jueves, 26 de noviembre de 2009

Estoy en casa...



"Una casa es el lugar donde uno es esperado"
Antonio Gala


Estoy en casa otra vez… no he sido realmente consciente hasta el día de hoy… dos días después de volver del otro lado del Atlántico… dos días después de una experiencia más vital que meterme en el bolsillo… por cómo te abre los ojos… por todas las cosas que te hace pensar, sentir… todas las que miras como si fueras un búho… cuestionando tu propio mundo, en otro igual pero distinto… atrapando muchas imágenes mentales que jamás podrás plasmar en fotos aunque quisieras para poder volver a verlas… no con la misma intensidad, nunca de la misma manera… simplemente porque no volverías a vivirlas con la misma sorpresa de la primera vez jamás… he vuelto con un montón de pequeños recuerdos… con el alma, una vez más, calentita… por una aventura compartida, una con muchas historias que contar de las que te hacen reír… hay mucha gente esperando a que cuentes nuestras anécdotas de allá, me ha dicho esta noche a través de una pantalla Nagasaki… me he reído… son tantas que prefiero que algunas nos las quedemos sólo las dos… para poder descojonarnos de manera cómplice por tonterías que, a ambas, nos mataron de la risa… hoy ha sido mi primer día de ausencia de mi bomba atómica particular… supongo que ahora te me desaparecerás un par de semanas, me dijo con mucho cachondeo cuando nos despedimos mientras me abrazaba en Chamartín… ella sabe que me hace falta ese espacio mío y sólo mío que tanto necesito… para pensar… para sentir el silencio más absoluto… para, simplemente, estar a solas conmigo misma…  con un par de días me conformo, le contesté… nos reímos, hemos descubierto que nos oímos pensar la una a la otra… necesitamos divorciarnos, me soltó mientras hacíamos el check-in en Caracas, al menos por un tiempito… sonrío… me gusta oírla pensar, lo reconozco…

Hoy me he dado cuenta de que estaba en casa cuando he abierto los ojos en mi habitación… sola… con el ruidoso no silencio de mi casa… con la luz entrando por la ventana… me encanta la luz de Madrid, le dije a Thais cuando veníamos en taxi hacia casa después de una pila de horas de viaje… lo dije de tal manera que sonó a suspiro, a un “te he echado un poco de menos” y a un “se me ha olvidado que a veces te odio”… gata a ti te encanta Madrid, me dijo ella con una ternura maternal… hoy he vuelto a sentirme en casa en esta ciudad… y creo que eso ha sido lo que me ha aterrizado los pies del todo contra el suelo de mi calle… amortiguada  por este asfalto, por un invierno que no ha llegado a mi barrio porque los árboles siguen rojizos… he vuelto a mi rutina de bajar a ver a Manolo cada mañana, de reencontrarme con Isa a las 10 cada día en ese bar peculiar donde los haya… he vuelto a encontrarme con mi fiel escudera y su incontinencia verbal, de cómo mis dos semanas de ausencia hubieran parecido mil por todas las cosas que tenía que contarme… sí que te ha cundido el tiempo, me dejó decir con mucho cachondeo… conozco sus nervios, sus miedos… respiro… somos pajaritos heridos, le dije con mucha ternura, y cuesta trabajo olvidarlo para volver a saltar de la rama para volar…

He vuelto a esta casa mía que muta y se transforma cada vez que me voy de ella… vuelve a ser distinta pese a ser exactamente la misma… mis plantas, la luna cada tarde encaramada al brazo del sofá fumándome un cigarro… sonrío… me gusta compartirla, lo reconozco… creo que sólo un lunático entiende lo que se siente viendo la luna, las ganas que tienes de comentarlo con alguien que entiende que no estás zumbado y la disfruta tanto como tú… miro por la ventana y, es curioso, comparo este atardecer que siempre me ha gustado tanto con el de Mérida… con ese cielo inmenso con nubes de algodón… recuerdo el de Bogotá con mi tía, el más increíble que he vivido nunca, mientras volvíamos a casa con Cristóbal… pienso en cada uno de los que he visto en ese sitio del pantano que siento mío… me río… echaba de menos mi cielo de Madrid y, ahora que vuelvo a verlo, pienso en otros distintos… yo y mis eternas contradicciones, encantadas de conocerse… supongo que es lo que tiene repartir pedacitos de lo que soy…

