jueves, 11 de diciembre de 2008

El caos de mi habitación

Hace algunos días que he detectado un hecho que, incluso a mí, me descoloca… ha sido repentino, súbito… quizás como las cosas que pasan en la vida… el caos de mi habitación… tras mucho tiempo de orden absoluto… de colocar hasta la última cosa cada día, en cada momento… me he declarado en rebeldía… sí… en rebeldía contra el orden, el concierto… contra la lógica, la estética aparente… lo que se supone que tiene que ser… la manía… contra ese orden que ahora mismo no existe en mi universo…

Me he dado cuenta de que esa habitación es, nada más y nada menos, el reflejo de mí misma… lo he detectado esta mañana y, la verdad dadas las circunstancias, me ha hecho gracia… me he levantado en armas contra él, contra ese cuadricule con el que ahora no logro comprender mi vida… sé que es momentáneo, también… creo que mañana será el momento de volver a ponerla en orden… pero ella está como yo… llena de colores ahora mismo… con el fuxia de las sábanas revueltas… el libro del padre de Silvia en la silla rescatada de la basura años atrás, la misma de la que cuelga en un lado un bolso… hay ropa ordenada en montones sobre el arcón de mimbre que también rescaté de la basura… los collares, los pendientes… un bote de Nenuco, mi frasco de colonia… los pañuelos colgando tras la puerta… el cesto de los calcetines desparejados… mi maletín de maquillaje abierto al lado del taburete con el que hacía teatro en la Universidad… un auténtico abanico de cosas que conforman una mancha de color… me gusta este desorden que de golpe he decidido tener…

He buscado el orden, aprendí a quererlo… a respetarlo… a encontrarle una utilidad… pero ahora mismo, lo he sacado de mi vida… sé que es momentáneo, pero así es como quiero que sea… porque esta habitación es, ahora mismo, el reflejo de mí… de ese caos de colores, de olores… de sensaciones, de texturas… de desorden total… me he dado cuenta… yo soy esa habitación… llena de recovecos y de formas onduladas… sólo la mesilla conserva el orden de siempre, impoluto… la radio… la lámpara… esa pequeña libélula del museo Art Decó de Salamanca sobre la base… mi crema… una botella de agua… curioso contraste… también es como yo… en esta extraña mar en calma que tengo dentro… como esa mesilla… con ese orden impoluto… ese que sólo reina en el espacio más pequeño de la habitación…

La ropa de verano está guardada en los tuppers… pero me resigno a sacar la del invierno… ahora todavía, no quiero… pero hace frío y ha llegado el momento… qué le vamos a hacer… he luchado contra el invierno pero él es más fuerte… cuestión de rendición… o de rebeldía, según cómo se mire… la cama hoy está completamente revuelta… he dormido en toda ella, curioso también… algo más que me recuerda que, aunque el invierno haya llegado, en mi habitación vuelve a ser primavera… no, el reloj no ha corrido hacia atrás… simplemente, las cosas son distintas…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bom dia menina!

Comencemos siendo directas: no crees que es el momento de sacar la ropa de invierno cuando estamos en pleno vendaval?? Cuando hay alerta de nieve?? Hazme el favor!!!

Para seguir, te diré que, desde que llegué a este fantástico paraíso, algo me atacó a mí también y a mi orden. Aunque esto suene a locura total, escribe una persona que tenía el armario ordenado por colores, estúpido y excéntrico pero a la vez increíblemente cómodo. Tras mi cambio de vida, todo carece de este orden y lógica que antes eran intrínsecos a mí. Lo más curioso: me siento cómoda. Quizá este nuevo concepto de armario, de todo, forme parte de mi nuevo yo…No lo se…pero lo que tengo claro es que me hace sentirme bien, me hace sentir en casa (a pesar de estar a más de 600km de allí).

Efectivamente, en algo tienes razón, las cosas son distintas, ni mejores ni peores..tan solo diferentes. Estoy segura de que poco a poco comenzaras a encontrarte bien en esta situación, a saborearla, a vivirla y disfrutarla. Todavía estoy más segura de que estaré allí para verlo.

Un beso enorme!