sábado, 13 de diciembre de 2008

El cartero escapista, los amigos de lo ajeno, la diosa Diana y la tienda Lomo

Llevo dos días jugando al escondite con el cartero… hace 48 horas, se personó muy serio él en conserjería de mi casa diciendo que no podía depositar el paquete que me traía… que se trataba de algo sumamente valioso… me dejó muerta… pero se llevó el paquete y ni mis intentos por recuperarlo en Correos sirvieron para nada… sinceramente, creía que se trataba de algo que pedí por Internet y que tenía que ser un regalo de Reyes… un regalo que ahora mismo se me antojaba envenenado… quizás absurdo… fuera de lugar dadas las circunstancias…

Avisada, hoy tenía que estar alerta entre las 9.30 y 10, hora en la que solía llegar… después de casi esnucarme escalera abajo a eso de las 9.20 de la mañana… me he vestido como las locas… he bajado a conserjería… y allí estaban esperándome, en plural, dos paquetes… uno era el inicialmente fastidioso regalo, otro procedente de Barcelona… alargado, pesado… nada se me podía ocurrir… lo he abierto rápidamente y no he podido más que echarme a reír… igual que los gatos te dejan un ratón en la puerta de casa, dos amigos míos de la Ciudad Condal regalan a su círculo cercano por su cumpleaños algo sustraído de la calle… es un gesto peculiar, sí… y yo, por primera vez, era perceptora de uno de ellos por mi pasado cumpleaños… este año ha sido una señal del metro de Barcelona que informa de la prohibición de fumar, la existencia de cámaras y –mi favorita- que hay cobertura de móvil… me he reído… veremos a ver donde lo coloco… pero me gusta imaginarme la imagen y el cachondeo que pasaron en el momento de robarlo…

La otra caja me costó más abrirla… y cuando lo hice, comencé a pensar con la cabeza… increíble en mí… y tomé una decisión: me la quedo… era fácil… una cámara de fotos lomo Diana con todas sus lentes… la diosa de la caza ha sido más fuerte, y he decidido que me quedo a su lado… gran fallo, no tenía carretes… hoy era un buen día para pasear por esa zona cerca de Sol… con el frío, las luces de Navidad… y hasta allí me fui… entrar en la tienda fue volver a un extraño pasado… creo que era la única vez que iba realmente sóla… el chico que siempre nos atendía, estaba tras el mostrador… le pedí los carretes, comenzó a explicarme… y de golpe se dio cuenta de quién era… para empezar, me regaló un carrete más… a continuación, me preguntó lo que ya esperaba… y le contesté lo que él no sabía y, que realmente le sorprendió… me preguntó qué había sido de las otras cámaras, y le dije con una sonrisa que lo que no es de uno no le pertenece… y que eran bienes separados… “como nosotros”, pensé para mis adentros… y, la verdad, me hizo gracia… él seguía preguntando y yo quería escapar de la quema… comencé a recoger mi bolsa con los carretes… y de golpe me dijo que seguro que no me faltaban modelos para las fotos… curiosa manera de piropear, pensé… y sonreí… al salir del aquél mundo de color que es la tienda Lomo, me volvió a llamar… esperaba ver pronto mis fotos para comentarlas… me apetece acabar el primer carrete, saber que puedo… que es mi momento de jugar con las formas…

Mientras desandaba Echegaray me vino a la mente un día de primavera… con un anciano con abrigo guateado verde… esa primera lomo con ojo de pez que no es mía pero que siento como un momento especial… esa imagen no me parece estar tan lejos… y sin embargo, a la vez, la siento lejana… estos días me han dado una extraña perspectiva de las cosas… una dosis de calma… de ganas de cosas nuevas, cambios…

Creo que las lomo son un buen comienzo… me apetece atrapar recuerdos dislocados con manchas de color sobre papel… congelarlos… volver a retomar mis viejas costumbres, mis viejos hobbies que relegué… me apetece volver a los inicios… y, ahora mismo, diciembre me brinda esa oportunidad…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajaja!! Así que al final no nos visitó nuestra prima María sino uno de los regalitos peculiares de los catalufos!!jeje, Que tremendos son!! Cómo para imaginarse el regalo con la descripción dada del paquete!!