miércoles, 29 de abril de 2009

Un vestido para una boda y el eje Almería-Orense-Madrid

Esto de las bodas, he de reconocerlo, me trae siempre de cabeza… primero porque siempre creo que voy a encontrar algún modelito en el armario de una amiga… gran error que siempre repito… por algún motivo, mi estilo no es el de ninguna de ellas… y, añadido, padezco una extraña enfermedad ocular… sí, tengo ojo de princesa y por lo visto no tiene visos de mejorar… no me sirve cualquier cosa para una boda, no… tengo que encontrar lo que considero que es perfecto para el momento… ahí caigo en el segundo gran error… perfecto sería poder ir de cualquier manera… pero si la boda es de una de tus amigas de siempre, por algún motivo, te hace especial ilusión estar guapa… si a esa absurda angustia que nos auto-asignamos las mujeres le sumas que, de golpe, descubres que te toca leer el nerviosismo va in crescendo… te va a ver todo el mundo… más delgada, más guapa… tendrás que ponerte algo mono, te dices a ti misma entre dientes… la he liado, pienso, tengo dos días para encontrar el vestido soñado… y, a ser posible, que no tenga tres cifras que ronden los 300… más allá del 1 por delante me parece caro…

Así que, como me van los retos, me lancé a la aventura de encontrar algún trapo que me resultara aceptable para el momento… Isa y yo nos dedicamos a enloquecer entre la cuarta y la quinta planta del Corte Inglés… lo bonito, más de 400… el resto, un motivo de mofa durante casi una hora… nos lo pasábamos en grande sacando parecidos entre los horrores que pasaban por “vestidos pa ir mona a una boda”… creo que, en un momento dado, una de las dependientas se descojonó de alguno de los comentarios… después de espectáculo circense, nos encaminamos muy convencidas… Massino Dutti es la respuesta… lástima que sean ya las 9 de la noche… prueba no superada, la acompaño al metro... de vuelta a casa, hasta Manolo me pregunta… negativo, le digo con cara de circunstancias… a este paso, me dice con mucho cachondeo, te veo yendo desnuda… qué le ha dado hoy a todo el mundo con eso, pienso… un 2 de mayo en Asturias leyendo en una iglesia y con sólo un abrigo… le enseñas la rodilla al cura, me dice, y seguro que no dice que no… hombre, curioso podría ser cuanto menos…

Yuste se viene a casa a cenar… rebuscamos entre sus fotos del Facebook a ver si me gusta alguno de sus vestidos… acordamos citarnos mañana para que le expolie algo si veo que las cosas se ponen feas… se ríe de mi calma… le cuento mis nervios propios con la boda… hablamos de la vida, de sus heridas… está al borde de su propia rosca, me sorprende escucharla así de tranquila… no es pantalla no, es auténtico… su vaso se ha medio llenado de desilusión y decepción… conozco esa sensación… qué jodido es cuando has querido tanto a alguien, pienso… que jodido es, dice, cuando te has planteado tantas cosas con alguien… sí, la vida es una pequeña sopa de cosas de tropezones y momentos para levantarse… y, pese a todo, continuamos volviéndonos locas para saber qué trapo estrenar en una boda… no estamos tan perdidas, pienso… quizás encontradas, sonrío… somos supervivientes... y yo, para colmo, una auténtica kamikaze emocional que ha cambiado de dirección...

Casi cuando me avisa de que ya ha llegado a su casa con una llamada perdida, Iñigo me deja otra… le llamo al hotel y cuando escucho una voz muy seria, cuelgo… he guardado mal el número, me digo… le mando un mensaje… llamar a un balneario por equivocación de madrugada es un poco heavy… me responde al mensaje, era él… rellamo, le quiero matar… me hace un inventario de sus cables pelados, de los momentazos de su particular chica de oro… de su probable escapada a Madrid… vente, le digo, echo de menos un rato de los nuestros… anoche presencié una sesión de porno duro, me dice muy serio… durante un instante vacilo… luego me arriesgo medio flipada… de los gatos, no? digo acojonada… me cuenta el espectáculo de orgía animal que vivió con alaridos incluidos… sí, de los mismos cuatro gatitos—familia que acudían cada noche a su hotel a cenar… hasta ayer eran “tan monos”… pero desde ayer son la versión gatuna de Nacho Vidal… currar de noche es jodido, pienso, pero me reconforta de alguna manera ver que vive la noche igual que yo… con los ojos muy abiertos…

Cuando comenzamos a rozar el “límite la rubia” –léase una hora de teléfono-, decidimos que es momento de replegar la noche para que él trabaje y yo trate de dormir… ahora, me dice, a escribir y “pa” la cama… cómo me conoces cabrón, pienso, sabes que si no escupo vida sobre una hoja en blanco no podré acostarme… hablamos de los misteriosos visitantes… de las citas post puestas… de nuestra broma de los Simpsons… del particular idioma que hemos construido en estos meses a lo “Faemino y Cansado” que hemos compartido… me llamarás mañana, me pregunta… me acaba de sonar a pareja total, le digo entre risas... y de ti, le amenazo, no pienso divorciarme… colgué con una sonrisa, con la promesa de hablar mañana… de compartir con él el pequeño mundo que ha dejado aquí y que, como no podía ser de otra manera, evoluciona día a día… recordé que una vez me dijo que este micro mundo era como una adicción... me río... normal... para bien o para mal, cada día es una nueva aventurilla...

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