domingo, 4 de octubre de 2009

Cosiendo tiempos muertos

Me he dado cuenta hoy… en esa luminosa mañana de domingo… después de haber visto por la ventana una increíble luna llena tan sólo una noche antes… después de haber disfrutado de una extraña manera un fin de semana en casa… sola… encerrada en mis cuatro paredes… con posibilidades de salir, sin ganas reales de hacerlo… he maldecido el encierro en casa durante todo el fin de semana… renegando de cómo al reloj se le iban escapando las horas y yo seguía sin hacer nada… nada más allá que escribir… nada más allá que leer… nada más allá que mirar cuando es de noche a través de esa ventana tumbada desde el sofá mientras vuelvo a ver una película que emiten en Cuatro… no, no he hecho nada… y, sin embargo, me he dado cuenta de muchas cosas… comienzo mi cuenta atrás hacia los 30… me río… no va a cambiar nada en los apenas 20 días que me separan de ese día… está claro que no… pero, quizás, este encierro al que me he sometido era necesario para rearmar el puzzle antes de que llegue el día…

He vivido dos lunas y dos soles pensando sin hacerlo… dejándome escurrir por los rincones de esta mente mía que nunca descansa… que va más allá de lo que parece evidente… quizás pienso demasiado, no trataré de argumentar lo contrario… pienso porque creo que es la única manera de crecer… de entender… de madurar… de seguir hacia delante en este extraño rumbo del barco pirata… silencio y rayos de sol entrando por la ventana… silencio y rayos de luna entrando por la otra ventana… tirando cosas a la basura… cambiando el orden interno de esta casa para buscar el aparentemente perfecto… ha sonado Bebe en mis oídos mucho este fin de semana… esa música que ahora identifico como parte de la banda sonora de esta vida nueva de gata… ha sonado mientras nada más se oía entre estas cuatro paredes… en una larga noche mirando por la ventana, tan sólo viendo pasar el tiempo… a oscuras, con un par de velas blancas en mitad de una casi noche veraniega de octubre…

Inventariando la cuenta atrás, me ha dado por contar el tiempo… lo pasado, lo vivido… lo sufrido y lo sentido, no importa… tiene que haber de todo en cualquier vida, en cualquier año… en esta cuenta atrás, todo es completamente distinto a la de hace un año… pero al menos he logrado zanjar asuntos pendientes, herederos de ese “hace un año” que quedó en esa otra vida que viví… sonrío… le di al erase de la mente para tener recuerdos nuevos… para sobre-escribir sobre esa tarde de lluvia que recuerdo con tanta nitidez y tanto frío… fue en mi otra vida… me gusta esta tranquilidad… esa calma que supuso hacer un gesto tan básico como es hablar… la sentí, la noté y la viví… era mía… sonrío… es mía… a pesar de haber sido el punto de partida de tantas otras cosas a pensar…

Creo que sentirla de manera auténtica es lo que me ha tenido tan encerrada… centrifugando en picado fino cada uno de los veinte mil pensamientos que pasan por mi cabeza… masticando hasta pulverizar muchas cosas que forman parte de esa lista pre-treintañera de asuntos pendientes conmigo misma que tengo… no sé cuándo la hice, pero en mi mente está archivada como caso abierto… quizás porque el jurado de mis neuronas todavía no se ha puesto de acuerdo en un veredicto… o quizás, únicamente, porque quedan epígrafes incompletos en esta denuncia de las casi tres décadas… sea como sea, esta dosis de silencio personal me ha ayudado… a darme cuenta de cosas que creía estaban guardadas en la parte más recóndita del altillo… a comprobar que otras, simplemente, ya no son tan importantes… o que, incluso pese a serlo, no tienen tanto peso en la balanza de mi vida… hay algo de adictivo en el silencio… atrapa, aturde, descongestiona, alivia… y, lo que es realmente contradictorio, acompaña… aunque a veces pueda llegar a ser una compañía pesada…

Me he dedicado a hilvanar todo aquello que estaba descosido… tratando de sujetar la aguja sin clavármela demasiado… algo que, en ocasiones, es simplemente imposible… soy consciente de que algunos parches quedarán pendientes de zurzir antes de mi entrada en la tercera década… ese roto es parte de mi vida, de lo que soy… de lo que hace que siga ondeando la bandera de este barco pirata con brújula desimantada…

No hay comentarios: