Salí a caminar con el corazón enredado de sensaciones, de
sentimientos... de esa extraña angustia vital que a veces me atrapa sin
querer... tú eres corazón, me dijo una vez una buena amiga, sólo por eso para
ti la vida tiene la misma intensidad en la alegría que en la tristeza... sonrío...
corazón… eso que perdí, recompuse y que hace que sea como soy... pasee en esta
noche de lunes por un Madrid que llevaba tiempo sin ver... con la banda sonora
de "El piano" chillándome en los oídos... sintiendo cada paso sin
darme cuenta... en una extraña noche cálida de enero... caminaba permitiendo
que ese extraño amo que tengo el día de hoy me dejara ser menos esclava, algo
más libre... tratando de respirar hondo para sentir que podía, para notar cómo
se me hinchaban los pulmones... imposible... no lograba que el aire me inundara
por dentro... creo que hoy ha sido uno de esos días en los que la realidad me ha
superado... uno de esos en los que necesito cerrar un instante los ojos y dejar
que mi mente se escape... siempre es la misma imagen, siempre vuela al mismo
lugar... sin moverme de esta ciudad con la que mantengo mi lucha de amor-odio,
estoy sentada en ese suelo húmedo... bajo esa torre donde, sin entender por qué,
siento tanta paz... paz, tres letras... un bien increíblemente precioso pese a
lo pequeña que parece escrita...
Caminaba sin pensar hacia dónde... vagabundeando por mi
ciudad, algo que me encanta hacer... con la mente a mil por hora pero en blanco
a la vez... saltando de cromo en cromo... tratando de lidiar con el desasosiego
de la pregunta sin respuesta, con el que se te queda cuando no haces aquéllas
que quieres por falta de valor... maldita lengua esta mía que a veces se pone
el escudo ante el mundo... caminaba sintiendo cada paso... saboreando algo tan
aparentemente mecánico como es caminar, con una sensación agridulce en cada
zancada... hoy la reina del silencio ha vuelto a mandar sobre este barco pirata...
haciéndome, quizás, ser más consciente de que, aunque yo no quiera, siento en
todos los aspectos... quizás hoy este borracha de sentimientos, puede ser... nostalgia,
tristeza... melancolía... creo que hoy se me ha quemado un poquito el alma de
esta sopa... pensando en lo injusta que puede llegar a ser la vida, en esas hostias que te pega y que te hacen cambiar completamente tu mundo... “Aquellos
maravillosos años” leí con una sonrisa... un pasado, una cara con una
cicatriz... una sonrisa que, no sé por qué, recordaba perfectamente... un
recuerdo que de golpe me hablaba desde el otro lado de la pantalla contándome
lo que me supo a escalofrío... a lo jodidamente cabrona que puede llegar a ser
esta vida... a algo que me impactó tanto como para haberse adueñado de gran
parte de mí durante todo este día… a esas ganas de vivir pese a hacerlo de otra manera... a esa curiosidad que no mata la falta de movilidad...
Caminaba sintiendo ese paso... sintiendo pánico al meterme
en su piel, sintiendo un respeto increíble por ese pasado que de golpe tenía
tan presente... Bebe empezó a decirme todas esas cosas que ya sé recordándome
eso que quedó atrás, eso que es ahora… pensé en mis pasos de los últimos días...
esos que di sin ser consciente, los que di siéndolo… recuerdo algunos con
infinita nitidez… pasos disfrutados, vividos y sentidos… sonreídos… los
recuerdo para tratar de volver a sentir cómo fueron… para tratar de sonreírlos
como lo hice en su momento… volví a respirar hondo sin lograr sentir cómo se
llenaba eso que permite que viva… sin lograr sentir esa calma en mitad de la
tormenta en la que parece haberme envuelto este día… sintiendo esa extraña
nostalgia que se me apoyó en el hombro nada más abrir los ojos esta mañana… no
se puede extrañar lo que nunca se ha tenido aunque se eche de menos, me dije a mí misma mientras me
sentaba en un banco de San Bernardo, pero sí se extraña con derecho lo que se tuvo… me senté allí sóla
en mitad de la noche de Madrid para no hacer nada… tan sólo disfrutar un
cigarro escuchando música por un oído y el tráfico en el otro en el rincón que
más me gusta de la plaza… respirando ese frío casi cálido de esta ciudad,
recordando una temperatura parecida con olor a sal…
Volví a casa pensando en los pasos imaginados que se hacen
realidad… en aquéllos que quizás soñemos pero que jamás se cumplirán… en todos
esos que damos sin ser conscientes de ello… en la increíble libertad que cada
uno de ellos nos dan, en lo jodidamente esclavos que pueden llegar a
convertirnos si no los tenemos o, incluso, si los damos… pensé en todos esos que muchas veces no damos
por miedo… en todos los que damos dando el salto al vacío sin medir el impacto… en todos los que, quizás, quedarán pendientes de caminar queramos o no...
Por esos
reencuentros que procura el Facebook para darte una ración de lección de
vida... por ese amigo del pasado que tengo más presente que nunca, por haberme
hecho medir mis pasos y plantearme no temer tanto el hecho de sentirlos... porque él mencionó esta
canción mientras hablábamos y ahora la escucho pensando lo que le dije a él a
través de una pantalla... algo tan simple como que, en el fondo, somos los
mismos aunque nos hayan pasado cosas...
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