jueves, 19 de febrero de 2009

Noche bogotana bañada en Néctar

Por fin lo consigo, mi prima Ana María va a ser mi fiel escudera… una noche de “viejas”, sólo para mujeres… Don Cris me lleva al punto de encuentro, mi prima viene de una reunión de trabajo… estás preparada?, me pregunta, esta noche vas a saber lo que es el aguardiente de este país… al principio tiemblo solo de pensarlo, el término “aguardiente” me da un poco de cague… pero este ataque de pánico repentino se ve empañado por la conversación… mientras se arregla en el asiento de atrás, no paramos de hablar… Don Cris se descojona con nosotras… primera parada, recoger a una amiga de mi prima… se llama Susi, es amiga de ella desde el colegio… escritora de éxito en Bogotá, auténtica eminencia en Cultura Antigua… cuando se sube al coche, me deslumbra su sonrisa y me emborracha un poco su perfume…

Comenzamos la noche en el Café Renault, un lugar muy chic del Parque de la 93 maqueado en plan minimalista y con un coche de la marca –como no- allí plantado… nos sentamos en la terraza, ahí se puede fumar… la cosa comienza suave… cerveza –Club Colombia, un auténtico descubrimiento- para mí, Jerez para mi prima y tónica con limón para Susi… la caja de Pandora se abre hablando de política… Uribe, su procedencia… las limpiezas sociales –no es que los gamines hayan desaparecido de la vida social colombiana… sólo lo han hecho de las calles y, según me narran, de manera poco ortodoxa-… las águilas negras –un grupo paramilitar que apoya al gobierno colombiano y amenaza a todos aquéllos periodistas que optan por enfrentarse ideológicamente a él-… descubro un país desconocido hasta ese momento de la mano de una de las intelectuales de renombre del momento… me gusta la conversación… me pinta una acuarela distinta al Colombia que tengo en la mente, y eso es de agradecer… para cuando nos hemos comido el carpaccio de pulpo, hemos cambiado radicalmente la conversación… el tema de la noche, los hombres… nos reímos, nos descojonamos… no paramos de hablar… Susi nos habla de su choque cultural con un hombre judío, del semi incidente diplomático que casi provoca en una cena con palestino... los tres hombres de la mesa de enfrente ya están enamorados… miran lánguidamente en lo que parece ser un acercamiento inminente… en ese momento, pedimos la cuenta… cuando veo el precio de la cena, pienso en lo barato que es para una europea cenar como una diosa al otro lado del mar… pero, a la vez, no puedo quitarme de la cabeza ese mundo fuera de los algodones que he acabado de destripar durante la noche…

Muertas de la risa con los “enamorados” de la mesa de al lado, nos subimos en un taxi… próximo destino, el Centro Andino de la zona T… se llama así –sí, se han cascado tela la cabeza- porque la zona peatonal de bares de Bogotá tiene esa forma… nos sentamos en la terraza del Bogotá Beer& Company… pienso que estamos en febrero y, mientras España se congela, apenas llevo una chaqueta fina de punto… es miércoles y la calle tiene un ambientazo... llega la primera botella de aguardiente… Néctar es el dulce nombre del licor de marras… un cuenco con gajos de limón –aquí es exquisito- y tres vasitos estrechos y pequeños de cristal… el primer trago es duro, me lo tomo de una… eso sí, me lanzo al limón como una posesa… seguimos riéndonos, hablando de temas bastante más banales… los hombres, su inmadurez, su absoluta incomprensión para una mente femenina… los casi diez años de diferencia con mis compañeras nocturnas dan de sí para escuchar experiencias con un recorrido más largo… cuando nos hemos terminado la primera botella, el camarero ya es íntimo… nos trae la segunda botella, esta vez más grande… seguimos charlando, riendo a carcajadas… mi prima y su amiga se ríen de mis expresiones españolas… se ríen de lo que digo… se ríen de todo… debo estar la mar de graciosa, pienso, porque estas mujeres se lo están pasando en grande…

