sábado, 7 de noviembre de 2009

Mañana me voy...


 
Respiro, suelto el aire lentamente… mañana me voy, me digo a mí misma… de nuevo la misma frase, de nuevo esa misma canción en la cabeza… mañana ya es hoy y, en mitad de esta noche, sigo despierta… sin haber terminado la maleta… sin saber qué meter dentro, temiendo dejarme muchas cosas fuera… cosas de esas que no puedes meter, que no puedes atrapar dentro de un espacio… fumo en mitad de esta oscuridad de Madrid… mientras, mi compañera de aventura duerme en el sofá rendida por la insistencia de preguntarme qué ropa te vas a llevar sin obtener respuesta… me cuesta hacer maletas, supongo porque en parte quiero llevar muchas cosas y nada a la vez… otra vez América, otra vez saltar el charco… lo reconozco, me enloquecen estas horas previas… he descubierto que no es que no me guste volar, es que no me gusta todo lo anterior… aún sabiendo que forma parte de ello… pese a ser consciente de que, simplemente, las reglas del juego son así…
Revisaba la documentación que tengo que llevar mientras, por fin, le daba hoy al play de la mini cadena… cuando, por fin, lograba abstraerme de tanto ruido que quizás yo misma alimenté… he necesitado irme al parque, fumar tranquila… sentir el frío… sonreír ante una Blackberry… hablar con la rubia… contarle cómo son mis maullidos, compartir con ella ese pánico que me sujeta un pie por detrás de la línea de salida… de la línea de huída, quizás… esa tan delgada que separa el antes y el después de pegar un salto contra la pared… me voy, es lo único que ahora mismo pienso… desaparezco nuevamente de este lugar en el que fondea este barco pirata… poniendo un océano entre mi mundo de siempre y otro distinto… sembrando distancia con mi universo personal… sonrío… le hace falta, me digo a mí misma, últimamente orbita a toda pastilla… respiro… adrenalina, un chute en toda regla… un cúmulo de pequeñas cosas, de grandes historias… de tonterías… pequeños gestos que me han calentado un poco más el alma… señales –sí, quizás estoy para que me aten- que me han cubierto la piel con una capa de seda…  llegaron en apenas ocho días… un mail de un amigo del otro lado del mar que me saltó las lágrimas… una extraña situación con un regalo inesperado de cumpleaños… un paseo por Madrid dejándome mimar por todo lo que había a mi alrededor… una locura asistida entre esos amigos neurálgicos que forman parte de mi mundo… una cena con esa amiga de toda la vida a la que consideras imprescindible para atarte los pies al suelo… sonrío… me siguen regalando un cariño increíble, se alegran de ver por fin a la Fátima de verdad… esa que durante muchos años no era y la que durante un buen tiempo dejó simplemente de existir… duele saberlo, que te lo digan… pero me hace sonreír pensar que, pese a eso, han seguido conmigo… respiro… la vida te da regalos increíbles… de esos que sólo viven en tu álbum personal… que se sienten en la boca de estómago como un estado de paz… sonrío… soy afortunada… mi mundo me mima… un auténtico ronroneo emocional…
Mañana me voy y todavía no he decidido qué ropa meter en la maleta… estoy nerviosa, lo reconozco… voy al encuentro de un país… al reencuentro de esa peculiar tribu venezolana que me metí en el bolsillo… esa que le dio algo más de cuerda a este reloj con el cariño más gratuito de todos, el que se da simplemente porque sí… voy a conocer esa ciudad que para mí suena a percusión y metales… a sonrisas sinceras… a amistades curiosas… a experiencias y sensaciones que te hacen sonreír… tengo ganas de verles aunque tenga respeto al reencuentro… a sentirles distintos, a sentirme distinta… sonrío… corro ese riesgo pero tengo ganas de vivirlo… de sonreírlo, de compartirlo… compartir, me río… ese verbo que alcanzó límites infinitos en su significado… siento que este viaje llega en el momento adecuado… en el perfecto… para ordenar mil cosas… para apostar por otras… para acabar de definir hacia dónde se escora ahora el barco pirata… sonrío… lo mismo da hacia dónde lo haga y esa sensación, francamente, me encanta…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero que sigas sonriendo al otro lado del Atlántico mi leina!

Mil besos! Ya te echo de menos!!!

Ricard dijo...

Casualmente he llegado hasta tu blog y me ha gustado. Tal vez porque yo tambien...
...cuento la vida como la veo, como la siento desde este barco pirata... sin lugar definido, sin ubicación constante... siempre con nuevos horizontes... historias de la calle, reales o no... pero de mi calle...
Saludos.