Ha
sido colgando el teléfono cuando me he dado cuenta de que, de golpe, me sentía
más anciana… más vieja… más cansada, quizás… sin saber distinguir si el
cansancio era mío además de ajeno… uno para el que tengo una almohada para
conciliar el sueño que no puedo ofrecer… una almohada que no puedo colocar
porque no tengo cama, porque no soy dueña de ella… porque, quizás, mi colchón
no está simplemente colocado en el lugar que le corresponde… respiro hondo
buscando ese alivio que oxigena las neuronas y me quita parte de ese peso que
de golpe siento dentro… los chinos que son muy sabios, dije, consideran que el
error es que ante un problema nos centramos en él más que en buscar la
solución… sonreí al decirlo, burlándome de mis propias circunstancias… sabiendo que yo soy la primera que muchas
veces sólo ve la altura de la ola en vez de buscar el hueco para capearla… o
que, incluso, conociendo por dónde escapar prefiere mantenerse heroicamente
hasta que la ola comience a romper… quizás ahora mismo lo hago, quizás por eso
me he puesto a escribir para tratar de apaciguar ese océano embravecido que de
golpe me empuja de morros contra la arena… notando cómo sí me importan algunas
cosas… cómo si siento escozor cuando me cae sal sobre lo que yo no creía
herida… no sangra, es cierto, pero noto un picazón que antes no sentía… me
pregunto si ese escozor puede degenerar en algo más… en algo que no puedo
asumir, algo que sé que no quiero permitirme a pesar de los pesares… realidades
o ficciones, me digo a mí misma... sé que no son verdades o mentiras, sé
diferenciar una cosa de la otra… lástima que, a veces, vivamos en la que no
toca y escondamos la que corresponde…
Sonrío…
he vuelto a rescatar del Club de las Palabras Prohibidas una de las que fueron
proscritas en mi otra vida de gata… tiempo, seis letras… ahora no está
prohibida, quizás porque sé que es un antiséptico que no mancha… que sólo pica
hasta cicatrizar completamente y, con un poco de suerte, no dejarte una marca
terrible sobre la piel… sólo una señal que te recuerda que existió, que lo
viviste… sonrío sabiendo que ese tiempo es sabio para todo… para deshacer
marañas… para ordenar puzles… para remendar velas después de haber permitido
que se rasgaran en alguna tormenta… para deshacer montañas de páginas sin sentido, montañas que
se nos caen encima en una mañana de martes para atraparnos debajo de un mar de
papel… tiempo, pienso respirando hondo de nuevo, ese que a veces dejamos correr
sin pararnos a pensar en su significado y otras tanta falta nos hace… pienso en
ese tiempo, en esos días y en los de mañana volviendo a respirar hondo… sabiendo
que tengo enturbiada la bola de cristal y que sólo la puedo limpiar a golpe de
jarabe de sonrisa… de ese que tan sólo consiste en darle la vuelta a la
realidad para mirarle las costuras… para buscar cómo están cosidas, para
entender cada hilván…
Hablamos,
oí… hablamos, contesté… una frase hecha que de golpe me sonó de otra manera…
hablamos, pensé para mí… sonrío diseccionando los silencios y las palabras…
sabiendo que a veces se usan en exceso y otras en defecto… que sólo el tiempo
marca cuando son necesarias y cuando están de sobra… sonrío… me doy cuenta de que
en la ecuación hay demasiadas incógnitas y que es necesario despejar algunas…
ecuaciones, ejercicios matemáticos… unos que pese a saber hacer, nunca entenderé
para qué sirven pese a su utilidad… unas que se me antojan la única manera de
recordarme de golpe una condición irreal pese a su realidad… auténtica pese a
su aparente ficción… parcialmente digerida pese a llevar tanto masticándola…
curiosa esta vida que se vive a mordiscos, que se cuenta en digestiones… que,
de golpe, te hace sentirte únicamente un tropezón en la sopa… sonrío… sé que no
lo soy pero, a efectos prácticos y por contradictorio que pueda serlo, es en lo
que me convierte la realidad… uno que hoy he descubierto que no me gusta, que
me incomoda a pesar de conocer gran parte de la receta de la sopa… uno que sé
que no merezco… cojo aire mientras me recuerdo a mí misma el siguiente paso… elegir,
otra vez… escoger, nuevamente… decidir… respiro hondo… realidad o ficción, sin
más...
Mi banda sonora para las últimas líneas de este post... una letra con mil interpretaciones pero que, pese a esa melancolía que se le escurre con cada acorde, me encanta...
1 comentario:
Sopesa lo que mereces y no postpongas que el tiempo pondrá a cada cual en su sitio.
Publicar un comentario