Hacia la mitad de la botella, soy la encargada de rellenar los vasitos… mi prima comienza a quedarse sin voz, Susi tiene los ojos ya a media asta… curioso, estoy fresca como una lechuga… con ese puntito simpático que te da el alcohol… ese que permite que te desinhibas del todo y digas lo que te parece oportuno… ellas se siguen riendo… la terraza, aunque no nos hayamos dado cuenta, ha comenzado a vaciarse… pasa un vendedor de pendientes y, sinceramente, no le miro a él sino a su mercancía… da lo mismo, el tipo empieza a llamarme “mamita” y a decir de todo, con una gran sonrisa… mi prima me regaña por “coquetear” con él… y yo flipo… sólo miraba los pendientes… de golpe recuerdo una noche en el Algarbe con Pat, un motero cachas y la alta velocidad… me río… los chicos de la mesa de al lado se buscan la excusa más barata e irrespetuosa del mundo para hablar con nosotras… disculpe mona –aquí eso es rubia-… me giro con el gran interrogante escrito en la cara de “es a mí?”… sí, efectivamente… mi color de piel aquí implica ser rubia, cosa que me hace muchísima gracia por una noche… hacen una porra sobre si el chico de la mesa del fondo de la terraza es hombre o mujer… las tres reaccionamos bastante mal ante el cachondeo de los individuos, que pretenden ir a preguntarle… y lo peor… el chico de la mesa del fondo de la terraza se da cuenta de la conversación y me hace gestos para que vaya a hablar con él… me dice que me ha llamado a mí porque ha escuchado mi argumento, lo que les estaba diciendo mientras se mofaban… que le ha gustado cómo he defendido su libertad de ser lo que sea sin conocerle… me pide que le dejen tranquilo… y aquí Juana de Arco vuelve con su misiva… a mi regreso, ya están instalados en nuestra mesa…

Después de rebatirles hasta lo último que dicen –que si ellos son machistas y están orgullosos de serlo, que si no soportan que a los españoles les llamen la atención los pueblos indígenas y un largo etc- decidimos que el Néctar se ha acabado y la charla de colegio también… nos levantamos, nos balanceamos y nos vamos riéndonos de las artimañas masculinas para entrar a las mujeres… sí, ser “mona” y española te da unos puntos bestiales en este país… según mi prima, resulta casi irresistible… lástima que ninguno de los individuos de la mesa de al lado lo resultaran mínimamente, se queja… acompañamos a Susi a coger el taxi, mi prima y yo compartimos el otro… llevamos un pedo guapo, guapo y seguimos charlando sin parar… me encanta estar con ella, sé que la voy a echar de menos… el taxista se mete en la conversación, participa y se ríe… me dice que no me preocupe, que no voy a tener mucho “guayabo” –resaca- al día siguiente… yo lo dudo, la verdad… al final, me he bajado media botella yo solita…

Al llegar al edificio de mis tíos, son las 3 de la mañana -aunque yo creía que eran las 2, mi prima me corrige al día siguiente-… casi me caigo al bajarme del taxi… el taxista se da cuenta y pretende hacerse el príncipe rescatador conmigo… demasiado tarde, ya he logrado recomponer mi verticalidad… el segurata de la primera puerta se ríe al hablar conmigo, no recuerdo la conversación… el de portería se ríe también, tampoco logro recordarla… pero al llegar a casa, descubro que Margarita me ha dejado preparada una jarra de zumo de maracuyá, la fruta más deliciosa que he probado desde que estoy aquí… de golpe, me llegan noticias del otro lado del mar… noticias gratas, esperadas… la rubia recompone su puzzle vital con apenas unas líneas en la pantalla de un ordenador… me meto en la cama feliz por ella, feliz por su reencuentro… feliz por saber que ha llorado de emoción… y satisfecha, también, por saber que mi bola de metacrilato –el cristal es territorio de las brujas puras- todavía, en ocasiones, no falla…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias mi niña!

Gracias por alegrarte por mis noticias y compartir tu alegría conmigo y gracias por empezar a recomponer también poco a poco tu propio puzzle....

Bienvenida a casa! Te hemos echado mucho de menos!