jueves, 16 de julio de 2009

Ser infiel...

Últimamente me he dado cuenta de la cantidad de cuernos que se pasean cada minuto por cualquier lugar del mundo… hace nada que soy consciente de que este descubrimiento es más que absoluto… lejos de lo que creemos, son muchos más infieles los que pueblan el planeta que los fieles… por algún extraño motivo que desconozco, a mucha gente le da por lo mismo… cada uno tiene su historia, cada uno conlleva una actitud distinta… unos motivos… pero lo que está claro es una cosa… vividos desde un lado y desde el otro, sin duda, conforman un curioso estudio de campo personal… cada vez conozco menos gente de mi entorno que no haya pasado por la situación… sí… hay contadas excepciones, no hay duda… pero el grueso de la gente, antes o después, ha engañado o ha sido engañado… y -el combo completo- hay quien cuenta con ambas experiencias en su vida…

Si algo me sorprendió de la gira fue la ligereza con la que algunos de los chicos obviaban que tenían pareja… tienes novio aquí, me preguntaban unos más de cachondeo otros más insinuantes… curioso, coño… quince días después la pregunta seguía siendo la misma… el “aquí” formaba parte de la construcción… ya en mi modo gata, cómo no, tenía que curiosear… lo de allá se queda allá, me decía uno de ellos con una sonrisa de conquista, pero lo que pase aquí que no se entere nadie… en ese momento me percaté… es un auténtico deporte… en un principio lo atribuí a la extraña tribu que conforma este pueblo venezolano al que, tengo que reconocerlo, le he cogido mucho cariño… más tarde me rendí ante la evidencia… pasa aquí y allí… lo más fácil es, sin duda, que acabes siendo los cuernos de alguien… o que, en su defecto, te los pongan para que te pique la frente un poquito… durante mucho tiempo pensé que la infidelidad tenía una base argumental… sí… un motivo… ahora ya me he dado cuenta de que es, simplemente, un pasatiempo…

Puede catalogarse como deporte de riesgo para algunos… sí, un auténtico hobby para el tiempo libre… una situación que provoca un extraño fenómeno entre las mujeres… aquéllas que son conocedoras del peculiar modo gimnasta en que se entrenan sus parejas… una situación que, en ocasiones, provoca extraños comportamientos… acompañarles a todas partes… registrarles hasta los calcetines… o encontrar un pelo largo mientras el infiel de turno saca su triste camisa en la tintorería… cazar un pelo en esas circunstancias, tenéis que perdonarme, sólo puede ser por dos motivos… uno que seas una bruja de las auténticas –con bola de cristal-, dos que estés más mosqueada que un pavo en Nochebuena… me reí al escucharlo… cuando se dispara la alarma, todos los registros son pocos… lástima, como he pensado tantas veces, que cuando ese radar se enciende siempre se encuentre algo… formamos el lío de nuestra vida… y, si padecemos un grado de estupidez máxima, acabamos perdonándolo… teniéndolo en el cajón de los recuerdos, aunque no queramos… una herida así cicatriza, pero por algún motivo te deja una marca que te recuerda que existió… nunca desaparecerá aunque deje de doler… para otras, lo más sencillo es hacer como que no lo ven… que no existe… sufren en silencio sabiendo… callan desconfiando… me quito el sombrero ante ellas… hay que tener mucho valor para hacer algo así…

Hasta hace poco creía que era más un territorio destinado a la testosterona… a ese coleccionable de amantes que les hacen a algunos hombres sentirse mucho más hombres… a esa incapacidad absoluta de mantener un compromiso por el pánico a asimilar que ya no son críos… a esa absurda necesidad de vivir al margen de su vida oficial… una doble vida que les hace sentirse libres aunque sean esclavos de sus propias mentiras… al capricho momentáneo que, simplemente, les hace sentir que han cometido una travesura… sin embargo, le presento mis disculpas al lado del mundo habitado por hombres… curiosamente, la mujer se ha puesto las pilas en esa materia… ha cogido carrerilla y se ha convertido, eso sí, en la maestra del engaño… a una mujer es raro que la pillen, me decía el otro día una profesional en la materia, somos mucho más listas… quizás, pensé con picardía… nunca dejamos huellas… solemos contar con todos los detalles posibles… todas las alternativas que tiene una situación para evitar caer en la trampa de una mentira… sonrío… es curioso… somos mejores estrategas por lo que compruebo en mi entorno… las que se dedican de manera profesional a esto son auténticas heroínas… sí… son capaces de volver a casa guardando la compostura más absoluta… tener un amante, sin duda, puede no conllevar que la conciencia se altere… no lo juzgo, no soy quien... de hecho, respeto profundamente esas mentes capaces de separar una cosa de la otra...

Dobles vidas… dobles historias… dobles conciencias… me gustaría entender qué se esconde entre tanta doblez… saber cómo funciona… buscarle una razón más allá a que el argumento sea que, en ocasiones, tan sólo podemos comportarnos como animales… no tiene nada de malo, forma parte de nosotros… pero prefiero pensar que existen los motivos, las razones… los por qués… me río… soy emoción pura y, sin embargo, necesito entender…

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