lunes, 9 de marzo de 2009

Ni con tetas ni sin ellas hay paraíso

No fui una de esas tantas y respetables mujeres españolas que se engancharon a la mirada de “El Duque”… no, no lo fui… y sin embargo a veces creo que la historia de ese guión se queda en pelotas con la realidad… que siempre supera a la ficción es algo obvio cuando no se trata de una superproducción americana… pero, en ocasiones, la vida de la calle alcanza proporciones tan irreales que bien podría pensar que voy a ver títulos de crédito en algún momento… mi gozo en un pozo, cuenta contar con que es realidad… sin vaselina, sin anestesia…

Delante de una taza de café, descubrí hasta qué punto nos conformamos con tan poco… cómo se puede pintar una sonrisa en una cara con sólo una llamada de 2,15 minutos… cómo una carta puede afianzar unas raíces al suelo que parecían comenzar a volar… lástima, pienso mientras veo esa hemorragia de satisfacción… alguna parte recóndita de mí ansiaba que la historia se escribiera distinto… que esa sonrisa no fuera tan amplia… que, simplemente, esa taza de café hubiera sido para anunciarme que pensaba cambiar de vida… sí, de alguna manera quería oír que había decidido cambiar su rumbo… lo ansié, lo reconozco… pero no sucedió… no había tetas, no… y el paraíso prometido, simplemente, me parecía cada vez más aterrador… pero era una decisión suya y de nadie más… daba igual lo que yo dijera… no se me estaba pidiendo consejo, tan sólo se me hacía partícipe de la situación…

Me paré a pensar que de nuevo era lunes… un nuevo lunes fatídico de estos en los que los astros de los alrededores se dedican a joder a algunos… este lunes no me había tocado la china, pero presiento que el próximo no tendré tanta suerte… pensaba en lo extrañamente impaciente de este lunes cuando otra sobredosis de tetas se coló en mi vida… una ilusión partida a la mitad… un “duque” que, después de todo, no resultó serlo… un hombre que, cosas del destino, había cumplido su función… aparecer, desestabilizar, acojonarse… y, como las cucarachas en el famoso anuncio de toda la vida de Raid, desaparecer… mientras escuchaba esa idea inconclusa, irreal y absolutamente imposible de procesar sentía tristeza… a veces ni el mafioso se enamora de la chica, ni la rubia puede evitar que el perfecto príncipe azul no sea más que un cagón con leotardos… quien dijo que la vida fuera justa, nadie…

Tan sólo unas horas más tarde, sonó mi teléfono… otra historia de tetas que había sobrepasado los límites de la realidad… una prueba de embarazo… la gran pregunta ¿de qué hago Fátima?… como si yo pudiera resolverla… como si yo tuviera alguna respuesta para eso… pensé en las bromas del viernes por la noche cuando hablábamos por teléfono… pensé en sus nervios, mi susto reconocido… ojalá pudiera darte la respuesta perfecta, la que te deje dormir tranquilamente… no puedo… pensé en perfectos caballeros, de esos que de una manera idílica existen en las películas… perfectos individuos que, por algún motivo, no acaban de encajar en las piezas del puzzle… perfectos sustos… y en esos malos que tiene toda serie de intriga… ese que aparece una madrugada para hacerte echar a cara o cruz el resultado de un 1% de margen de error… mañana teníamos el desempate, mañana sabríamos si la noticia era o no la que temíamos…

Pensé en las curiosidades de la vida… en esas historias, con tetas o sin ellas, que me rodeaban… en esas que parecen haber envuelto los alrededores, cargando a cada llamada de un tinte de serie televisiva… historias que marcaban la vida como si se tratara de una pequeña cicatriz con la que teníamos que cargar en adelante… historias, sí… que, de alguna manera, nos hacían más vulnerables… más jodidamente frágiles… quizás, más jodidamente concentrados en encontrar eso que dicen que es el paraíso… quizás cada pequeña cicatriz es, precisamente, el comienzo de una nueva historia… sin tetas, sin paraíso… a veces, simplemente, tampoco tienen que existir...



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Neni..

Ni un Lunes más así..Yo creo que por mi parte ya he cubierto el cupo (o eso espero..)Como decimos, este Marzo trae tela..
Nosotras siempre pensamos que las cosas pasan por algo, y está claro que algunas más que otras..El no duque cumplió su función y desapareció..pero espero que aún así no me quede sin mi paraíso

Un besito y una esperanza por la primavera que llega...(uff)

Fátima dijo...

Estoy segura de que las cosas pasan por algo... para algo, sin duda... y también sé, que lo jodido es vivirlas sin que duelan demasiado...

Un paraíso no depende de un duque... ni de unas tetas... depende de cada uno... es así de simple, así de complicado...

Y sí, llegó la primavera... el 21 de marzo, fecha fatídica... cambio de estación, creo que luna menguante... alea jacta est!!!

Vendrán tiempos mejores, ya lo verás... te lo dice mi bola de metacrilato

Un besote lubia