martes, 20 de enero de 2009

Ramos de novia, despedidas y otras perversiones

Mentalizada estoy y, aún así, todavía me sigo sorprendiendo… el mundo que me rodea va a un ritmo distinto al mío… sin duda… y pese a cumplir años y saber que estas cosas pasan, me sigo resistiendo… sí… el “mundo boda” que me rodea me satura de la manera más absoluta… no puedo generalizar, claro que no… pero es cierto que, últimamente, es uno de los temas favoritos de mi entorno… y mientras ellas se vuelven locas comentando yo, simplemente, hago la compra de manera mental… si algo creo que jamás organizaré será una boda… ya estoy cansada sólo de escucharlo… a los nervios de la novia, que es habitualmente quien comenta estas cosas, se suman las 15.000 gilipolleces que de golpe se han impuesto… que si las flores no sé cómo… que si el sitio no, que tal restaurante que está muy visto… sí, lo admito… en un momento dado de mi vida yo también me quise casar… pero os juro que sin tanta parafernalia…

El domingo por la tarde tuve una puesta al día de estos temas… iba concentrada en no perder el horizonte, pero lo perdí… lo perdí cuando se inició una discusión sobre si eran mejor las calas o las orquídeas para el ramo… seguí perdiéndome cuando se hablaba de si tal tela quedaba más elegante que tal otra… me concentré en ver aquello como la tele… observando, analizando… flipando… más todavía con las astronómicas cantidades de invitados… póngame 20 autobuses de excursión del Imserso, por favor… mi mundo acabó de girar hacia un agujero negro cuando apareció en acción el tema dieta para el vestido… haced como yo, dije con mucha coña, divorciaros… error Fátima, estás en el selecto club de té de mujeres del domingo por la tarde… de esas que consideran imprescindible pasarse una tarde entera hablando sobre algo tan efímero… sí, no dudo que les haga ilusión… pero como para convertirlo en un tema de discusión tan intenso y tan acalorado… demasiadas bodas, Fátima… estás perdida…

Y en medio de ese mogollón de seseos, risitas y comentarios me acordé de la cara A de toda esta historia… las famosas despedidas de soltera… recordé el marrón que me habían enchufado… Sevilla, a saber… sólo estuve dos veces y en la estación del AVE… por un momento, mi maldad me hizo imaginarme las despedidas de solteras de ese selecto club de café, cotilleos y brujerías de ese domingo tarde… y me descojoné… sí, quedó genial… porque ellas se reían por algún ingenioso comentario de uno de los ya sufridores maridos… si algún día me casara, pensé, a estas no las invitaba yo a mi despedida… o sí, podrían ser la bomba sus reacciones…

Sin saber por qué, me seguí riendo… me acordé de un vídeo de Melendi, el de novia a la fuga... un clip en el que él no paraba de dar por culo bailoteando desde el altar a los futuros novios… uno así podía aparecer en cualquiera de estos bodorrios, pensé… y, sin duda, lo más divertido sería la cara de la novia…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja!! Totalmente de acuerdo pequeña! las bodas nos persiguen...BASTA YA!! Y por favor, ya vale de tanto preñamiento! Que nos dejen respirar un poco!! Desde luego hay algunas que lo convierten en el centro de su vida, como antaño, que las mujeres sólo nacían para casarse y criar churumbeles! Moderanción por favor....Tranquiiiila....Tranquiiiilaa ;-)

Fátima dijo...

Creo que el preñamiento del entorno será un texto aparte... sí, rubia... creo que me resisto a ser mujer de 30 años...

Me acabo de imaginar a Raúl (Bilbao) diciendo eso... jajajaja... qué grande!