viernes, 14 de noviembre de 2008

El encuentro con brutus (o cómo cabrearte al volante en León)

Una reciente visita a la capital leonesa ratificó mis peores temores… el prototipo de cazurro bruto de la ciudad es, más allá de una leyenda urbana, una raza aparte del ser humano que se camufla entre los mortales comunes… la descripción es sencilla: fuerte y entrado en kilos, colorado, con pinta de bruto, habitualmente con camisa de manga corta pese a ser invierno… y, sobre todo y fundamental, con un coche muy grande tipo todoterreno… de esos que cuando frena en un paso de cebra dice “aquí estoy porque he llegado” y “tendré que dejarte pasar”…

Con uno de estos personajes de esta peculiar raza, que en lo sucesivo denominaremos “brutus individuos” –brutus para acortar-, me tuve que topar tratando de aparcar en una de las calles más complicaditas del centro de la ciudad… Julio del Campo, tarde de invierno… noche cerrada… después de 20 minutos dando vueltas, veo la luz: un hueco, ajustadito, pero útil para dejar mi Astra… la calle vacía… comienzo la maniobra… mientras empiezo a dar marcha atrás, entra follado en la calle un gran todoterreno gris que frenó, por los pelos, cuando llega donde yo estoy… el brutus hizo acto de aparición bajándose sin mediar palabra del coche… golpeó la ventanilla y cuando la bajé comenzó el show… “si cuando digo que las mujeres no tienen que conducir”… “a ti no te han enseñado que ahí no te cabe el coche?”… “atascando la calle, sin dejar pasar a nadie”… yo sigo flipando, me bajo del coche… y le digo muy tranquila y de buenas maneras… “la calle estaba vacía, acabo de empezar a aparcar, vamos que no he terminado ni de darle marcha atrás por primera vez…”… a mitad de mi explicación, que todavía no entendía por qué estaba dando, el brutus comienza a chillarme…

Y mi pequeño golpe de estado tomó partido en mis neuronas… los viandantes parados contemplando el show, mi padre en la otra acera… los coches que comenzaban a llegar a la calle que colapsábamos el brutus y yo… “pues mire, ahora por mis santos cojones que no tengo le voy a demostrar que mi coche cabe ahí”… el brutus se ríe… me subo a mi coche… trato de dar marcha atrás pero el brutus ha decidido que no me va a dejar… comienza a dar marcha alante, a darme las largas, a pitarme… tiro del freno de mano que casi me quedo con él en la mano… me bajo del coche… “vamos a ver, esto es muy sencillo… si deja de tocarme los cojones, podré aparcar… y usted se podrá ir porque, tanto que se queja, está atascando la calle”… el brutus se ríe, sigue chillándome… me meto en mi coche… dos maniobras después el coche estaba aparcado… me bajé como un relámpago del coche para lograr pillar al brutus en el paso de cebra… llamé con los nudillos a su ventanilla… me miró sin bajarla… y le dije altito para que me oyera él y toda la calle que contemplaba el espectáculo… “Cabía o no? Me vas a decir tú a mí donde puedo aparcar mi coche”

Si la calle no aplaudió no me tachéis de loca… así fue como lo sentí…

PS- Si alguien se siente aludido por la descripción de “brutus”, lo siento… dudo mucho que si perteneciera a ese género tuviera siquiera la dirección de este blog…

1 comentario:

Anónimo dijo...

De vez en cuando leo alguna de tus columnas periodísticas,las que me trasladan a viejos tiempos y otras a la actualidad.
Tu sucedido,tu acaecido,es similar al reciente ocurrido en León cuando en la cola de un semáforo me empitona por detrás suavemente un energúmeno cubierto con gorra de orejeras,con pinta de cabezón valdeónico,con una mochila tipo morral.-le pregunto-¡que pasa caballero!,-me dice que mi coche tiró patrás...,se me encendió la sangre,y le digo;¡Oye ceporrillito maleducado,saca los papeles ó llamo a los geos;se acojona,se trabuca,y ,en vez de darme el seguro,me daba un recibo que creo era el de la tasa de basuras de su estabulación en la corte de las ovejas...(BRUTUS)como tu dices.
Todo se aclaró,con un atasco monumental.
Otro sucedido en tu pueblo fué;Una columna construida con bloques en un lugar indebido,tuve que preguntarle a la propietaria sobre su situación.- la respuesta -,tengo un hijo inginiero...que me dice,la columna lleva ahí mucho tiempo.Yo me pregunto,sobre el master en Harvard en hardware,sobre el master en la Ley de la gravedad,sobre la verticalidad y sobre los morrillos del Río Amea....del dichoso giniero..y,de la arquitectura de su señora madre..
Viva Caldevilla D.F. Un abrazo.