Estoy en casa y pienso en los chicos… me asignaron en la rifa de la vida que me tocara una tribu peculiar… de la manera más sana del mundo, con una amistad curiosa y compartida… en el momento preciso... si les conocieras te enamorarías de ellos, dije hace poco a través de una pantalla… he hecho nuevos fichajes durante mis días de Conservatorio en Barquisimeto… sonrío… Thais dice que cada vez que me despido de ellos se me queda un trocito de corazón, y yo sólo puedo sonreír porque me conoce tan bien que me ahorro tener que decírselo… pensando que, además, ahora he sumado más nombres en esa lista previa que tenía… sumando una niña que me preguntó con una ternura absoluta cuando iba a volver, otra que quería que la ayudara a volar… una prima ajena a la que espero reencontrar muy pronto, a la que le deseo mucha fuerza para saltar de la rama en este momento de su vida… una familia que me acogió en su espacio como una más, con todo el cariño del mundo… una amiga que es socia, jefa y maestra y para la que yo soy además asistente personal, enfermera y animadora social… me descojono, somos un gran tándem…

Estoy en casa, de nuevo, en mitad de esta noche… volviendo a encontrarme con el mundo que dejé en pause antes de marcharme… con ese que me ha seguido y me ha acompañado pese a estar en el otro lado del mundo… con esa familia mía tan preocupada con mi viaje que por fin me oían cerca de verdad... con esa otra elegida que me esperaba a la vuelta... que tenía tantas ganas de volver a verme, de tomar un café...  esto sabe a escalofrío, a música… a dudas… a silencios y letras… a página nueva de calendario… al vértigo de ver cómo pasan los días… las palabras… las sensaciones… estoy viva, me digo una vez más… es curioso, nunca creí dudarlo y sin embargo durante mucho tiempo lo olvidé… ahora más que nunca, me alegro de recordar tantas cosas… de rebobinarlas… reproducirlas en mi mente… con esas fotos mentales mías que siento hacer “click” en mi cabeza cuando algo me despierta los sentidos como si fuera una pequeña explosión…

El barco pirata vuelve a estar anclado en ese lugar del mundo que es únicamente mío… respiro… me lo fumo… con nocturnidad, otra vez… con alevosía, de nuevo… con mucha premeditación, siempre… en un reino de silencio que sólo rompe la música… en mitad de una penumbra que me agudiza los sentidos y me eriza la espalda… con ese metro cuadrado tan inmenso que siento tener dentro de mí… reviviendo las experiencias de estas últimas semanas con la perspectiva de la distancia… haciendo ese balance mental que tanto me gusta hacer… soy una yonkie de las emociones y no quiero desintoxicarme… prefiero subir la dosis… prefiero, simplemente, seguir teniendo esta sensación de felicidad que tengo… por esos regalos invisibles que te dan pequeñas cosas en la vida… un reencuentro, una amistad… una sonrisa, unas palabras… sonrío y ronroneo…  soy afortunada, lo reconozco…

4 comentarios:

Unknown dijo...

Como me canta mi sobrino Davi, "mio, solo mio, mio mio" jajaja!!!
Gracias por ser, por estar, por avanzar, por aprender, por dar, por querer, por escapar, por regresar y lo más importante POR VIVIR!!!!

yoooooooooooo

Fátima dijo...

Mío, tuyo... lo sabes, pequeña!

Gracias a ti por todo... por aparecer en el momento preciso pero, sobre todo, por quedarte... por entender este "espíritu libre"... y por ayudarle a despertar...

Te quiero, y lo sabes... bienvenida a mi secta! ;)

lobita fedoz dijo...

Que duro es ser pajarito herido... Al menos tengo alguien cerca que me da la mano... Aunque a veces no te deje hablar!!!

Fátima dijo...

La mano... una pata... y hasta un ala...
;)