viernes, 7 de noviembre de 2008

Despensa de sentimientos

Hacer inventario no siempre es sencillo, y menos cuando se trata de ordenar las existencias del corazón… mi despensa en este momento comienza a cobrar formar, a volver a su lugar… ya no está todo desordenado, no… ahora existe un extraño orden que me desconcierta y, a la vez, me mantiene tranquila… husmeé entre mis costuras en busca de todas esas sensaciones perdidas, partidas, hundidas, escondidas… y encontré tantas telarañas como estrellas… sí, una locura… pero quizás es ahora cuando puedo lograr colocar cada cosa en su lugar…

Rebusqué, miré… y me di cuenta de que cada vez me queda menos paciencia… he logrado terminar con ella… creo que ha sido este extraño tiempo… este tiempo que no entiendo, no comparto, no deseo pero que me toca vivir… y que creo que, sea para lo que sea, traerá algo positivo… algo bueno… algo de lo que aprender, sea como sea… en mi lista de la compra también tuve que anotar la ilusión, de la que apenas me quedan unos gramos para muchas cosas… y que ahora mismo necesito guardar como si de un tesoro se tratara… para utilizarlo con el resto del mundo, con las cosas que me pasan… para lograr aplicarlo en mis recetas de vida… en todos esos momentos únicos y diferentes que vivo… también vi una pizca de esperanza, de esa que permite que todo se tiña de verde… esa que necesitamos los seres humanos para poder respirar, para mirar hacia delante… para plantearnos esta aventura constante que es vivir… porque la vida, al fin y al cabo, es como jugar al póker… apostar a una carta… echar el resto… tratar de descolocar al contrario… y, si ganas, llevarte ese premio que muchas veces no paga el dinero… y, si pierdes, plantearte que otra vez será… que, como con las Matutano y esos famosos cartoncillos, hay que seguir buscando…

Ahora mismo, mi despensa está llena de calma… supongo que ha sido el regalo de este tiempo… el saber que, por muy torcidos que sean los caminos de la vida, antes o después vuelven a encauzarse… vuelven al lugar que les corresponde… y eso, supongo, es lo que me permite ahora mismo tener una tonelada de tranquilidad dentro de mí… respiro hondo y no siento esa punzada… no… ahora mismo, he logrado estar tranquila conmigo misma… y eso es importante… también tengo un saco lleno de amor… el que siento, aunque no sea correspondido ya… el que me da mi familia escogida… el que me regala cada cosa con la que emociono, cada momento en los que me siento feliz… viva… pese a todo y a todos… y tengo latas industriales de sueños… pendientes de cumplir y cumplidos… vividos y por vivir… quizás ese sea el ingrediente fundamental que permite que la receta de mi felicidad, esa que parece descongelarse ahora, tenga el gusto adecuado… me quedan todavía algunos ingredientes por encontrar… pero tengo confianza en que los conseguiré… antes o después… tengo toda la vida para encontrarlos…

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