domingo, 30 de agosto de 2009

Los peligros de montarse la oficina en un bar

Tratar de trabajar en este micro cosmos se puede convertir en una difícil aventura… siempre hay algún entretenimiento, algo que te despista… un amigo que te viene a buscar a casa o alguna visita que te enreda… pero la cosa ya se convierte en problema cuando, para colmo, tienes que hacerlo desde el bar… qué le vamos a hacer, desde que el wi-fi llegó a Acevedo nuestras vidas han cambiado… ahora, lo más habitual, es ver al paisano que viene de arrear las vacas al lado de alguien completamente absorbido por su portátil…

Fiel a mis entregas y obligaciones, decidí marcarme un horario de oficina a pesar de los excesos nocturnos… tenía traducciones que entregar, llamadas por hacer… sí, uno de mis grandes problemas en este paraíso propio es que me desconecto completamente del mundo que hay más allá de Riaño… pero me lo propuse de una manera titánica… volver a entrar en la dinámica laboral desde la barra de un bar… puede resultar extraño, no lo niego… pero así me lo propuse y así lo cumplí… lo que me quedaba pendiente de descubrir era la cantidad de riesgos laborales a los que te ves sometido… aunque parezca inofensivo, un bar puede resultar un sitio peligrosísimo para trabajar…

Mi jornada laboral empezaba a las 10.30 de la mañana… un comienzo un tanto relativo que muchas veces dependía de si el bar estaba o no abierto… a veces me tocaba esperar media hora hasta que veía aparecer a Olga con su cara de sobada y la marca de la almohada… otras, directamente, abríamos juntas y mientras ella ponía en marcha la cafetera, yo bajaba las sillas… la esquina de la barra es ya un espacio reservado en el que, curiosamente, casi nadie se pone por las mañanas… supongo que porque saben que antes o después apareceré… es mi propia oficina y saben que la ocuparé… mientras me tomaba el primer café, desplegaba la logística… portátil, teléfono, cuaderno, bolígrafo… en una ocasión, me traje incluso el disco duro externo… con toda mi parafernalia montada y un cenicero a mi vera, comenzaba por mirar el correo… por ver las cosas pendientes… por empezar a buscar con el Google Translator aquéllas palabras desconocidas… para ese momento, eran ya las 11.15 de la mañana… comenzaban a aparecer los primeros personajes… todos con un comentario sobre mi posición y ocupación… qué haces rapaza, me ha gritado Casiano durante dos semanas metiendo las narices en mi pantalla, no sé cómo ves nada ahí… tomas algo moza, me gritaba otro desde la otra esquina del bar… primer problema, sobredosis de café… cada uno que entraba consideraba que tenía que invitarme a algo… pese a decir que no, pese a negarme a la invitación, me encontraba con un cafetito que Olga me servía poniendo los ojos en blanco… yo no voy a discutir, decía colocándome la taza… el primer día sufrí taquicardias a las 12 de la mañana… cuando una mujer dice que no, le dije con mucho cachondeo a uno de los personajes más peculiares de este lugar, es que no… daba lo mismo… por imposición pueblil, me los ponían… y yo, por aquello de no hacerle un feo a nadie, me los tomaba los primeros días…

El segundo gran riesgo de trabajar en un bar es la desconcentración… el combate de cada mañana era la llegada del Mister… uno de los personajes más particulares de por aquí… el año pasado, tipo duelo de las pelis de vaqueros, nos pegábamos por hacer el crucigrama… cada uno entraba por una puerta del bar, visualizaba el periódico y miraba desafiante al otro… este año, la instalación de mi oficina le ha allanado el terreno… lo tiene sólo para él… sin embargo, cada mañana insiste en lo mismo… hazlo tú que eres estudiada, me decía tendiéndome el periódico… tranquilo, le contestaba yo con las manos sobre el teclado, todo para ti… el problema venía cuando no sabía contestar alguna de las palabras que le amargaban terminarlo… marciano literario, me gritaba desde el fondo del bar… me hacía la sueca tratando de concentrarme y de marcar esas barreras invisibles de mi oficina virtual… no se daba por vencido… levantándose de la silla con las gafillas casi en la punta de la nariz, le veía acercarse por el rabillo del ojo… marciano literario, me decía a medio metro de distancia… cuatro letras, le pregunté sin mirarle… asentía con la cabeza esperando ansioso la respuesta… Gurb, le contesté después de unos segundos volviendo a mirar la pantalla, G-U-R-B… le veía sonreír cuando encajaba mi respuesta… ahí empezaba el auténtico combate… explicarle por qué lo sabía, qué era… un nuevo alto en mi actividad… diez minutos después me sonreía encantado de la vida… lo ves, me decía muy orgulloso, si es que eres una chica lista… yo me reía… qué va Mister, le contesté con un poco de vergüenza por no acordarme de su nombre, que he hecho muchos crucigramas… qué haces ahí en el Internet era su siguiente pregunta… cada mañana lo mismo, cada mañana la misma respuesta… un círculo vicioso que terminaba con una amplia argumentación por su parte sobre que tenía que comprarse un ordenador… volvía a preguntarme cuánto costaba el mío, volvía a decirme que tendría que hacer un curso… cada mañana las mismas preguntas, cada mañana las mismas respuestas… sí, tengo una paciencia infinita… pero por qué no, me digo… a él le fascina todo lo que no sabe… debería darme de baja por estrés, me dije una mañana que me pidió que mirara el tiempo en la web del Instituto Nacional de Meteorología importándole un pito si tenía cosas que hacer…

