viernes, 15 de octubre de 2010

No puedo...

No puedo atrapar el otoño… aunque me mate a sacarle fotos… aunque me recorra la carretera intentando capturar lo mismo que veo con los ojos… para tener ese pequeño tesoro… para, incluso, no compartirlo con nadie…
No puedo quedarme con los colores… con esos mil tonos que se pintan en el monte… con esos que convierten cada montaña en una única… en una estampa que miro y remiro para tratar de atrapar cada pequeño detalle, cada matiz…
No puedo guardar el aire en un frasco… ni envasarlo al vacío… ni retenerlo para abrirlo cuando vuelva a la jungla de hormigón y cerrar los ojos para sentirlo invadirme los pulmones… no puedo sentir el olor de la tierra… ni el de las hojas amarillas… ni el de las vacas pastando, el de todo el ganado tendido sobre los praos…
No puedo quedarme con las nubes… con esas que parecen algodones suspendidos como por arte de magia… en mitad de un cielo azul en el que, a veces, no hay sol… en ese en el que la luna se ve como en ninguna parte a pesar de todo...
No puedo llevarme este frío húmedo… el que te provoca un escalofrío al meterte en la cama… el que sabe a pueblo, a tierra, a sitio… a raíz… a respiro… a torre, amigos y recuerdos…
No puedo congelar el rocío de las heladas… ni el olor a leña seca de la cuadra… ni el olor a leña quemándose… ni tampoco el de la calle cuando ves las chimeneas entre las nubes…
No puedo llevarme los recuerdos… los que comparto con otros… los que son sólo míos… los que se viven sin que nadie lo sepa… los que se ocultan para evitar el escándalo…
No puedo llevarme el sonido del río… ese que no se detiene a pesar de todo lo que sucede… ese que hace de este lugar uno que es reino del agua…
No puedo llevarme este silencio… el que se vive en las noches de estas calles sin apenas asfalto… el que me acompaña cuando vuelvo a casa pensando… en el que me refugio cuando el mundo me supera…
No puedo llevarme las sonrisas… ni los besos… ni las conversaciones… ni el cariño… ni las confesiones… ni las palabras ni los secretos… no puedo llevarme en papel Albal nada de lo vivido…
No puedo meter en el maletero el cielo que veo por la noche… plagado de estrellas… con una media luna imponente… con una luna que, sea como sea, siempre se ve increíble... no puedo metérmelos en un bolsillo para mirarlos y remirarlos tantas veces como quiera…

No puedo empaquetar nada de aquí… conjugando, nuevamente, un verbo en negativo… una vez más, otra vez… no puedo, me digo… no puedo, lo sé… pero puedo volver… aunque no haya árboles pintados de otoño… aunque no rescriba los mismos recuerdos… aunque las cosas cambien… aunque el río siga corriendo… aunque siga oliendo a tierra, a pesar de que huela a frío… aunque parezca que nada cambia así me vaya o vuelva... aunque no pueda llevarme el aire, ni lo que ven mis ojos… aunque ese cielo no se vea tan cerca, a pesar de que la luna cambie… aunque haya silencio… y a pesar de que no sienta la piel…

6 comentarios:

Riáriápitá dijo...

seguidora que me he hecho, y sólo leyendo ésto, creo que a partir de ahora, incondicional...
Besos, con olor a leña y teñidos de los colores que pasean a sus anchas por nuestras montañas.

Fátima dijo...

Ole!
Bienvenida eres a mi sopa...
;)

nerea dijo...

Como me gusta leerte....

Fátima dijo...

y a mí que me leas, hermana...
:)

Logos Comunicación dijo...

Yo tampoco puedo, pero te aseguro que cierro los ojos y me encuentro en Picos, escuchando, viendoo y sintiendo hasta el último detalle de la tierrina!

Fátima dijo...

Flaco, Picos tiene un pedacito en Panamá... y yo uno de ti en Picos...

Tanto ellos como yo te esperamos...