lunes, 6 de septiembre de 2010

El otro verano...

Es curioso, pienso mientras rebobino eso que he escuchado hace un rato, no siento que se haya terminado el verano… es septiembre, el de los días de sol en estas montañas… el que llaman por estas tierras “el verano de los del pueblo”… pocos somos los que nos quedamos aquí cuando todo el mundo se ha ido… puedo decir oficialmente que el verano oficial está dando sus últimos estertores… ese verano oficial que marcan las vacaciones de los demás y las fiestas de prao del calendario de esta montaña… sonrío… aunque nadie lo entienda y aunque haya esperado esas llegadas de amigos durante todo el verano, disfruto estos días siempre como si fueran sólo míos… sin las prisas del verano de verdad… sin horarios… sin que existan los compromisos o las obligaciones… sin tener que saludar incansablemente a cuántos aterrizan y conozco –que son muchos- para contarles a todos lo mismo… cuándo llegaste, preguntan para decirte acto seguido, cuándo te vas… están tus padres, preguntan los cercanos, vino la abuela… siempre es la misma dinámica de interrogatorio que pasa, habitualmente, por preguntarme si sigo en Madrid… curioso… nunca deja de sorprenderme esa pregunta… supongo que porque, en el fondo, es vox populi que ese monstruo a veces me come… supongo que, por las veces que vengo a este lugar del mundo para perderme, les extraña que todavía esté tan lejos… los más atrevidos se atreven incluso a preguntarme que si “ando con alguien” –si tengo novio- y que cuando me voy a animar a tener un niño, que me “quedan bien”… yo me río y me pierdo por el bar… este otro verano mío tiene de positivo que me ahorro todas esas preguntas…
Puedo decir que este verano ha sido el más extraño de cuántos recuerdo… el de los largos días de sol sin apenas gente… con grandes ausencias de amigos que esperas y no llegan, o vienen para irse… ha sido el verano de pasear como cuando éramos adolescentes… con la bolsa de pipas en la mano, en petit comité… camino de las Eras… sentados en un banco destripando pasado, riéndonos con batallitas que habíamos olvidado y que forman parte de esa otra historia que escribimos aquí… esto es como vivir en un bucle, decía una de esas tardes uno de esos amigos que siento muy cercano a pesar de vernos poco durante el año, siempre es lo mismo y a pesar de todo volvemos para repetirlo… recuerdo que sonreí pensando en ese “Bienvenidos, exploradores” del famoso día de la marmota… quizás mi sino sea vivir en círculos, pensé cachondeándome, pero aquí me encanta que así sea… supongo que, a pesar de la inercia habitual, siempre hay algo que contar… alguna de esas batallitas que marcan la estancia aquí aunque sea, como este año, de manera discreta… 

Este verano ha sido el de vivir un Santiago demasiado acelerado que ganó mil puntos cuando mi casa, sin comerlo ni beberlo, se convirtió en el Hostal Royal Manzanares… un Santiago que empezó con frío, siguió con el calor de un pic-nic y terminó con una vuelta a casa comiendo bollejos con uno de esos amigos de la pandilla que siempre, siempre protagoniza algún momento épico… ha sido el verano de comprobar con mis propios ojos hasta qué punto está en modo “CariCari” el madero más bruto que conozco… un amigo de siempre que se construyó un ticket para sonreír en una fría noche de la Vega del verano pasado, un ticket con nombre de mujer que ya es casi una más de nosotros… este verano ha sido el de volver a ver a esa rubia que me acompaña en la vida llorar de la risa una noche en la terraza de Alvarito… la de correr tras de ella en la fiesta de Lario porque quería engañarme con la copa para evitar que me escorara más de la cuenta… sonrío… qué sería de mí sin ella, pienso a veces, creo que no hay mayor faro para este barco pirata… este tiempo ha sido el de recibir por sorpresa un vendaval de aire astur… uno que llegó en forma de ¨marido de amiga” y “amigo de marido de amiga” para terminar siendo un auténtico jarabe de sonrisa en un día que lo necesitaba… para llevar un Jaguar hasta Riaño disfrutando de oírlo dejar de maullar… ha sido el verano en el que vi a un amigo fotosensible que tengo con una iguana colgada del cuello en lo que ha sido la noche más divertida que he vivido con él desde que le conozco… el de improvisar el camino con mi prima y convertirlo en una divertidísima Ruta Quetzal con una mochila demasiado cargada… el verano en el que una amiga cambió de luna para volver a su tierra y para volver a existir entre nosotros… para compartir una noche de la Vega demasiado enredada, para compartir otra mucho más cálida en Riaño en un banco con otro de esos amigos que siempre, siempre me hace llorar de la risa… el mismo que trató de organizarme una cita a ciegas en mitad de la verbena ante la expectación de todos nuestros amigos, el mismo que desbordado por la situación me dijo un “se nos fue de las manos” del que todavía me descojono… con el mismo con el que vimos algo parecido a un OVNI así no nos crea nadie y mucho menos se lo pueda creer él… no llevaba gafas y asegura que estábamos tomándole el pelo para que nos dejara irnos a casa… 

