jueves, 15 de enero de 2009

Alergias tecnológicas

Creo que sufro una extraña enfermedad… y es que mi cuerpo sufre un colapso ante la tecnología… sí, me fascina… pero tanto como me saca de quicio… últimamente, comienzo a pensar, algo me está ocurriendo… todo aquello que se enchufa o tiene teclas se revela contra mí… es curioso, pienso… estamos todos rebeldes en esta casa…

Creo que todo comenzó cuando, al volver del verano, me encontré con que había cambiado de compañía de ADSL… sí, un cambio que yo no efectué… pero en el que, extraños momentos de la vida tecnológica, constaba desde mi número de cuenta hasta el DNI de mi madre… sigo, a día de hoy, sin firmar el contrato… hubo que instalar el nuevo módem… locura número uno de esta extraña fase… el PC se conecta sólo a través de cable de red… el Mac ni siquiera lee la señal… y la gran discordancia… el ordenador de Iñigo se conecta a la primera… ¿será más listo?... para sumar más, la maravillosa impresora multifunción entró en mi vida… escanea, manda faxes e imprime… la de dios… de no ser porque todavía no he conseguido escanear una sóla foto –sólo ella sabe por qué no… yo he desistido de entenderla-… y, para colmo, no he podido usarla como fax porque se vuelve loca cada vez que suena el teléfono… y tengo que hablar con el “piiiiiiiiiiiiiiii” del horror en la oreja… una gozada… eso sí, imprimir imprime de muerte…

Para acabar de rematar, el último caprichazo tecnológico e imposible entró en mi vida… sí, hablo de este maravilloso iPhone que me trae como puta por rastrojo… entre las veces que se queda medio gilipollas y deja de recibir señal… las que recibe un mensaje o lo envía con 2 horas de retraso… o, incluso, las que se colapsa… me lo paso teta… tan entretenida estoy que todavía, después de meses, no he logrado conectarlo al bluetooth del coche… imposible… creo que hasta he sudado en el intento… pero no ha habido manera… miro mi manos libres con nostalgia… aquéllos viajes en los que podía hablar… quién me mandaría a mí regalarme un aparato que, si bien es para tontos, a mí no hace más que quitarme la vida… complicadísimo el bicho… hay ocasiones en las que, incluso, me da hasta un poco de respeto… todavía añoro aquél móvil rollo walkie-talkie que tenía en la Universidad… irrompible, a prueba de charcos y de golpes… este es maravilloso, pero para empezar con Pat y su país de las bragas resulta absolutamente incompatible… o no le llegan mis mensajes o lo hacen con horas de retraso…

Y digo yo que cómo se me ocurren a mí estas cosas… yo que todavía no sé programar la radio despertador que compré en mayo… a mí que todavía me aterra pensar en sintonizar un canal en esta tele mía del Pleistoceno… yo que no juego a la Play porque me lío con los botones y nunca atino… sí, me he convertido en una minusválida tecnológica mental… pero me sigo complicando la vida resignándome casi siempre a la evidencia… siempre ganan ellos… mi mente me acaba de jugar una mala pasada… acabo de redordar “Blade Runner”…

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