Para cuando él terminaba de interrogarme y yo le proponía que cogieran un profesor particular de informática –como cada mañana-, llegaba la parte más peliaguda de mi horario de oficina y de mis riesgos laborales… la hora del aperitivo… la 1.30 de la tarde, momento en el que el bar comenzaba a llenarse de gente… toma algo, me decía el padre de una buena amiga de siempre… un botellín, contestaba yo sabiendo que me estaba metiendo en la boca del lobo… sé que no es excusa, pero esta Taberna de Moe no había traído más Nestea y me veía abocada a pedir una Mahou… me la tomaba casi sin darme cuenta sin quitar los ojos de la pantalla mientras todo el que entraba en el bar me hacía algún comentario… “a ver si te sacas un novio por ahí” –señalando la pantalla- o “todo el día viendo porno” –los más simpáticos-… lo que sí era un nexo común a todos ellos es que tenían que meter la nariz a ver qué demonios estaba haciendo... viva la privacidad, pensaba para mí… en esas llegaba mi madre… con su brazo escayolado, con ganas de tomarse un vino… segundo botellín… esto de que no me cobren por conectarme va a terminar conmigo, pensé, me lo estoy gastando en consumiciones y en vida de mi hígado… sin haber terminado el segundo, ya aparecía algún amigo que sin preguntarme siquiera me pedía uno más… Hulk me bautizó vía Messenger como Doña Chuza cuando le conté lo que estaba bebiendo un día que realmente me desesperé… pero entraba en la espiral… no había marcha atrás… una mañana mi padre se descojonó de mi lengua de trapo… así escribía Hemingway, me decía muerto de la risa, en un bar y con un pedo de los históricos… llevo sus pasos padre, pensé para mí muerta de risa…

Último riesgo de mi día de trabajo… ahora me río, pero bajarme del taburete para irme a comer a casa se convertía todos los días en algo complicado y más teniendo en cuenta que mi madre estaba allí… demasiada cerveza, me decía, como en la canción de Sabina… me bajaba como podía dándome cuenta de que no sentía el culo… no, esto de no tener como extra el airbag trasero me trae por el camino de la amargura… después de horas sentada en el mismo lugar, me tenía que tomar mis minutos para recomponer mi cuerpo… algo difícil teniendo en cuenta que iba medio cocida… para acabar de rematar mi estado catastrófico, el estiramiento al que tenía que someterme apoyándome en el fregadero para desenganchar el cable de red de mi ordenador… digamos que, en ese estado, se convertía prácticamente en un capítulo de “Al filo de lo imposible”…

Está claro, para el próximo verano tengo que hacerme con unas planchas de metacrilato y voy a mandar hacer un cojín a medida… creo que va a ser la única manera de no terminar alcohólica, estresada, tullida y desquiciada… y, lo que es peor, volviendo a casa en un estado de derribo absoluto… habiendo dormido apenas unas horas, haciendo eses en el camino de vuelta a casa y sin haber terminado eso que tenía que hacer… trabajar en un bar debería estar contraindicado para la salud… ahora lo sé y, lo que es peor, lo volveré a repetir el verano que viene…
Pequeños vicios del micro mundo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

[url=http://www.ganar-dinero-ya.com/ganardineroeninternet/]Ganar Dinero[/url]
[url=http://www.ganar-dinero-ya.com][img]http://www.ganar-dinero-ya.com/ganardinero.jpg[/img][/url]
[b]Queres ganar dinero desde tu casa y buscas informacion[/b]
Nosotros hemos encontrado la mejor pagina web en internet de como ganar dinero internet. Como nos ha sido de utilidad a nosotros, tambien les puede ser de utilidad a ustedes. No son unicamente metodos de ganar dinero con su pagina web, hay todo tipo de formas de ganar dinero en internet...
[b][url=http://www.ganar-dinero-ya.com][img]http://www.ganar-dinero-ya.com/dinero.jpg[/img][/url]Te recomendamos entrar a [url=http://www.ganar-dinero-ya.com/]Ganar dinero desde casa[/url][url=http://www.ganar-dinero-ya.com][img]http://www.ganar-dinero-ya.com/dinero.jpg[/img][/url][/b]
Ganar Dinero