sábado, 11 de julio de 2009

Dani, los ojos de la ternura

"Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada"
Antoine de Saint-Exupéry

Este texto lleva mucho tiempo aparcado entre mis borradores… creo que, en parte, porque necesitaba enfriar un poco emociones antes de poder acabar de escribirlo… para distanciarme del momento y poder mirar con perspectiva todas esas cosas aprendidas… vividas… esas que hoy, todavía, me hacen pensar…


Conocer a Dani casi me cuesta el atropello de un autobús… en Alcalá de Henares, ahora me río… pero de aquélla me pegó un susto acojonante… iba hablando sin mirar hacia delante y escuché el sonido del paso de peatones en verde… ese particular sonido que, aún pudiendo ver, es la alerta de que puedes cruzar… cuando escuché un pitido, tenía a un bus de esos rojos casi encima… al girarme, todo el mundo se reía… descubrí que Dani había imitado el sonido del muñeco verde del semáforo… con una perfección tan absoluta que casi acabo mis días en ese paso de cebra… le miré queriendo matarle hasta que me di cuenta… no me ve, no puede apreciar la cara que estaba poniendo… vive en un mundo a oscuras que tiene su propia luz…

Él no usa bastón y te indica cómo tienes que caminar para que puedas guiarle… sólo tiene 17 años, sí es un niño… pero le ha tocado crecer muy deprisa... tanto que, hablar con él, no es hablar con un adolescente… es hablar con alguien que relativiza la vida como el que come pipas, con esa misma facilidad y calma… ha diseccionado su alma humana para burlarse de esa ceguera que le acompaña desde pequeño… hola Fátima, me decía sin que yo hubiera abierto siquiera la boca… se aprendió mi muñeca como la de todos los demás y era capaz de reconocerme sin siquiera decir una palabra… también me sé tu olor, me dijo, porque me gusta cómo hueles… su mundo es mucho más mágico que el nuestro, pensé en su momento, todo es un desafío basado en sensaciones… un día me dejó absolutamente muda… te voy a hacer una pregunta que nadie ha sido capaz de contestarme nunca, me decía con esa voz suya de locutor radiofónico… qué se siente al ver, me espetó en la cara en mitad de una noche de Gijón poniendo una sonrisa burlona… no supe responder… veo, sin más… en su momento le prometí que algún día tendría una respuesta… francamente, estoy tratando de encontrarla… nunca le había prestado atención a algo que, simplemente, forma parte de la cotidianidad… algo que, para otros, es un bien absolutamente preciado…

Le encanta la literatura y se pasa la vida pegado a su MP3… estoy leyendo, me contestó a mí más de una vez cuando le decía algo… mueve sus ojos como si siguiera las líneas de cualquier novela… se ha leído “El quijote”, 12 audio libros nada menos… se sabe todas las teorías habidas y por haber sobre Cervantes… aluciné cuando me dijo que quería ser periodista… tienes voz de radio, le dije en una ocasión… ojalá, me contestó con una de esas sonrisas suyas que inspiran tanta ternura… si algo tiene Dani es que despierta la ternura más absoluta… por el motivo que sea… quizás porque tiene un alma especial que no teme compartir con todo el mundo… una noche traté de explicarle qué se veía en el Google Earth… le contaba que veía su ciudad y que podía ver, como si fuera un pájaro, el conservatorio dónde estudia… sonrió cuando supo que estaba viendo su conservatorio… para él la música es el mundo que le alimenta… su trompeta… el coro en el que canta… acabando una noche de cenar, comenzó a cantar una canción de Luis Fonsi… se hizo el silencio para escucharle nada más… mirándole cantar… caminando por Andorra le descubrí gracias al aleatorio de mi iPhone –puto iPhone- una canción de Amauri Gutiérrez que le encantó… la canturreaba todo el tiempo y más alto cada vez que hablaba con él… a veces me hablaba de alguna de sus novias, de un amigo de Barquisimeto que tampoco ve y al que está –literalmente- tratando de atropellar… es ocurrente y gamberro… pero lo mejor de él es que se pasaba la vida riéndose de su propia ceguera… siempre con algún comentario, despidiéndose con un “nos vemos” descojonado de la risa… sabe hacer fotos y, aunque nadie se lo crea, es acojonante cómo encuadra… un día me dijo que era una nueva heroína, me tuve que reír pero de verdad… unos minutos antes había sacado la fiera que llevo dentro en un bar de carretera… exigiendo respeto a la bruja que regentaba el establecimiento con la peor de mis voces y la peor de mis caras… ahora me río pero, pese al aplauso al subirnos al autobús, todavía me avergüenza haber sacado así las uñas…

Su increíble mundo interior me ha hecho pensar una barbaridad… me ha hecho plantearme qué se siente viendo… estoy tratando de depurar todavía una respuesta… me ha hecho pensar mucho en lo poderoso que es el afán de superarse… en lo importantes que son las cosas básicas a las que no les prestamos demasiada atención… no es mayor de edad y es capaz de dejarte boquiabierto con alguna de sus reflexiones… para él hay un Dios que le guía y le ayuda… y, francamente, envidié durante un momento esa increíble fe en algo desconocido para mí… no por el hecho de creer en Dios sino, más bien, por esa increíble fuerza que te da creer en algo de esa manera… a él le da un valor alucinante para afrontar las cosas… un valor que le hace ser diferente… tiene un alma distinta, creo que eso lo resume todo…

Esa canción que a él le encantó mientras caminábamos compartiendo mis cascos... esa que canturreó durante dos días y volví a ponerle en un par de ocasiones... una que tengo entre mis melodías mentales desde hace muchos años, aunque no entienda de dónde la saqué en su momento ni por qué la sigo escuchando... siempre está en mis listas de canciones...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tu eres ternura

Unknown dijo...

Que especial es leer sobre Dani. En realidad quedamos prendadas de este ser especial que nos regaló momentos únicos y le dio significado a la palabra superación hecha un chico, venezolano, perteneciente a esa tribu peculiar!!!!