Vuelvo
a este Madrid mío de las madrugadas… vuelvo después de un paréntesis que sabe a
vida, a ganas… a sonrisas… a palabras, a verdades y mentiras… a muchos
momentos, a muchas cosas… vuelvo para mirar desde este faro que me permite
contemplar tejados contrayendo las pupilas a pesar de la oscuridad… para repasar
tantas cosas que, quizás, necesito señalar con un fluorescente como cumplidas…
vividas… examinadas… archivadas… para poder cerrar el cajón decidiendo qué coño
hacer con la llave… si dejarla sobre la mesa o esconderla en una caja fuerte…
sonrío… abrir y cerrar, pienso, siempre es la misma dinámica… la misma
situación de tener que escoger una opción o la otra… tan opuestas, tan
distintas… sentada en este lugar del mundo que me pertenece, miro por la ventana
mientras en mi mente se suceden mil imágenes como lo haría una película
rebobinada… fotos que son sólo mías y que he sacado sólo porque han despertado
algo en mi mente como para disparar el botón de la cámara… respiro hondo
notando cómo se me llenan los pulmones… cómo se desahoga el cuerpo cuando
suelto todo el aire… somos Barbies o Gi Joes, me preguntó una amiga esta mañana…
me río… no sabría contestar, ni siquiera yo lo sé… supongo que a todos nos
asusta la fragilidad de sentirnos esa muñeca rubia de goma, supongo que tampoco
somos ese fortachón de plástico… sonrío con cierta tristeza… oscilo otra vez
entre dos personajes tan contrapuestos… contraposición, buena palabra…
contrarios, opuestos… distantes… diferentes… como las vidas, como las personas... como las vidas dentro de vidas...
Vuelvo
a respirar hondo, notando ese aire bendito que libera cuando entra y sale de mi
cuerpo… he puesto un paréntesis antes de seguir escribiendo, uno de silencio y
quietud para mirar por estas ventanas… sintiendo los dedos incapaces de saber
cómo contar eso que quiero escupir para liberarme del peso… escuchando sólo la
música que me acompaña… tratando de buscar la manera de contar la ilusión que
sentí, sólo, mirando un cielo acojonantemente estrellado… uno que parecía un
campo de luz y que veía con una nitidez impresionante, sintiendo el extraño abrazo del calor a pesar del frío… sabiendo que sólo lo viviré, de esa manera, una vez…
notando que se me saltaban unas lágrimas con sabor agridulce, sin capacidad de definición... emoción, me pregunté, o tristeza… capítulos de vida independientes dentro de
otra vida… fotos que probablemente no se repetirán más… sabiendo que, probablemente, esos pedacitos de vida sean mucho más auténticos que la realidad diaria... conociendo esas fichas
que no se mueven y que tampoco sé si quiero que lo hagan… a veces me pregunto dónde perdí la libertad, otras me digo que la encontré aunque no haga uso de ella... me pregunto por estas
páginas escritas y vividas, tratando de entender su sentido… tratando de
comprender sus por qués, sus para qués… todo lo tiene, le dije por vez millón hace poco a la
rubia, todo lo que pasa en la vida tiene un por qué y un para algo… tal vez por
eso continúo pirateando, siguiendo un mapa en el que la ruta de destino se ha
borrado con la sal del mar y navega entre la neblina de una mañana de adioses no dichos… supongo que así tenía que ser, me digo para mí
mientras escucho cómo repica la lluvia en este tejado… recordando otra noche de
lluvia en la que también me paré para escuchar su sonido sonriendo a pesar de haberlo oído tantas otras veces... sonrío… otra foto
más de mi propio álbum…
Cuento
el tiempo en un calendario mental… sabiendo su peso, siendo consciente de su
increíble labor para tantas cosas en esta vida… tratando de destripar algo más
la diferencia entre el querer y el poder, entre el deber y el hacer… poniéndome a mí misma esa prueba, esa
que quizás necesito para tratar de equilibrar el timón… una que quizás sea
necesaria para colocar un poco más mi propio puzzle, ese en el que siguen
bailando algunas piezas… unas que acaricio con la mano girándolas entre los
dedos, unas que me hacen dudar de ponerlas en su lugar o seguir jugando con
ellas… quizás no quiero ver todavía el conjunto del dibujo de mi propio puzzle,
uno que sé ha cambiado... uno que es distinto… sonrío… hace poco le explicaba a
un recién estrenado amigo la teoría que se grabó a fuego en una terraza de el Algarve en mi otra vida de gata… es cuestión de volver a poner cada pieza
en su lugar, le decía a través de una pantalla, quizás cuando lo acabes el
dibujo sea distinto… sonrío mirando esta oscuridad… creo que todos tenemos
nuestro propio puzzle, uno que se reinventa casi día a día… uno que cambia de
dibujo y que nos hace ser tanto Barbies como Gi Joes como viceversa… uno que,
quizás, sólo el tiempo ordena para volver a desordenarlo… para hacernos sentir
dos personajes completamente distintos dentro de una misma vida… para hacernos vivir una vida jodidamente auténtica dentro de otra jodidamente falsa... realidad o ficción, muñeca rubia o soldado... debilidad o fortaleza, verdad o mentira... supongo que ambas cosas se suman y se restan dentro del contexto de cualquier vida...
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