Recogí,
tiré…
Hacia
dónde vas, me preguntó… hacia ninguna parte, contesté…
Revolví
en los bolsillos para encontrar un caramelo…
Acortándole
cuerda a una soga que no me pertenecía…
Sintiendo
la presión de la cuerda en el cuello…
Poco
aire…
Me
perdí en mitad de la nada para buscar ese todo que no existe…
Para
acabar de medir los centímetros de ausencia…
De
domingos de silencio…
Sintiendo
la falta de libertad…
Cojonudo,
me digo…
Tanta
lucha para lograrla y ahora soy más esclava me nunca, me pregunto asintiendo…
Miro
a un mar que quizás no me pertenezca ni en un vistazo…
Etiquetado
de manera distinta…
Respiro…
Un café demasiado dulce...
Un café demasiado dulce...
Un
café demasiado amargo…
Paladeo,
cabeceo…
Sonrío…
Me
estaré volviendo loca, me pregunto…
Supongo
que simplemente me van los retos…
Lo
pienso sin parar de no hacerlo, tratando de juntar el puzzle para encontrarle
un sentido…
Cosiendo
sueños que, quizás, nunca serán…
Sintiendo
esa frustración absurda en la boca del estómago…
Sabiendo
como sé con qué cartas juego…
Creyéndome
un simple utillero mientras los demás saltan al campo bajo el aplauso…
Estiré
para sentir que podía… que puedo… que podré…
Para
echarme un pulso a mí misma… a esa fuerza que llevo tatuada en la piel porque
así me catalogan todos…
Me
escondí detrás de esa comprensión siempre en
stock que tengo…
Quizás
creyendo en un imposible… quizás sabiendo que nunca será…
Tratando
de convencerme de ello para evitar un verbo de cuatro letras que me da vértigo…
Silencio…
De
ese que se te clava como una astilla bajo la uña… sin poder sacártelo, sin
poder encontrar cómo dejar de sentirlo…
Miro
por la ventana…
Imploto…
exploto…
Saboreando
ese agridulce desasosiego de estos días de derrota…
De esos
días en los que se me juntan la base y el neutro para hacer saltar la chispa…
Para
detonar una mente que no sabe estar quieta porque se ha despertado…
Sigo
revolviendo sentimientos…
Sensaciones…
Recuerdos…
Los
pico fino para tratar de hacerlos más pequeños, más insignificantes…
Con
menos peso en esa balanza que hoy no sabe hacia dónde se inclina…
A veces
quiere rendirse… otras partirse la boca en el trayecto…
Preguntándome
si lo harían por mí…
Si
en los manuales de instrucciones hay cabida para dejarse vencer…
Suspiro…
Demasiado
contenido en la coctelera…
Demasiado
para tratar de revolverlo sin salpicarme…
Hacia
dónde vas, me pregunto a mí misma…
Sonrío
de medio lado…
Revuelvo entre todas esas neuronas que a veces viven y otras mueren...
Ni
puta idea, me contesto…
Quizás
la única respuesta que no puedo contemplar en mi diccionario de vida…
Quizás
la única respuesta que pueda tener en este momento…
1 comentario:
Chati, me encanta como escribes...
Esa manera de decir las cosas que te/nos pasan...
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