo que soy de letras mientras también recuerdo que recordar puede jugarnos malas pasadas... que los pasados son sólo ayeres, que cada bendita división de un simple día conlleva una historia diferente... una suma nueva que hacer, una nueva que resolver... una más a la que prestarle atención para poder resolver la incógnita que encierra... para poder sonreír al final de cada problema matemático... para sentir ese extraño placer de saber que has podido con los números, que has logrado desafiar a la mismísima razón... para dejar de hacerlo cuando logramos el resultado sin tener que esforzarnos... cuando la fuerza de la costumbre, de la práctica o de la rutina de sumar hace que deje de resultar atractivo hacerlo... me pierdo con los números, a mí me va coser palabras... pero trato de que cada bendita suma me haga sonreír... a pesar de que pueda resistírseme, le pongo ganas...

Busco una goma para borrar, para quitar esos números equivocados y volver a empezar... pero no puedo quitar ese trazo que me recuerda qué hay escrito, qué se hizo mal para que ese número no diera el resultado que tenía que dar... esta noche me siento completamente vencida por las matemáticas... por esas sumas que supe hacer, por esas restas que no se pueden borrar... la calculadora imaginaria solo ha servido para recopilar todas esas bolas de madera de colores que no sé interpretar... unas en las que las noches se convierten en días demasiado largos, esas mismas en las que sirve de poco pensar en los aciertos...

Matemáticas... nunca se me dieron bien, repito... quizás, estoy obligada a rendirme a esa evidencia a pesar de intentar pelear lo contrario... quizás por eso lo mío siempre fueron las palabras...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

otra noche dura?.

Porque los numeros a las que " somos de letras"... y no te ha entrado el sueño?.

Ana.

Fátima dijo...

Si, Ana... demasiado dura... larga, centrifugada, fría y muchas cosas más... al menos, estar en las montañas amortigua...
Y no tía, no me ha entrado sueño!! y no sólo eso, sino que he dormido dos horas y poco y llevo desde las 11 dando guerra!!!

Cómo dices que se llaman tus amigas blancas?? ;)
Mil gracias por leerme!