martes, 18 de noviembre de 2008

República Independiente de Fátima (R.I.F.)

Creo que sucedió apenas sin querer… sin buscarlo de manera objetiva… pero sí, quizás, inconscientemente… colgué el teléfono y me di cuenta… ¿qué estaba haciendo?... ¿para qué?... sin cambios… nada que informar… y lo vi claro… me había hartado por primera vez en mi vida… hartado de sentir que el tiempo estaba congelado… hartado, en definitiva, de esta extraña montaña rusa para la que ya no quiero ticket de acceso…

Mi pequeño golpe de estado de semanas atrás no había sido suficiente, pero sí quizás el punto de partida… un pequeño empujón para encontrarme en el lugar del mundo que me corresponde… yo misma… con mis cosas buenas y malas… pero segura de lo que se es y se deja de ser… demasiado sentimiento… hasta el hastío… me ha costado pero veo la meta… llegué! Quizás me merezca una palmadita en la espalda… iba siendo hora, me digo… quizás ha llegado el momento…

Así que asumo esta pequeña revolución que se ha fraguado y que ahora parece ganar terreno… el objetivo de tanto levantamiento es claro y clave… reinstaurar la República Independiente de Fátima (R.I.F.)… esa que existió un día y que se perdió en alguna parte de esta compleja historia… la guerra ha terminado en mi territorio… no habrá rendiciones… tan sólo un abandono… un “hasta pronto”… un sentimiento de supervivencia que se ha levantado en armas… las ganas de despegar los pies del suelo por medios propios… sin necesidad de nada más… revelador el sábado, sin duda… es mi propio cierre de capítulo… al menos, por ahora…

Creo que incluso yo me resistía al hecho de poner un pie en esta orilla… la Reina de las Nieves amenaza con ese espejo maligno, qué gran libro lleno de historias… demasiado frío… pero todavía sonrío y eso me gusta… pese a esta extraña y estúpida felicidad que siento ahora mismo por la calma que siento dentro de mí… la siento, realmente… una gran tranquilidad… quizás la que sientes cuando sabes que la batalla ha terminado… con demasiadas bajas, sí… pero, como siempre en esta vida, esta transición era necesaria…

He colgado la bandera de mi nuevo estado en la ventana… he tirado los viejos textos constitucionales… las viejas creencias… no mis principios, pero sí los que adquirí por las circunstancias… en una caja fuerte bajo siete cerrojos, la esencia de mi revolución… quizás la resistencia ha abandonado su fortín y ahora sólo se dedica a redactar fanzines oscuros y ocultos… sepultados con las ilusiones, la esperanza y la resignación de una victoria que no se sabe a quién le pertence… por el momento, la calle respira cambio… y me gusta ese olor…
Como esa canción que canté una noche, puede ser un gran himno para mi nueva nación... "conduciré camino aunque reviente, en mis talones rompiendo las olas, llevo en la bolsa escondido un cuchillo para cortar de mis alas sus redes"... "removeré el mundo"... o al menos el mío... quizás la cuenta atrás se acerque al final... y ya no sea cuestión de búsquedas, sino únicamente de que las piezas de la vida se coloquen solas... gran palabra, "sola"... cuatro letras... rotunda, breve... como esta pequeña revolución que no será televisada pero que es mía... propia...

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