martes, 13 de enero de 2009

Pon un hombre vintage en tu vida

Hace poco, muy poco, me descojonaba con una amiga de toda la vida charlando... ella me contaba sus andanzas con individuos de sexo masculino y la cosa derivó hasta límites insospechados… nos dimos cuenta de una realidad de la que, todavía hoy, nos reímos… por la edad que tenemos, sólo podemos conformarnos con tener algo de segunda mano… sí, parece una gilipollez, pero rozar la treintena da de sí una barbaridad… te encuentras con todo tipo de historias… solteros traumatizados por rupturas desastrosas… hombres casados con su señora mujer… hombres casados con su mujer y con la que se ponga a tiro… pero, además, hay otra especie más… los hombres que, además de estar casados o ser divorciados, tienen un niño… sí, paquete completo de reciclaje… y te das cuenta, además, que el ser de segunda mano implica que tienen su propio anuncio… cada uno el suyo…

Nos reíamos hace un rato otra vez pensando que, ahora mismo, a nuestro alrededor son muchas las parejas, o no, que conocemos que responden casi a cualquiera de esos patrones… lo genuino de la historia es que nosotras también somos de segunda mano… cada una con nuestra historia… nuestro libro de recuerdos… marcadas en algunos aspectos, recién nacidas en otros… no sé cuántas mujeres de mi alrededor se encuentran en la misma situación… en la de vivir una vida rodeadas de artículos ya utilizados con sus pequeñas taras… qué le vamos a hacer, es el coste de cumplir años… el coste de las pequeñas pupitas que te deja la vida para hacerte más fuerte muchas veces…

Pero pensándolo mejor y con más calma… ya en la candidez de este barco pirata… me doy cuenta de que, hasta en esto, podemos ser positivos… ser fashion victims absolutas y sumarnos al carro del hippy caro… créeme, muy caro… de hacer el amor antes que la guerra… de ese aire retro tan moderno… sí, del vintage… ahora, mira tú, ya veo con otros ojos a todos esos hombres… tienen ese halo de madurez que marca la vida… esa especie de rango que implica ser padre… la añadida elegancia de que, además, tiene un pacto firmado con una mujer… una pizca de pasado más pesado que el tuyo… ese rollo de viejo nuevo en estas lides de la vida… sí, todos somos pequeños retales de vintage… pero precisamente por eso, todos tenemos una segunda oportunidad de vivir… de sentir, de la manera que sea… de sacar de un sinfonnier o de entrar en él… lo mismo da… ese rollito de pasado muy presente es el que nos hace especiales…

Muchas veces, la vida da un vuelco tan absurdo como caerte por error de un cajón… o, incluso, dentro de él…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué grandes eres!! Me encanta como escribes, hasta nuestras reflexiones más tristes tienen lado cómico... Gracias!!
¿me perdonarás? ;)