miércoles, 1 de julio de 2009

Tirando cosas

Esta noche, creo que veo uno de los cielos más bonitos que he visto en Madrid… por algún jodido motivo, la luz de esa luna creciente que se ve por la ventana esta noche es mucho más brillante, de otro color incluso… me río… gracias a un chanchullo del curro de Pons, ahora tengo un año de suscripción gratis a la revista Quo… ella necesitaba alguien que escribiera una pregunta relacionada con la ciencia y yo siempre he sentido curiosidad por saber si es que estoy mal de la cabeza o la luna cambia de color… sí, mandé un mail haciéndome pasar por una fiel espectadora… las carcajadas de Pons las pude escuchar desde mi casa… lo curioso es que, bendiciones de esa tecnología mercuriana, todavía no he logrado ver el maldito programa en la web… estoy condenada a no saberlo… me río… me da igual, la luna esta noche brilla de una manera especial… diferente… acaba de empezar julio, el mes que le pega el pistoletazo de salida al verano… otro verano… ese que tiene un poder sobre el ser humano superior a cualquier otra cosa en el mundo… te calienta el alma… huele diferente al verano pasado, mucho… es, simplemente, nuevo… virgen… sin planes definidos pero con un destino en la cabeza… una época pendiente de vivir… de sentir… me está dando un escalofrío que me gusta… escucho el nuevo disco de Bebe… un vicio adquirido después de que me oyera pensar una madrugada… no pude evitarlo, me fui a la FNAC porque necesitaba empaparme de él… tiene energía, mucha…

Hoy he vuelto a tirar cosas… antes esta manía era, únicamente, territorio de algún domingo por la tarde… he pasado dos tardes enteras así… deshaciéndome de papeles, de pasado y de cosas que ahora creo inservibles… miraba esos pedacitos de mi colección de vida preguntándome para qué seguir manteniéndolos en el presente… muchos de ellos no son más que trozos de papel y hasta el papel se deshace con el tiempo… tiraba cosas dejando espacio… curioso, más espacio… armando un caos tremendo para luego recuperar el orden… sonreí al pensarlo… el caos es el mayor síntoma de libertad que existe… pero, antes o después, provoca el orden… paradojas de esta vida… sonrío… para poder encontrarse primero hay que perderse… confieso que no sé lo que me está pasando… a veces creo que me he vuelto completamente loca… otras que se me ha ido la rosca en un plan místico absoluto… y otras, directamente, que me está llamando la nave nodriza para regresar al planeta del que procedo… no lo tengo muy claro, la verdad… pero la realidad es que, a día de hoy, veo el camino con una perspectiva que me hace olvidarme de las curvas… es curioso, me han mortificado durante mucho tiempo… y ahora, simplemente, están ahí… sé que tenía que trazarlas… formaban parte del plan… trataré de no catalogarlo en ningún dogma… de no ponerle etiqueta, aunque sé cuál es la que más me gusta… sin duda, es “vida”…

Me he dado cuenta de que las pequeñas cosas de todos los días te hablan… quizás no nos paramos a pensar en ellas, pero es así… nos permiten pensar en otras que, quizás, pueden abrirnos la mente… permitir que se le caigan los cerrojos… que algo de lo que tenemos dentro se libere… que cierre una puerta y abra otra completamente distinta… esta vena que me ha dado a mí con tirar es un claro exponente, pero puede ser cualquier otra cosa que pase a diario… cualquier gesto… un mail que es sorpresa por lo inesperado y lo insólito… sonrío… me gusta saber que ha leído lo que escribí sobre ella… dudé si tenía que enviarle el link… pero ella simplemente lo encontró… sonrío… cuánto menos se busca algo más probabilidades hay de encontrarlo… a veces esos cerrojos que se caen consisten en que una sensación olvidada se despierte… quizás el calor de alguien que te recuerda con sólo escuchar una canción… o el que sientes cuando escuchas a una amiga diferente a las demás decirte que te admira… da lo mismo cuál sea… está y, sólo con eso, sirve… esto de la crisis de los treinta la está matando, pensaréis algunos… me río… al revés… ha despertado hasta mi sexto sentido… creo que cada vez me da menos miedo cumplirlos… cierran un ciclo, sí… pero abren otro nuevo del que espero no perderme ni un solo segundo… y quizás los gestos de mis días son los que alimentan que esa transición sea posible… tiras unas cosas, quedándome con otras nuevas... unas que, además, ocupan un espacio completamente nuevo...

Y pensando en todo y en nada a la vez, he vaciado mi casa de cosas inservibles… absurdas… esas cosas que en un momento dado no forman parte de mi vida pero que me empeño en guardar… un ticket de metro de “el día que fui a” nunca más volverá a servirme… simplemente pasó… esos pedacitos de vida que tanto he coleccionado me parecen ahora más prescindibles que nunca… es curioso, vuelvo a soltar lastre… a deshacerme de cosas que, ahora mismo, sólo me estorban… hago espacio… pero, más allá de eso, me he dado cuenta… hago espacio dentro de mí misma… limpieza… me he deshecho de muchas cosas, muchas… me río… así es un año cero, me digo a mí misma… me siento nómada… quizás más barco pirata que nunca…

Un disco que llegó por casualidad pero que ha sido un gran descubrimiento… quizás esta canción haya apoyado más todavía este momento casi mariposa… no lo sé… últimamente, la música me habla más que nunca…



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