sábado, 29 de mayo de 2010

Mi deuda con mi rubia...




No estabas escribiendo sobre mí, me preguntó una vez hace ya demasiado tiempo con esa prudencia casi tímida que a veces –contadas- tiene… lo hacía pero nunca logré terminar de hacerlo… quizás porque no logré sentir que esas palabras hicieran justicia, quizás porque no era el momento de hacerlo… en esta noche tan Eurovisiva la he recordado conmigo hace dos años… en uno de esos rescates vitales que ella abandera como nadie lo hace, en una noche en la que por un momento olvidé las heridas para rendirme a ese cariño que me da sin necesidad de tocarme ni hablar… mi lubia, pienso riéndome… esa que, quizás, sabe de mí más que nadie… esa que me acompaña en esta vida para decirme las verdades que nadie más me dice de esa manera tan vasca… para recogerme del suelo cuando me ahostio a pesar de que sé que mi golpe le duele a ella tanto como a mí… la misma que, sin estar, está siempre… la misma que, sin sentir como yo, me siente… la única que, a pesar de todo, siempre me da buenos consejos a sabiendas de que haré lo que me dé la gana… me río… la verdad es que el hecho de que siga a mi lado es un regalo de esta vida… creo que yo estaría agotada de tener una amiga tan redundante como yo… oráculo mío, le digo a veces con mucho cachondeo por teléfono cuando le hablo de alguno de mis tropiezos con una piedra… ella se ríe, otras se cabrea… a veces, directamente, no dice pero el resoplido que escucho al otro lado del teléfono habla… me río… tantos años juntas, pienso, que hasta sé interpretar cómo respira… que hasta sé qué me va a decir, qué me va a contestar, en qué tono y con qué cara…

No tengo un motivo específico para escribir hoy sobre ella… supongo que, únicamente, es una deuda que tenía contraída desde mi otra vida de gata… esa otra que ella ayudó a recomponer para empezar una nueva recogiendo pedacitos de mí… pegándomelos con esa compañía que me hace en el alma aunque viva en otro lugar… respetando mis silencios, mis pérdidas… mis momentos de saltar al tejado y, simplemente, desaparecer… creo que se sabe mi manual de instrucciones con esa precisión casi prusiana que marca su manera de vivir… sonrío… ella racional, yo pura tripa… a veces me da envidia tu manera de sentir, me dijo una vez, pero luego te veo jodida y no tengo ninguna… creo que poca gente ha sabido ponerme el Superglub del alma como ella… peinarme sin venir a cuento por dentro y por fuera… por dentro, ayudándome a saberme… por fuera como tiene costumbre de hacer siempre que me ve… lo genial del gesto no es que me peine, lo genial es que ese gesto para mí es como recibir un abrazo enorme… lo genial es saber que, para ella, es casi lo mismo por la ternura con la que me mira cuando lo hace… sonrío… la adoro pese a ser esa maniática absoluta que a mí me hace tanta gracia… la misma a la que le supone un cortocircuito emocional cualquiera de mis provocaciones a su cuadricule mental… lo hago para demostrarme a mí misma que no me equivoco, lo hago para demostrarle a ella lo maniática que es como una crítica constructiva… reconozco que es un juego que a ella la sume en unos segundos de descoloque mental… me río… a pesar de serlo es capaz de respetar que yo viva en el mundo opuesto al suyo, de la misma manera que yo lo respeto… nos queremos como somos, sin más… sin cuestionar aquéllas cosas que no comprendemos la una de la otra… aquéllas que nos provocan, mutuamente, una chispa mental… quizás nos necesitemos así… para que yo aprenda a pisar sobre firme, para que ella aprenda a disfrutar del bamboleo de la travesía…

Respiro hondo… tengo ganas de verla, lo reconozco… con esa bonita nostalgia que me da la ilusión de reencontrar… de compartir, quizás, una misma conversación mil veces ya hablada… un atardecer en el pantano, otro en una de esas playas que hacen de Euskadi uno de los sitios que llevo en el corazoncito… ya lo escribí en esta sopa una vez, Bilbao es siempre uno de mis refugios… por esa cocina en la que se me queda el culo plano -pero es el único sitio donde se puede fumar de su casa-, por esas largas conversaciones hasta la madrugada alrededor de una mesa… por esa amiga que, siempre que voy, me lleva a ver el mar porque sabe que lo necesito… por esa mujer que es tesorera de secretos, sonrisas y lágrimas… compañera de muchas noches, de mucho surrealismo… de un día de hospital en el que sentí que me moría por dentro… de una noche de diciembre en la que se me rompió una vida… de un verano en Ibiza sin salir del valle… de otro agosto juntas que nos unió más todavía entre noches, canciones de Bebe y aventuras… de un mail que me llegó en mi noche bogotana escrito desde una mañana bilbaína… por todas y cada una de las palabras que saltaron el Atlántico en el tiempo que estuve allí recordándome que estaba conmigo… sonrío… hemos vivido mucho juntas… bueno, bonito y malo también… quizás ahí resida la magia de esto… que, a pesar de todo, estamos ahí… con esas sesiones non stop al teléfono en las que saltamos de hipervínculo en hipervínculo… con esos ratos compartidos sin decir nada cuando estamos juntas… por esa fiel consumición que hace de esta sopa…

La rubia es uno de esos seres que llevo en el bolsillo del corazón cogida con un imperdible para que no se me escape… uno de esos que viven, sufren, sonríen y lloran conmigo… uno de esos que no reprocha, que es capaz de tirarme de las orejas… uno de esos seres especiales que me arrancan carcajadas de las de verdad… me río… qué sería de nosotras sin nuestros momentos absurdos tan Martes y Trece… sin todas esas grandes frases suyas que están apuntadas en mi muro… sonrío… creo que, aunque quisiera, no podría resumir en este post lo que es… ni las cosas vividas, ni quince años de historia que escribimos sujetándonos el libro la una a la otra… ni ninguna de las lágrimas, ni ninguna de las sonrisas… supongo que esto es como los abrazos, no se pueden explicar… nadie puede definir con palabras lo que se siente cuando abrazas de verdad a alguien…  

Creo que, así escribiera lo más increíble que pudiera escribir, no le haría justicia nunca con palabras a ese enorme faro que permite que este barco pirata no se hunda… a ese grumete siempre fiel a mi causa pirata…

Esta es la única banda sonora…


1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi leina....

Aquí la incontinente verbal se ha quedado sin palabras...

Muchas gracias por todo lo que has escrito y por sentirlo tan bonito, de la misma manera que yo lo siento te lo aseguro, aunque yo no lo sepa expresar tan bien, pero eso también lo sabes ;-)

Always pequeña...Te quiero mucho! Nos vemos pronto!!!