sábado, 18 de octubre de 2008

29 años y una maleta de sueños

Cada día que pasa queda un poco menos… la cuenta atrás cae de manera implacable sobre mí… dentro de una semana, habrá llegado ese 0:00 que abrirá las puertas del 25 de octubre… un cumpleaños más… los 29 años… sólo de pensarlo me aterroriza… uno menos para los temidos 30… ese cambio de década… esa edad que, con 12 años, veías de una manera tan diferente a la realidad que vives ahora… es curioso porque, hasta hace poco, miraba con otros ojos a los amigos que había llegado a ese cambio… creía que en ellos había más sabiduría, quizás… más historias que contar… una vida en equilibrio, con esa balanza constantemente en la mano… y qué va, me he dado cuenta: es el principio del fin del caos… o así lo espero…

Y como cada año… cuando se acerca la fecha… me paro a hacer memoria de este año… de lo que he vivido, lo que he sentido… las cosas que he olvidado hacer –cómo no, dada mi buena memoria selectiva- y las que simplemente se han quedado en el camino… este 28 año ha sido complicado y, en gran medida, sigue siéndolo… difícil… diferente, extraño… cargado de dudas razonables –ay de quien no duda nunca!- y otras no tanto… cargado de una pequeña punzada de desazón por las cosas no vividas, las oportunidades que se escaparon, los errores que cambiaron el rumbo… me siento terriblemente vieja por dentro pese a ser joven… y quizás, ahora mismo, mi 29 año necesite empezar sintiéndome todo lo joven posible… atrás queda un año de cambios laborales… de traiciones propias y ajenas… un año de viajes pequeños con grandes recuerdos… un año de mucho pensar, mucho escribir –muchísimo!-, mucho sentir… con muchas sonrisas, muchas lágrimas y algunas pizcas de esperanza, el único capital que tengo… no he logrado pintar nada bonito, lo siento… creo que esa facultad la he perdido este año…

En mi maleta de sueños, pese a todos estos 12 meses con sus tantos días, sigo teniendo tesoros… muchos… de todos los tamaños… algunos embrujados y malditos, otros simplemente geniales… sigo teniendo a mi rubia al otro lado de ese teléfono con nuestras conversaciones, nuestros malos momentos… y lo mejor: la necesidad regular de saber la una de la otra… otra manera de vivir sería simplemente imposible… las extrañas tardes de sábado con Pons y un viaje a Cabo de Palos para desconectar… su paciencia, sus silencios, sus afirmaciones… las aventuras lisboetas de Pat esparcidas entre el secuestro de su coche, el móvil perdido en un taxi, los ritmo&compás y miles de mails, ¡miles!... creo que jamás olvidaré esa noche en Majadahonda, sentadas en un banco… una noche que comenzó con todas las lágrimas que podía llorar y que terminó de la manera más surrealista… esa noche me demostraste hasta dónde puedo contar contigo… la ausencia de Ana y ese rescate suyo una mañana de trabajo en el vivero… nuestro frustrado viaje a la playa… las mariposas… Silvia y sus increíbles argumentos emocionales que te hacen de colchón y te llenan de positivismo… no sé cómo, pero siempre lo consigues… la voz de mi hermana, esa niña que ya no lo es y necesito descubrirlo mientras la escucho hablar… los cafés con ella, esas charlas… reírnos sin ningún motivo durante horas… Irene con la pequeña froggy, una copia de su madre… una madre que es casi como una hermana y que ya va para 26 años de amistad… mi familia elegida, al fin y al cabo… una que, pese a no compartir sangre, siempre está ahí… esos amigos que llenan mis agujeros con conversaciones, risas y momentos de desconexión… y mis padres, que me enseñaron a reírme de mí misma incluso en las peores situaciones y que están siempre, ¡siempre!, ahí para soportar mis locuras y prestarme un hombro.

También tengo ausencias en este 28 año que se termina ya… estos últimos seis meses es como han sido, un vacío que me ha empujado a lamerme las heridas de otra manera… a veces creo que me ayudará a crecer, a madurar, a ser más persona… a valorar, quizás, lo vivido sin sacarle más brillo a los recuerdos… a encontrar, quizás, mi lugar en el pequeño mapa del mundo… ese que ahora mismo se reduce a puntos cardinales estrictamente localizados y que tan sólo me permite buscar dónde volar… soy una brújula sin sur pese a que la aguja siga buscándolo… llegan lo 29, Fátima, me repito… y tan sólo espero, dentro de mi superstición máxima, empezarlos con buen pie… comenzarlos con fuerza… reunir todos los recuerdos y almohadillarle las esquinas para que no me duelan demasiado más… me desbloquearé, lo sé… quizás este sea el empujón definitivo…

Esta maleta de sueños que preparo cada año sigue esperándome… todavía está a medio llenar, pendiente de que acabe de decidir qué me dejo y qué me llevo en este nuevo año… y es curioso, tengo una gran incógnita… una que, pese a mis esfuerzos, creo que sigue ocupando todo el espacio…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nena, no sabes la ilusión que me hace formar parte de esos tesoros que llevas en tu maleta de sueños. Confío en que este año que comienza para ti estará lleno de ilusiones y alegrías, no dudes que haré todo lo que esté en mi mano para que así sea. Nos esperan muchas más noches surrealistas, cargadas de emociones, risas, lloros, situaciones pintorescas y policías al mas puro estilo Torrente. Por no hablar de esa segunda visita que tienes pendiente por hacerme, en la que no tendremos a Ambrosio con nosotras, pero si muchas anécdotas que vivir y disfrutar.

Te deseo lo mejor en tus 29!

Nos vemos muy pronto.

Un beso enorme desde el país vecino!

Anónimo dijo...

Pequeña!

Sé que los 25 de Octubres para tí no son el mejor día del año, pero yo sí los celebro porque gracias a ese día de 1979 tú estás aquí y yo tengo la suerte de tenerte como una de mis muy mejores amigas;-)(ponle voz de Forrest Gump, claro)
Animo pequeña todo pasa. Aunque sea tan duro vivirlo, te repito de nuevo la frase favorita de quién tú sabes: Lo que no te mata te hace más fuerte! y sé que a tí no te matará. De todas formas seguirás teniendo a tu rubia y a nuestras conversaciones interminables. Todo necesita su tiempo y las malas rachas, aunque no lo parezcan, también tienen su momento final.

Mil besos supernena!!

Fátima dijo...

Pero qué sería de mí sin vosotras, pequeñas...
Rubia... no hace falta que te diga nada porque ya lo sabes!!!!
Yo sí que te mando un besote enorme desde aquí! Y todo pasará, seguro... antes o después... (esta vez, va por ti y no por mí)

Nos tenemos que ver pronto y charlar largo y tendido... ya voy teniendo ganas de una charleta desde la torre (qué sería de nosotras sin la torre)

Un besazo enorme