jueves, 11 de diciembre de 2008

No...

… me digas que te escuche… porque he dejado de oir tu voz, simplemente… no sé si no existe o, como he pensado algunas veces, nunca llegó a existir… tan sólo lo hacía en mis oídos... me diluyo en el sol del invierno… y cierro los ojos… qué gran paz…

… no sé si pensar que el tiempo no perdona… o que, simplemente, acaba con la ilusión… pero no me resulta triste, eso no… es, simplemente, algo que pasa de manera natural… la luna no está a los pies de la tierra… ha vuelto al lugar que le pertenece en el mundo… a uno desde el que ya no tiene miedo de caer...

… no creo que las cosas pasen porque sí… ni se arreglan como por arte de magia… pero en este lado del mundo, se acabó el campo de trabajo… la revolución obrera se ha alzado contra todo esto… y, ahora mismo, es más fuerte que yo… este requiem ajusta sus últimos acordes...

… no sé dónde he dejado el cajón de las emociones… ahora mismo, no logro encontrarlo en esta maraña… me he quitado un peso de encima, sí… tengo que reconocerlo… los instrumentos para luchar han vuelto al cajón del armario… colocados en paños de seda… la paz de después de la batalla…

… no encuentro ya los motivos… tampoco los busco… he dejado de hacerlo… en el mapa del tesoro escondido, no hay botín… sólo un exceso de todo… la herida sigue estando, ni siquiera se ha convertido en costra… y a mí se me ha acabado ya la caja de tiritas…

… no quiero más migajas… más miserias ni más propinas… tal vez sólo pueda ser así, y no creo merecerlo… comprendo, trato de entender… y créeme que lo hago… por eso precisamente he colgado el cartel de “cerrado por vacaciones” en la puerta de mi vida… en el fondo, aunque no lo entienda, no me disgusta del todo…

… no puedo mirar hacia atrás más… sólo sirve para tropezar en los pasos de hoy… la clave es no hacer planes para mañana… la vida hay que improvisarla… y así sea mucho más divertida… más viva… no echaré de menos mañana…

… no huelo en el aire el aroma de Madrid… puede que también haya cambiado… no ha sido una trampa mortal, no te engañes… tan sólo el primer peldaño de una escalera a ninguna parte…

… no sé escribir más cartas de amor… ni de desamor… creo que simplemente se me ha acabado la tinta… y eso es bueno… abrir un nuevo tintero es como destapar nuevamente una esencia única… estoy tranquila, y eso me gusta... no sé el motivo, pero lo estoy...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pequeña...Ojalá consigas por fin lo que te mereces! Es demasiado tiempo ya olvidándote de tí. Ojalá puedas abrir un nuevo tintero para escribir nuevas historias que te hagan tan feliz cómo deberías ser! Y desde luego, quiero ser testigo directo cómo siempre de todo eso.

Besitos norteños!