viernes, 24 de octubre de 2008

Sólo un día...

Un suspiro, me repito… queda un suspiro… para ese 25 de octubre… ya ha pasado un año, qué rapidez… o qué lentitud, según cómo se mire… Madrid me regala un precioso día de sol… y mi estómago es como un saco de mariposas… ¿por qué? No lo sé… pero llevo así toda la mañana… algo se mueve… no sé si es la apuesta por la ilusión o que llega ese día agridulce que, este año, pretende ser un punto de inflexión… otro más, me repito… sí, puede que octubre sea mi propio mes de cambio… quién sabe…

Mañana ya está aquí… un año mayor… los 29, uff!... y pese a estar nerviosa, sin saber siquiera por qué, estoy increíblemente tranquila a la vez… supongo que será porque confío en este impar que comienza… una edad en la que nada de lo que imaginé a los 15 se ha cumplido, pero que puede cumplirse… quién lo sabe? Nadie… quizás eso es lo maravilloso… que para bien o para mal, todo en esta vida es sorpresa… y no perder esa capacidad de sorprenderse, incluso en los malos momentos, es lo que nos hace sentir… lo que construye quiénes somos… ¿renunciar a las sensaciones, por malas que sean? Nunca… son una piedra más en el camino… pero muchas son lo que lo contruyen…

Cumplo 29… y aunque a veces creo que esa inocencia que hace las cosas realmente maravillosas ha desaparecido, este cumpleaños me hace darme cuenta de que todavía me quedan unos gramos en la maleta… y me gusta llevarlos, que es lo mejor… las ilusiones son un capital, y sin duda soy multimillonaria en eso… sonrío… Madrid me está dando de beber con este sol que entra por la ventana… lo menos que puede hacer teniendo en cuenta cuánto me ha quitado… cómo entiendo a Sabina en estos momentos…

Esta extraña noche de transición es curiosa… más reposada, más calmada… mucho más resplandeciente de lo que esperaba… y sonrío… supongo que, en este preciso instante, soy feliz aunque no haya un motivo específico para serlo…

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