Pero también ha sido el verano de las conversaciones… con el padre de ese ex que miro con cariño en la distancia alegrándome de su vida… con su compañero impenitente de excursiones por el pueblo, uno que consideró que el día que el caballo le había tirado fue él el que se “apeó con violencia”… ha sido la época de las confesiones al oído a media luz, sintiendo cerca a un amigo a pesar de estar lejos… sintiéndole desplegar sobre el tapete todos esos miedos que a veces no sabemos que existen pero que tenemos… también ha sido el verano de los niños, el de dejarme llamar “la pompas” por el hijo de dos años de una amiga que te dice que quiere irse al bar con un arte que te dan ganas de comértelo… ha sido el de pasar tiempo con mi primo Txema sin necesidad de hacer nada persiguiendo a ese hijo suyo que parece bosnio más que hijo suyo… el de achuchar a ese niño que he visto crecer cuando lo he necesitado, el de compartir una tarde de vida con ese otro que me hace constantemente cosquillas… el de ver a un amigo de siempre reinventarse, estudiar y encontrar la calma…

Supongo que, así contado, son sólo pinceladas de lo que ha sido ese verano oficial que hoy termina con la marcha de todos y que yo he vivido… uno que, a pesar de haber sido más raro que nunca, me ha hecho reencontrarme… conocer… saber más de esos que forman parte de este extraño clan que sumamos aquí… pasar tiempo con esos otros que, el resto del año, añoro aunque no les llame… ha sido el verano de reírme, de sonreír… de dejarme mimar por esos “chicos” que sólo rompía mi presencia… ha sido, supongo, uno más para anotar en mi cuenta de vida… quizás yo tampoco he estado en mi mejor momento, no lo pongo en duda… supongo que el barco pirata siempre vive alguna tempestad más que necesaria, me río al pensarlo… qué sería de mí sin esas tormentas que, a pesar de nublarme el sol, siempre me ayudan a encontrar de nuevo el rumbo… 

Ahora que ya estoy sóla, viviré ese otro verano… ese en el que casi nadie llega, en el que casi nadie se va… ese en el que me reencuentro cada día con el bar más tranquilo, con las mismas caras… con las palabras del crucigrama atragantadas del Mister, con las historias para no dormir de otros que me provocan tanta risa… hasta cuándo te quedas rapaza, suelen preguntarme… sonrío… hasta que me canse, suelo contestar… y es curioso, a este otro verano le cuesta mucho más cansarme…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado esta entrada en tu blog, buah, que a lo tonto viví muchos de esos momentos a tu lado o cerquita!!Fue un buen verano, y será uno de muchos más en esas tierras cazurrinas.
Un beso enorme de una parte de "CariCari".

Fátima dijo...

Parte de CariCari,
sin ti la otra definitivamente no existe... a mí sí que me ha gustado verte por estas montañas y verte así -incluso con dolor de muelas-...

Sabes que siempre eres bienvenida, así que si te satura el sistema la civilización, sólo tienes que silbar...

Os mando un beso enorme a los dos...

Anónimo dijo...

Está bien saber que, a veces, improvisar puede ser divertido... aunque no sepas cómo va a terminar.

Me reí mucho, me lo pasé genial.... sigamos improvisando, que algún camino nuevo seguro que aparece en el bosque!!

Fátima dijo...

Vive l´improvisation!!!!!
Para la próxima, como te dije en esta, cuando veamos el mar damos la vuelta... eso sí, todavía me duele el tupper no te creas...

;)