jueves, 14 de mayo de 2009

Un ramo de hierbabuena

Ya era de noche… volvía a casa después de haberme dado un paseo… después de haber charlado sobre nada con el carnicero… es simpático o, al menos, intenta serlo… también me había pasado a comprar media sandía… hola niña, me dijo la cajera de esa minúscula esquina con fruta rica y jodidamente cara… charlé con ella hasta que comenzó a llegar gente… casi las diez de la noche y éramos muchos los que a esas horas hacíamos las últimas compras del día… Madrid es así, pensé…

Volvía a casa pensando en nada con mi cena fresquita en una bolsa… pareces una auténtica morita, me dijo la voz de Alí al llegar al portal… me reí… pantalones bombachos verdes, camiseta negra y un pañuelo del mismo verde… para mí ya es verano y mi calzado oficial son las sandalias… en Marruecos, me dijo, todas las chicas llevan esos pantalones porque son cómodos… no lo sabes bien, pensé para mí, no sabes lo feliz que vivo yo desde que se llevan… me preguntó si me habían dado mi regalo… cuál, le pregunté con sorpresa… entró en el cuartucho que hace las veces de conserjería y sacó una bolsa verde de una marisquería… me reí… como saque un bicho de ahí igual me muero de la risa, pensé…

Sin embargo, de la misma bolsa verde salió un enorme ramo de hierbabuena… me lo tendió para que lo oliera… te lo traje el otro día, me dijo mientras me enseñaba el contenido de la bolsa al sacarlo, para darte las gracias… para hacer té de mi tierra, me sonreía con sus pocos dientes, para que puedas hacer té moruno… en ese preciso instante, aluciné… el viernes pasado, al volver de mi encuentro con Palita, le encontré aquí… sólo tenía que hacer el turno de tarde pero el compañero de la noche no apareció… ese hombre está mal, me dijo aquélla noche preocupado… Alí llevaba 8 horas trabajadas y otras 8 por delante… quieres un café, le pregunté… y se lo bajé antes de meterme en la cama… esa misma noche, hablamos del té… y, para que pudiera prepararlo en casa, me trajo todo lo necesario… no entendía semejante detalle, pero el hombre decidió incluso darme la receta para cocinar un auténtico té moruno…

Subía en el ascensor oliendo la hierbabuena… recordando la mata que hay en la esquina de la casa de Acevedo… esa que hacía oler esa parte del jardín… llevaba mi ramillete de hierbabuena con el mismo orgullo que si me hubieran regalado un ramo de flores, igual… y nada más llegar a casa, no pude resistirme… tuve que probarlo… flipé un poco con la caja del té… escrito en arabescos aparecía “Bouraza” y la imagen de un tipo rollo jeque árabe que –os lo juro y no es cuestión de prejuicios- tiene un parecido asombroso con Bin Laden… justo encima “China Green Tea” y letras chinas alrededor… y, cuando lo giro para leer todo lo que pone –manía personal que hago con todo-, descubro que se distribuye desde Toledo… menuda movida, pensé mientras preparaba una tetera… después de servirlo en un vasito de té marroquí –que a la menda la encantaron en su día-, le bajé una taza a Alí… estaba sacando la basura, así que le dejé todo el kit en conserjería y me vine a casa…

Mi buena intención se encontró con una hoja de reclamaciones al día siguiente… el bueno de Alí me enganchó nada más salir del ascensor… Fati demasiado flojo, me dijo muy serio, has puesto demasiado poco té… volvió a explicarme el tiempo de cocción… me corrigió en eso de echar la hierbabuena a hervir… no no, gesticulaba abriendo mucho los ojos… así le quitas el sabor, me decía horrorizado… hasta el lunes libro, me dijo, pero el lunes seguro que ya sabe a té moro de verdad… para que sepa a té, me decía, tienes que pasarlo de la tetera al vaso y del vaso a la tetera durante 10 minutos… no puede haber prisa, me decía como si estuviera cometiendo un auténtico sacrilegio… luego sabe a té, alegó rotundamente, si no sólo es agua…

Me despedí riéndome, él no tanto… no te la juegues nunca con un mal té, pensé… para él era más que una simple bebida un auténtico rito… y yo, que soy una alumna muy obediente, me he propuesto como algo casi personal que Alí me dé el visto bueno… así me vea basculando té de la tetera al vaso diez minutos… lo conseguiré, estoy segura… aunque sólo sea para evitar que me vuelva a regañar…

No hay comentarios: