jueves, 11 de marzo de 2010

Destiempos...


Las miré escaparse mientras en mis oídos sonaba esa canción… esa pequeña fábula cantada en francés que me ha dado carta blanca para hacer algo que mi cuerpo necesitaba… llorar, desahogarme… dejar que ese freno invisible que me impuse tanto tiempo atrás dejara de tensarme las neuronas en esa extraña tierra de nadie… me río mientras me caen las lágrimas… prescribo llorar con la misma soltura que un médico te da una receta para comprar ibuprofeno, y sin embargo soy  incapaz de hacerlo… incapaz de permitírmelo… incapaz de dejar que ese mecanismo de defensa del cuerpo tenga rienda suelta para desbocarse… para dejarse llevar por esas cosas que a veces duelen y otras emocionan… para quitarle el tapón a una bañera llena de días para, simplemente, ver cómo se van por el desagüe… prueba superada, me digo a mí misma buscando un kleenex en el bolso, vuelvo a sentirme al mismo nivel que el resto de esos humanos que tanto he echado de menos…

Sentada en ese banco, he analizado esos destiempos que a veces suceden y que hoy me han llevado a parame a mirar mi vida en ese parque… una palabra que no es mía pero que sí he sentido, que comparto… no todos los días pasan cosas bonitas en la vida, dije en un susurro siendo consciente de que quizás las cosas tienen que ser solamente episodios y no historias… que, por lo que sea, los calendarios de la vida no se ponen de acuerdo para permitir que lo sean… que, tal vez, pese a todo las cosas que suceden lo hacen porque así toca… porque son quizás pinceladas de un lienzo mucho más grande al que le quedan muchas por pintar… destiempos, pensaba sentada en ese banco… últimamente, oigo hablar mucho de ellos… de esos momentos inadecuados pese a contar con los personajes oportunos… de esos chispazos de vida que aparecen y desaparecen ante tus ojos por el motivo que sea… sonrío… quizás los destiempos nos demuestren que las cosas existen… que están, que pueden suceder… quizás sea un guiño del destino para que las busquemos, para que las vivamos… para que las cataloguemos en el mapa de los tesoros, reorientando la brújula… destiempos, tiempo… momento, circunstancias… palabras, sí… realidades, también… nunca sabremos si la decisión era correcta o no de haberse producido en diferente momento… en distintas circunstancias… en otro tiempo que no es el que toca vivir… sonrío…  soy hija del rock&roll, me digo a mí misma con mucho cachondeo, no hay mayor destiempo que ese habiendo nacido en los ochenta… quizás, sólo por eso, soy una puta contradicción y adicta a diseccionar mis destiempos… para entenderlos… para tratar de exprimir ese zumo que sé que tienen… dulce, agrio… sea como sea... tratando de entender, incluso, aquéllo que no tiene explicación o aquéllo que, aún teniéndola, no me resulta comprensible…

Me caían las lágrimas sin que pudiera detenerlas y sin intención alguna de hacerlo… quizás porque, por una vez después de tanto, podía permitirme a mí misma sentir esa fragilidad… sentada en un banco del parque que me rescata de este asfalto que me come con los cascos del iPhone –puto iPhone- escupiendo letras que parecían a medida para la situación pese a estar en modo aleatorio… para ese momento de mi vida de una soleada mañana de este Madrid en la que, simplemente, me rendí al hecho de que no soy de hielo… que me pesa saber que vivo destiempos, contratiempos… circunstancias, situaciones… realidad, ocho letras… eso que nos rodea y que es, al final, el suelo sobre el que pisamos… el que hace que demos cada paso… que caminemos en un sentido o en otro… la he mirado de frente pese a conocerla… quizás por eso me he permitido a mí misma darme un rato para volver a sentir el suelo sobre el que piso… para revisar esos destiempos que marcan muchas veces las pautas de tu día a día aunque tratemos de luchar contra ellos… por qué hacerlo, me digo a mí misma, existen para y por algo… y, supongo, el único motivo por el que suceden es para descubrir para y por qué… sonrío… forman parte del riesgo de tirar el dado sobre el tablero… de jugar a vivir y a explorar… de construir ese puzzle que cada uno tiene y que hace de cada existencia una única…

1 comentario:

Anónimo dijo...

destiempos, contratiempos. Las situaciones se cambian para romper esos destiempos.

A lo mejor es que no está en tu camino que cambien. Y por algo ha de ser.