
Reconozco que, este año, no siento esa presión aparente que marca la bendita Navidad… quizás porque, a mi manera, he permitido dejarme llevar por lo irremediable… por ese encuentro anual con unas fechas que llegan tanto si quiero como si no… me escurrí entre las celebraciones para vivirlas a mi manera… para tratar de entrar en su espiral sin necesidad de enloquecer o rebelarme más… quizás por eso he tratado de felicitarle la Navidad a cuántos me he ido encontrando por el camino, a esa abuela del cuarto con la que tantas veces he coincidido en el ascensor y con la que hablo del tiempo o de la avería de turno del edificio… tal vez por eso, esta Navidad me la he vuelto a jugar poniendo una mínima representación de decoración navideña en la puerta de casa… unas estrellas de esas de silicona pegajosas made in China que han corrido mejor suerte que la estrella que hice, pinté y me robaron en apenas doce horas hace algunos años… incluso, después de muchos años de abstinencia total, he probado ese bendito turrón que es obligatorio en estas fechas… creo que, simplemente, he decidido armarme de paciencia para compartir unas fechas que sin que me gusten especialmente a otros sí les hacen ilusión… aunque sólo sea porque a mi madre le gustan y quiera verla disfrutarlas…
Supongo que me hago mayor, que me vuelvo pasota… que me aplico que, si no puedes contra el enemigo, mejor unirte a él… que me guste o no, esto ocurre por pelotas una vez al año… que tengo que sufrir la sobredosis de espumillones y bolas de colores… que ante la pregunta atónita de “no has puesto Belén” siempre me toca contestar “ya lo tengo yo armado todo el año”… he tenido que volver a sufrir la decoración de El Corte Inglés que, para más INRI, este año estaba programada para que las luces oscilaran al ritmo de una sintonía navideña… el hecho de tener que escuchar el bendito “Gingle Bells” tan repetitivo y machacón allá dónde vaya creo que es lo único que, pese a los intentos, no logro superar… pero he aprendido, incluso, a disfrutar de aquéllo que no me gusta… tratando de no sacarle punta a todas esas cosas que me repatean de estas fechas… tratando, únicamente, de vivirlas… pasarlas… sobrevivirlas, al fin y al cabo, poniendo el contador a cero de nuevo… y, a mi manera, disfrutarlas…
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