miércoles, 13 de octubre de 2010

El efecto mariposa de mis treinta años...

Efecto mariposa: en un sistema caótico, la mínima variación puede provocar que el sistema evolucione de forma inesperada: una mínima perturbación puede generar un efecto grande. Popularmente, se dice que el simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo.

Me miro las alas y sonrío… respiro… miro el calendario y me doy cuenta de que esa cuenta atrás ha comenzado… difícilmente me escapo, jodidamente la sigo… oigo el tic-tac de ese reloj que llevamos todos dentro… uno que no tiene que ver ni con la maternidad ni con las cosas pendientes ni con lo que se supone que tienes que vivir… escucho cómo suma la aguja, escucho cómo resta la aguja… respiro… apuro los últimos días de estos treinta años míos que suponían un trauma y que, ahora, simplemente me parecen un paseo… como siempre por estas fechas, hago inventario de esta nueva vida de gata que parece seguir regida por la teoría matemática del caos… esa en la que el ovillo se enreda sin encontrar la punta de la lana… esa en la que tiro a pesar de los nudos, de los enredos… inspiro notando cómo se me llenan los pulmones… tres décadas, dije hace poco, esas en las que supuestamente todo está más claro… todo está colocado… esa época en la que el puzzle parece estar ubicado dentro del marco con todas las piezas colocadas… me miro las costuras pasándole revista a ese año vivido… y siento un escalofrío… el que se siente por muchas cosas… el que se siente cuando eres consciente de que sigues teniendo la mitad de las piezas guardadas en las bodegas de este barco pirata al que, a veces, se le cae el parche… ese en el que, a pesar de todo, la bandera está izada a medias…

Bato las alas para sentir los colores… para sentir ese supuesto polvo mágico y único que es el que permite que vuelen… que vayan, que vuelvan… a veces creo que lo he perdido, otras que simplemente he optado por no ver que lo tengo… las hago batir sin darme cuenta… lo hago cuando algo me dispara las alarmas de ese movimiento que, según dicen las ciencias, puede cambiar el mundo… el cero que he atesorado en este tiempo llega a su fin para cambiarse por un uno… un uno que debería marcar, como lo hizo el cero, un movimiento diferente… un cambio de ritmo, de velocidad… de destino, de ruta… miro todos los mapas trazados a lo largo de este tiempo y sonrío… no he seguido ninguno de ellos mirándolos tan sólo de reojo… mirándolos como el que no quiere hacerlo… sonrío… caos de nuevo, ese que a pesar de todo tiene un orden… una razón, una raíz… un motivo que supone un motor para tanto desorden… me busco el mío y, ahora mismo, no lo encuentro más allá del simple hecho de vivir… pasa demasiada factura, me dijo hace poco esa voz que me acompaña en esta travesía desordenada… esa voz que supone orden a pesar de todo… esa misma que escucho aún no estando y que me dice lo que ya sé solamente para que lo oiga…

Al calendario de este último año mío se le han caído las hojas… poco a poco, sin apenas darme cuenta… rebobino y me parece mentira que se me haya escurrido entre los dedos sin apenas poder retenerlo… dicen que eso es que has vivido mucho, me decía hace poco una amiga… o que no he prestado atención a lo que vivía, contesté sin apenas pensarlo… estirando esa goma imaginaria que ya se me ha roto y me ha partido la boca… sonrío dándome cuenta de que, a pesar de seguir cumpliendo años, sigo siendo valiente… sigo teniendo ese coraje absurdo que, a veces, me hace embarcarme en auténticas misiones suicidas… quizás porque me resisto a vivir sólo por hacerlo… a hacerlo de esa manera que siento vacía y que, quizás y a pesar de todo, no va conmigo… respiro hondo llenando mucho los pulmones para sentirlos dentro de mí… para saber que están a pesar de olvidarlo a veces… para recordar que, llenarlos, es precisamente sumar vida… sumar años… a pesar de no seguir la ruta trazada… a pesar de no entender el camino andado… supongo que, sin darme cuenta, cada aleteo cambia ese camino que no entiendo… que, a pesar de sentir que no muevo las alas, las muevo… y que, a pesar de todo, vuelo sin darme cuenta…

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