domingo, 19 de abril de 2009

Carambolas de la vida...

En mitad de la presentación de un libro… te pones a charlar con el amigo de una amiga… le cuentas qué estás haciendo cuando sabes a qué se dedica… ¿te interesaría llevar la comunicación de un Festival de cine?, sale de su boca… sonrío, me acaba de dar en el hueso de la risa… tendrías que irte de Madrid la semana que viene, me dice muy serio… cuando menciona el destino, no sé si reír o llorar… precisamente, mira… será mi sino, me digo… o una prueba conmigo misma… una temporada fuera de Madrid, me digo, no estaría mal… quizás sea una nueva aventura… no americana esta vez, pero también tiene su propia identidad nacional… me río, la vida es así de peculiar a veces…

Sales a la calle y te encuentras con un cura… miro ese alzacuellos, y me río… la vida a veces es así de curiosa… las casualidades forman parte de ella de la manera más ridícula, más peculiar… pero, sobre todo, de la manera más absurda… hacía tiempo que no veía tantos curas en tan poco tiempo, me dice la rubia… me río… “alabado sea dios” me viene automáticamente a la mente… el colmo es cuando me entero de que un canal de TDT repite el momento… mi prima Ana se apresura a informarme de ello… me tengo que descojonar…

Te das cuenta de una extraña sensación que habías dejado atrás… sentir frío, de golpe… un frío inexplicable… me gusta el frío, pero ese no lo disfruto… es como si te calara de golpe los huesos… como si te traspasara el alma congelándola… lo sientes y tratas de recomponerte… faltan mangas para estirar… falta ropa para tapar… faltan y sobran demasiadas cosas, me digo… me asalta la palabra verano, pero siento frío…

Recibes una llamada de una amiga de hace años… de una compañera de residencia, una que entró un año después que tú… pensar en ella implica hacerlo viéndola sonreír… pese a todo, sonreía… me llama desde su isla, esa que la atrapó en una vida tranquila hace ya años… ¿estás sentada?, me pregunta, es por si te caes de culo… ante mi evidente broma de estás embarazada llegó su sí como respuesta… y ante mi siguiente broma –tendrás que casarte, dicha con mucho cachondeo-, me dijo que en julio… la vida corre mucho, pensé… pasa rápido, cambia y no espera… me gustó oírla así de feliz, pese a su pequeña tristeza…

Encuentras una carta en una caja… con fotos de otra época, de otra vida… sonríes al leerla… cuántas palabras… creías haberla tirado, pero está… te habla de una tierra lejana… es tu propia letra… con un destinatario que, siempre, te decía te quiero y al que nunca contestabas… dos palabras demasiado poderosas cuando se juntan… y, sin embargo, no había peligro en esas líneas…

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